25/1/11

VERDADES DE KATRINA


(Publicado el 13 de septiembre de 2005. Excélsior)
“¡hey, Carlangas!, ¿no quieres a Memín por negro?
- lo negro no importa, es por lo chaparro.”
Fragmento de Memín Pinguín, de Yolanda Vargas Doulché*

 
Una reciente encuesta en los Estados Unidos indicó que la mayor parte de las personas de color están predispuestas a creer que el gobierno busca perjudicarlos. Desgraciadamente, esa creencia ha sido confirmada pues a pocos días del desastre ocasionado por el huracán Katrina en la zona de Nueva Orleáns son los blancos los primeros en recibir atención.

Este fenómeno de la naturaleza reveló a los afroamericanos y al mundo entero que la desidia, la división de clases y el racismo son prácticas cotidianas para los norteamericanos. El racismo se ha hecho patente incluso en las noticias difundidas por los medios, se han mostrado escenas de un hombre negro al que se le califica de saqueador porque cargaba una bolsa de comida; mientras que el hombre blanco que llevaba un paquete similar, es mostrado como un ser humano en busca de alimento.

Katrina y Bush, la pareja del desastre, la combinación del daño, la mezcla de la ruina; ella con su gran actividad y él con su torpe indolencia.

Ambos generando rostros de angustia, desesperación, desaliento y muerte, dejando una huella profunda en una ciudad en la que más de la cuarta parte de sus habitantes viven en la pobreza y la mayoría son de raza negra. Muchos se preguntan si la escasez de tareas de rescate en Nueva Orleáns se debió a la falta de preparación para prevenir el desastre o si existió un detonador extra consistente en el profundo desprecio que sienten algunos por la raza del color de tierra negra. ¿Cuál es la prioridad en la administración de Bush? ¿La vida de los norteamericanos? ¿La de los blancos ricos o la de los negros de bajos recursos? El origen de esta diferencia es claramente explicado por Jomo Kenyatta, el que fuera primer ministro de Kenia: “Cuando los blancos vinieron a África, teníamos la tierra y ellos tenían la Bilbia. Nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados y cuando los abrimos, los blancos tenían la tierra y nosotros la Biblia.” No es la primera vez que el racismo y la catástrofe se conjugan.

En 1927 una gran inundación del Mississippi devastó Nueva Orleáns, entonces, igual que hoy, los que tenían dinero, generalmente blancos, abandonaron la ciudad con anticipación, mientras los desposeídos, generalmente de color, tuvieron que quedarse a merced de la naturaleza y sólo varios días después fueron trasladados a refugios miserables que carecían de toda infraestructura. En esa ocasión, más de 300 mil afroamericanos fueron trasladados como ganado a los campos de refugiados, mientras que una minoría de blancos, fueron evacuados a otros estados utilizando barcos a vapor.

Ahora, los residentes blancos de Nueva Orleáns edificarán sus casas en las zonas residenciales, en las partes altas de la ciudad; mientras que los “otros”, afroamericanos e hispanos, se quedarán poblando los barrios de alto riesgo. En 1995 el Congreso Federal americano autorizó un proyecto denominado “Control Urbano de Inundaciones del Sudeste de Louisiana” (SELA), destinando 430 millones de dólares para levantar represas y construir estaciones de bombeo de agua; pero faltaron obras por un valor de 250 millones de dólares debido a que en el 2003 el financiamiento federal se congeló a consecuencia de los elevados costos de la guerra en Irak.

Existen dos países dentro de Estados Unidos: uno, habitado por los pobres invisibles que sólo aparecen después de la catástrofe, huracán, terremoto o durante una revuelta urbana; otro, ocupado por los blancos que piensan que ya no existe la discriminación racial.

Los desastres naturales son azote de la humanidad, pero hay amenazas más peligrosas causadas por los humanos en contra de otros humanos, más temibles que los efectos de fenómenos naturales, peores que cualquier temblor y que hacen ver a un huracán como una pequeña lluvia; no existen temporadas para estas calamidades, no son predecibles e identificables: el odio, la felonía, el racismo, la intransigencia, al exclusivismo, la segregación, la discriminación y el fanatismo religioso, son actitudes que han causado más bajas que cualquier desastre natural.

¿Sería capaz Bush de explotar una bomba en una ciudad americana repleta de terroristas?... Si estuviera llena de blancos quizás no, pero si las posibles bajas fueran “otros” ¿Qué pasaría?...

*Memín Pinguín es un personaje de historieta creado en 1945 por Yolanda Vargas Dulché, que alcanzó una difusión sin precedentes en México. El personaje es un chiquitín negrito de enormes ojos y gran simpatía que se popularizó incluso internacionalmente y en otros idiomas. Durante un tiempo, el Ministerio de Educación en Filipinas, hizo obligatoria su lectura en las escuelas, ya que enaltecía los valores humanos hacia la familia y el Estado.

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