“Ave de mal agüero, a mi vera no la quiero.”
Dicho popular
Con la frase “just setting up my twttr” (‘Acabo de crear mi Twitter’), fue inaugurada esa plataforma de interacción. El mensaje, a cargo del cofundador, Jack Dorsey, representa la versatilidad que tiene esta red social, que ha estado en el ojo del huracán político a lo largo de las semanas más recientes.
Era 2006, y las redes sociales apenas se iban entrelazando como las conocemos, cuando Twitter nació: dos años de distancia del lanzamiento de Facebook (2004), por parte de Mark Zuckerberg y compañía. Esta nueva plataforma ofrecía la corta extensión de sus publicaciones como su característica más atractiva (de alguna manera, la sigue manteniendo). Concisión, casi como un buen proverbio.
La forma en que opera Twitter es sencilla, de ahí su alto nivel de aceptación: se intercambia información mediante mensajes públicos. En apariencia, es la perfecta unión entre un blog personal y un servicio de mensajes breves.
La brevedad está relacionada con dos particularidades propias de nuestra época: la inmediatez y la velocidad con las que percibimos un sinnúmero de eventos. Tal vez por eso, al día de hoy, esta red social concentra alrededor de 320 millones de usuarios activos.
La imagen de Twitter es la silueta de un pájaro en color azul, en inglés el sonido de los pájaros es un “tweet”. Puede decirse que los mensajes en Twitter son el pío de un pájaro: breves y fugaces, que al principio habían de estar concentrados en 140 caracteres, como esta frase.
A lo largo de sus casi 15 años de historia, los términos de servicio han cambiado casi un igual número de veces. La longitud de cada contrato varía en función de los problemas que se han ido presentando, aunque el centro de todas ellas es el contenido. Desde 2009 hasta 2016, se leyó una sutil advertencia a sus usuarios: “Usted es lo que tuitea”.
Como en una tribuna pública, lo que se puede decir es libre siempre que no se violen las leyes o se violenten las normas básicas de convivencia. La plataforma ha establecido campañas para reducir la incitación al odio, a la violencia y a la suplantación de identidad. De ahí la pertinencia de revisar la manera en que han aplicado sus términos en estos últimos días.
En su afán de polemizar a diestra y siniestra (con la Derecha o con la Izquierda), el presidente de México se comporta como en el refrán y comienza a ver en Twitter un ave de mal agüero.
¿Quién ha crecido al aletear de ese pájaro azul?
[Continuará…]