El pasado 16 de diciembre, se publicó un
comunicado titulado “Pronunciamiento de Diputadas y Diputados del Grupo
Parlamentario de Morena”.
No pude menos que sonreír con decepción y
obvia tristeza, cuando observé que este documento también viene firmado
por mis compañeros legisladores del PT José de Jesús Martín del Campo y
Leonor Gómez Otegui, así como por el diputado Fernando José Aboitiz
Saro del PES, quienes llegaron a su curul como militantes de Morena,
pero renunciaron a la fracción para pasar a fortalecer las filas de sus
aliados.
¿Por qué firman como diputados de
Morena? ¿Qué no son del PT y del PES? ¿No se dan cuenta —o no les
importa— que mucha gente vota por un partido político por su base
ideológica y que ellos, como diputados de un partido, deben defender
esos principios?
Esta simulación rastrera, raya en la
hipocresía y la falacia. Es así de simple: en el caso del Partido del
Trabajo, les dieron diputados para dejarlo como tercera fuerza política,
desplazar a la oposición y quedarse con la presidencia de la Mesa
Directiva (cargo que ocupó el propio Martín del Campo como diputado del
PT). Por lo que hace al PES (que llegó al Congreso con un solo
representante), le pasaron un diputado para que se pudiera conformar
como fracción y así acceder al presupuesto y las prerrogativas que eso
implica.
En su pronunciamiento (que más bien
parece un panfleto desgastado de la 4T y donde señalan con descaro que
“privilegiar el debate” es una de sus premisas legislativas, cuando en
realidad son sordos a las críticas, calvos de ideas y esperan obedientes
a que sus pastores les indiquen cuándo levantar la mano y cuándo no)
pregonan ser “promotores de la austeridad y de la eliminación del
dispendio y los gastos innecesarios”... ¿Para qué ayudar entonces a
crear otro Grupo Parlamentario, con los gastos que eso conlleva? ¿Dónde
está la congruencia?
Las fracciones parlamentarias existen
precisamente para que haya un equilibrio entre las fuerzas políticas y
que todas las voces tengan representación. Por eso cada fracción tiene
su propio presupuesto y por eso los procesos internos de cada partido
político deben llevarse sin injerencias externas.
Si los compañeros firmantes todavía se
consideran miembros del grupo de Morena, está bien. Pero que detengan la
simulación, que dejen las falsas banderas y que cada quien se dedique a
representar y defender las ideas por las que los votó la ciudadanía.
El partido mayoritario se ha convertido
en una caja de Pandora que, una vez abierta, ha comenzado a esparcir
todas las malas prácticas que por años habían sido denunciadas, quedando
en su interior únicamente la esperanza no realizada de los que creían
que estaban ante un cambio verdadero.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-la_caja_de_morena-1141734-2019
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