“En la estación del Metro Balderas
Ahí fue donde yo perdí a mi amor.”
Estación del metro Balderas, Rockdrigo
El deterioro del Metro de la Ciudad de México empezó cuando la federación lo abandonó, lo que ha provocado su degradación paulatina. El Metro fue inaugurado el 5 de septiembre de 1969 con 11.5 km de vías y 16 estaciones correspondientes a la Línea 1 de Zaragoza a Chapultepec, todo ello con recursos públicos federales. El costo de cada viaje era de 1.20 pesos y en ese entonces el precio del kilo de tortilla era de 1.20 pesos. Es decir, un boleto del Metro costaba un kilo de tortillas. Desde su apertura y durante un año el Metro funcionaba con superávit financiero; el costo del boleto era suficiente para la operación, mantenimiento y reportaba ganancias.
Con el pasar de los años el Sistema de Transporte Colectivo (STC) fue creciendo en líneas, kilómetros de vías, estaciones y número de usuarios hasta el día de hoy que tiene 226 km de vías, 195 estaciones en 12 líneas y a su máxima capacidad ha llegado a transportar a 5.5 millones de usuarios diarios.
El precio hoy en día de cada viaje es de 5 pesos y el precio del kilo de tortilla en la capital es de 20 pesos. En 53 años el precio de la tortilla incrementó 1566% mientras que el boleto no ha tenido ni de cerca un aumento como este. La principal diferencia es que 1 kg de tortilla es lo mismo en 1969 que en 2023, pero con un viaje del Metro ahora se puede recorrer prácticamente toda la Ciudad de México a diferencia de cuando se inauguró. Con el precio de un kilo de tortillas recorrías 11.5 km y ahora con ¼ del costo del kilo se recorren 226 km. Además hay que tomar en cuenta que actualmente se ha decretado gratuidad, es decir, que no paguen boleto personas mayores de 60 años y con discapacidad, entre otras, que son el 15% de los usuarios totales del sistema. Por lo que la carga financiera que vive el STC es insostenible con el presupuesto que cuenta desde que la federación dejó de aportar recursos en 1997. Ya que con lo que se recaba del pago del peaje más los subsidios que otorga el Gobierno de la Ciudad de México solo se alcanza a cubrir el 75% de los gastos de sistema: gastos de operación, mantenimiento, sustitución de activos, pago de sueldos y salarios, energía eléctrica, modernización, etc.
Hoy en día el costo real de un boleto está por encima de los 15 pesos, lo que representaría las ¾ de kilo, todavía muy por debajo de lo que costaba el Metro en su inauguración. No hay otro metro en el mundo que con cinco pesos se puedan recorrer 226 km. Los metros de Barcelona y Berlín no llegan a los 200 km de vías y su costo por viaje va de los 30 a 80 pesos. El metro de Londres “London Underground” según diversos rankings es de los tres mejores metros del mundo; el costo de un viaje sencillo es de 117.78 pesos mexicanos aprox. Con esto no se pretende que los pasajeros paguen más de peaje del Metro. Incluso podría ser gratis para ellos siempre y cuando haya una entidad que subsidie al 100% al STC.
El reto que vive el sistema es mayúsculo de cara a su presente y su futuro como el principal medio de transporte de la capital. El Metro en la megalópolis fue un parteaguas histórico. Se puede afirmar que la Ciudad era una antes del Metro y otra distinta después de la inauguración y del crecimiento exponencial del STC. Hoy por hoy se trasladan millones de personas, ciertamente con más seguridad que en cualquier otro medio de transporte: aéreo, terrestre o marino, en los que existe un riesgo más alto de accidente para los usuarios. Se calcula que el Metro anualmente recorre 44 millones de kilómetros, distancia que equivale a viajar de la Tierra a Venus (40 millones de kilómetros).
Tanto la federación como el Estado de México tienen que invertir en el sistema. Es urgente que dejen de ser omisos en sus contribuciones y que aporten los recursos económicos que históricamente les corresponden. Para la federación el Metro es una instalación estratégica. No hay otro medio de transporte en el país que traslade más usuarios que el STC. Del Estado de México a la Ciudad de México se trasladan de ida y vuelta 1 millón de usuarios diarios; todos ellos reciben el subsidio de la Ciudad sin la participación económica del gobierno del Estado de México.
El Metro se ha convertido, lamentablemente, en la arena política de pugnas partidistas, incluso de enfrentamientos entre partidos adversarios y del mismo gobierno. Lo que nos lleva a distorsionar las verdaderas necesidades del sistema, que se resumen en cuestiones técnicas y económicas. Recordemos que “Cuando la política entra por la puerta, la justicia huye por la ventana”. Para lograr una solución será necesario tener un diagnóstico objetivo y real del estatus por el que atraviesa el Metro, como dijo Zig Ziglar: “El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe”. Por lo pronto hago votos para que nuestro Metro encuentre la verdadera luz al final del túnel.
Publicado en: La Crónica edición impresa 30 de enero de 2023.