28/7/20

PANDEMIA: CRISIS EN EL FRENTE

“Nos habíamos alistado llenos de entusiasmo y buena voluntad, y, sin embargo, se hizo todo lo posible para que nos hartáramos.”
Erich María Remarque

Desde el principio de la pandemia se ha utilizado la figura de “la guerra” para construir una metáfora donde el coronavirus ocupa el lugar del enemigo y las enfermeras, camilleros y todo el personal médico se han convertido en los héroes que lo combaten en el frente.
En este sentido, México llegó a la batalla con un “ejército” muy debilitado y con muy pocos soldados en sus filas.
Así lo reconoció el propio secretario de Salud, Jorge Alcocer, el 7 de julio de este año en la mañanera: “Un gran déficit de profesionales de la salud, de médicos generales, de especialistas y de enfermeras, la pandemia lo puso claro, el abandono en el personal de salud.”
Unos días antes, el 2 de julio, el Dr. Hugo López-Gatell, principal estratega del Gobierno Federal en esta lucha, dijo en su conferencia de prensa que este déficit es de 240 mil personas.
Por eso, ante la crisis sanitaria, se decidió contratar a más de 50 mil trabajadores de la salud como en un reclutamiento de emergencia.
Este hecho, que ha sido celebrado en numerosas ocasiones por el presidente de la República, esconde un lado del que poco se ha hablado por parte de las autoridades: el alto índice de deserción de este personal recién contratado.
Así quedó acreditado en esa misma conferencia del 2 de julio del Dr. Gatell, cuando uno de los reporteros de la fuente (cuyo nombre y medio desafortunadamente no fue registrado) aprovechó el momento de preguntas y respuestas para exponer la problemática: “Por esta limitación de contratos (están limitados a seis meses), subsecretario, por miedo a la muerte, por deficiencia de las condiciones de trabajo, encontramos índices de deserción en diversos hospitales. Y le voy a poner un ejemplo (...) en el Hospital Juárez hay 80% de deserción.”
El Dr. Gatell contestó: “Lo que usted describe sobre las deserciones es real, ha sido un reto mantener al personal recientemente contratado. (...) Ahorita son prácticamente 50 mil personas y hemos tenido un gran reto para poder retener a una proporción importante de ellas.”
Cuando el reportero solicitó la cifra exacta, el subsecretario comentó: “No tengo ahorita el dato, pero lo conseguimos” y, para no defraudar a su auditorio, reafirmó: “Lo pedimos y lo comentamos mañana, sin problema.”
Desde entonces, al momento en que escribo estas líneas, han pasado 22 días y seguimos esperando que el Dr. Gatell consiga el dato.
¿Qué estará pasando en el frente? Apenas nos llega un rumor, pero no debe ser nada bueno.
El líder de la estrategia y sus generales deberían saberlo bien: El frente no se asemeja al cuartel.




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MORENA VS. CONSTITUCIÓN

“La verdad es hija del tiempo.”
Frase proverbial

Desde el siglo XVIII, Montesquieu ya hablaba de un “espíritu de las leyes” para referirse (entre otras cosas) al contexto histórico y social de las normas.
Las leyes poseen un espíritu, un trasfondo que motivó al legislador a dictarlas.
En este sentido, la Constitución de la Ciudad de México, uno de los mayores logros en la historia democrática de nuestra capital, fue construida por un Congreso Constituyente -conformado por un grupo plural de ciudadanas y ciudadanos- con la misión de dotar a la ciudad de una carta magna que estuviera en armonía con el espíritu liberal y progresista que le ha caracterizado en todo el mundo.
La Ciudad de México ha sido una punta de lanza en materia de derechos humanos desde hace décadas, esto se expresa claramente en diversos artículos de su código fundamental. 
En concordancia con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nuestra Constitución local establece en su artículo 4o la universalidad, interdependencia, indivisibilidad, complementariedad, integralidad, progresividad y no regresividad como principios rectores de los derechos humanos.
Para lograr este objetivo, el Constituyente determinó crear “juzgados tutelares de derechos humanos” en cada una de las alcaldías de la ciudad, mismos que de acuerdo con el artículo vigésimo tercero transitorio de la Constitución capitalina, deberían entrar en funcionamiento a más tardar el 31 de julio de este año.
Es en este punto donde el proyecto de transformación de Morena entra en conflicto con el espíritu garantista de nuestra Constitución.
Desde diciembre del año pasado, las verdaderas intenciones del gobierno comenzaban a revelarse: en el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el ejercicio 2020 que envió la Secretaría de Administración y Finanzas al Congreso local, no se asignó un solo peso para la creación de los juzgados tutelares en las alcaldías.
Al mismo tiempo y como si fuera un mal augurio, el viernes 13 de aquel diciembre, uno de los diputados capitalinos más destacados y prominentes de la fracción de Morena, presentó una iniciativa donde “se propone eliminar de la Constitución Local, la figura de “las y los jueces de tutela” (y desde luego en las demás leyes locales en las que se encuentren previstos)”.
¿Lo hizo por consigna o por convicción? No sabemos. Pero, lo que sí queda claro, es que la “Cuarta Transformación” no tiene ningún interés en apostarle a los derechos humanos.
Así, Morena le miente al pueblo y traiciona a la Constitución.
No mentir. No traicionar.




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VIVIENDA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

“... improvisamos un techo para protegernos de los murciélagos
que andan por ahí hablando con voz de gente.”

António Lobo Antunes

Pocas cosas pueden dar tanta tranquilidad a una persona como tener un techo sobre su cabeza.
Desde el inicio de los tiempos, la supervivencia de nuestra especie ha estado vinculada a tres factores: el alimento, la familia (como la forma más primitiva de sociedad) y el refugio.
Por eso resulta difícil de comprender el por qué, considerando la crisis económica que provocó la emergencia sanitaria, el gobierno no ha generado ningún tipo de programa de rescate de vivienda para la gente que ha perdido su empleo, o cuyos ingresos han reducido considerablemente a causa de la pandemia y que ahora no puede pagar la renta de su casa o departamento.
La ausencia de acción gubernamental en este sentido, ha hecho manifiesta la solidaridad social que todavía existe en nuestro país y que ha sido una característica de los mexicanos. En muchos casos, caseros e inquilinos han llegado a acuerdos para disminuir el monto de las rentas por algunos meses o, incluso, han condonado el cobro por servicios o mantenimiento.
Sin embargo, las autoridades se han mantenido al margen en un momento donde deberían propiciar este tipo de esfuerzos y sumarse a la acción solidaria que ya se está llevando a cabo sin su intervención.
Todas las economías del mundo están enfrentando una situación difícil y muy delicada. Esto ha tenido un impacto directo en las finanzas públicas, pero eso no debería ser pretexto para dejar a los ciudadanos a su suerte.
Si no hay dinero para auxiliar directamente a la gente que se encuentra en esta problemática, el gobierno tendría que estar buscando la manera de incentivar la conciliación entre arrendatarios y arrendadores para que también estos últimos obtengan algún beneficio, como por ejemplo, descuentos en el predial y deducciones fiscales.
Por otro lado, es importante señalar que iniciativas políticas (no jurídicas) como la presentada el pasado 8 de julio en el Congreso de la Ciudad de México por la coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena, Martha Soledad Ávila, no hacen más que enfrentar a los sectores sociales en un momento en que la cohesión es indispensable.
Los más perjudicados por este intento de propaganda serán los inquilinos. Ante un clima de incertidumbre jurídica, se encogerá el mercado inmobiliario y se incrementarán las rentas para todos aquellos que estén en búsqueda de arrendar una vivienda.
Tenemos que apartarnos de la demagogia y exigirle al gobierno que tome el liderazgo, colocándose en el centro del problema como los auténticos mediadores que esta crisis necesita.
Esta pandemia ha dejado expuesta la fragilidad de nuestro sistema de auxilio social ante una emergencia.
Corregir esta vulnerabilidad debe convertirse en una prioridad: es hora de considerar la creación de un “seguro inquilinario” para que, en caso de que una persona que tenga un contrato de arrendamiento pierda su empleo, el gobierno asuma parte del costo de dos o tres meses de renta.
Las distintas glaciaciones que han tenido lugar en la Tierra provocaron la extinción de una innumerable cantidad de especies.
Si la nuestra sobrevivió no fue gracias a que encontráramos una mejor cueva que las demás, sino porque aprendimos a vivir en sociedad.





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6/7/20

DONALD

                                                                                                                     “¡EL GUERRERO SOLITARIO!”
                                                                                                                                            Donald J. Trump
 
El pasado domingo 28 de junio, las alarmas se activaron en la Casa Blanca como si se tratara de un incendio.
En plena crisis por las tensiones raciales en Estados Unidos, un tema que cada día divide más a nuestro país vecino, al presidente Donald Trump se le ocurrió “retuitear” un video donde uno de sus admiradores, en una comunidad de retirados en Florida, aparece gritando “White Power!, White Power!”.
Su equipo de asesores pasó tres horas intentando ponerse en contacto con él para pedirle que borrara el tuit pero no tuvieron éxito. El presidente estaba en su club de golf en Virginia y había dejado su celular para poder jugar tranquilo.
A propósito de este evento, Chelsea Clinton, hija del expresidente Bill, puso un mensaje en sus redes sociales: “A mediados de los ‘90s cuando necesitaba hablar con mi papá, yo sólo tenía que caminar hacia la caseta de teléfonos que había afuera de la secundaria, poner unas monedas, llamar a la operadora de la Casa Blanca y me enlazaban. Dondequiera que él estuviera. El Presidente siempre está al alcance si es que a él o ella le interesa estarlo.”
Junio no fue un mes sencillo para Donald Trump. El viernes 26, el New York Times publicó en su primera plana que el presidente había recibido reportes de inteligencia señalando que una unidad militar rusa en Afganistán, ofrecía cuantiosas recompensas económicas a militantes del Talibán por cada soldado americano que lograran matar.
Trump lo negó de inmediato y lo tachó de fake news. Lo siguió negando hasta lo imposible. Finalmente, se dio a conocer que ese reporte de inteligencia formaba parte del “Informe Diario del Presidente” de uno de los últimos días de febrero. Al parecer Donald no lo leyó.
El escándalo y la indignación que esto generó llevaron a que Joe Biden, su rival en las elecciones de noviembre, adoptara un nuevo eslogan de campaña: “Yo sí leeré mis informes”.
Julio no empezó mejor para Donald. El primer día de este mes, mientras se registraba una cifra récord de casos nuevos de COVID-19 en Estados Unidos (50 mil en un solo día) y el número de muertos superaba los 130 mil, Trump dijo en una entrevista con Fox News: “Yo creo que nos va a ir muy bien con el coronavirus. Creo que en algún momento esto simplemente va a desaparecer, eso espero.”
Ante un posible fracaso electoral se percibe a un Trump cada vez más exacerbado, más impredecible. Trump buscará ganar a toda costa, eso está muy bien documentado.
Este es el hombre al que nuestro presidente visitará en la semana.
Mucha suerte señor presidente: el guerrero solitario está herido y es capaz de cualquier cosa.




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¿YA OPERARON A GUSTAVO?

“...ese impulso maravilloso gracias al
cual el dolor del otro es sentido por uno.”
Arthur Schopenhauer
 
El pasado 24 de junio, Gustavo, un joven que vive en el municipio de Tepotzotlán, Estado de México, cayó de su bicicleta a causa de una coladera abierta.
Fue un golpe fuerte, por lo que lo llevaron a tomarse una radiografía. La imagen era muy clara: un hueso de su codo derecho (el olécranon) estaba fracturado. Necesitaría intervención quirúrgica.
Igual que muchos mexicanos, Gustavo no cuenta con ningún tipo de seguro médico y tampoco tiene los recursos para costear una operación en un hospital privado. Por esta razón, decidió ir al Hospital de Lomas Verdes del IMSS para buscar asistencia médica.
Cuando pidió información, le dijeron que no podían atenderlo por no ser derechohabiente y porque ese hospital no tiene convenio con el INSABI (que reemplazó al Seguro Popular). Como ya era noche, se fue a dormir a su casa con el brazo roto.
Al día siguiente, a Gustavo le recomendaron ir al Instituto Nacional de Rehabilitación en la Ciudad de México (a 60 kilómetros de Tepotzotlán). Llegó al área de urgencias, le hicieron una revisión por la que le cobraron un poco más de 800 pesos y le enyesaron el brazo.
Después de la revisión, el médico le entregó una receta con las siguientes indicaciones: “PACIENTE QUE AMERITA TRATAMIENTO QUIRÚRGICO SIN EMBARGO POR CONTINGENCIA DE COVID 19 NO ES POSIBLE SU INGRESO SE LE INDICA ACUDIR A HOSPITAL GENERAL O REGRESAR ENTRE SEMANA A LAS 8 AM CON PRUEBA PCR SARS COV 2 NEGATIVA CON VIGENCIA MENOR A 48 HORAS PARA RECIBIR TRATAMIENTO ORTOPÉDICO DEFINITIVO”.
Es decir: busque dónde hacerse la prueba de COVID y regrese la próxima semana o váyase a otro lado.
Aquí vale la pena hacer un paréntesis. Esa misma tarde, jueves 25 de junio, el Dr. Gatell se molestó porque uno de los reporteros de la fuente que cubre sus conferencias, lo increpó de que las pruebas únicamente se le hacían a los ciudadanos privilegiados. A lo que el subsecretario contestó: “No diga esto, porque eso es sí es difamatorio (...), este gobierno no funciona así”.
La tarde siguiente el Dr. Gatell ahondó en el tema recordándole a los reporteros de la vez que tuvieron que hacerles pruebas a algunos de ellos por un caso que se había presentado en Palacio Nacional: “Por cierto ¿les cobraron por las pruebas que les hicieron a quien (sic) se las hicieron? No, a nadie le cobraron”.
Como Gustavo no vive en “Gatellandia” no le ofrecieron ninguna prueba gratis. El laboratorio más barato le cobraba 3,600 pesos y le entregaba los resultados en un mínimo de 72 horas. Tuvo que irse al Estado de México con el brazo enyesado y el codo fracturado.
Tres días después de su accidente, Gustavo regresó a la capital al Hospital Xoco. El doctor que lo revisó le dijo que su brazo estaba muy inflamado y con hematomas, por lo que tendrían que esperar hasta el próximo sábado para poder operarlo.
Hace un par de días presenté un punto de acuerdo en el Congreso de la Ciudad de México para solicitar a la Secretaría de Salud que se asegure de que existan pruebas de COVID en todos los hospitales públicos para que se realicen de manera gratuita y evitar que estos casos se repitan.
Los diputados de Morena rechazaron mi petición, así que desde aquí repito el mismo exhorto.
Al día de hoy, no sé si ya operaron a Gustavo. Ayer pude hablar con él y me dijo que se sentía bien porque no tenía dolor: “Al final, hay gente que está peor que yo”.
Tiene razón Gustavo, siempre se puede estar peor.




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AUSTERIDAD DEMOCRÁTICA

En las elecciones presidenciales de 1976 en nuestro país, el luchador social Valentín Campa logró casi un millón de votos (aproximadamente el 5% del total) como candidato independiente a la Presidencia de la República, pero los votos se anularon.
Es decir, el proyecto político de un millón de mexicanos no tuvo cabida. Por otra parte, debido a que el PAN no postuló candidato, López Portillo fue el único que contendió legalmente, logrando más del 90% de la votación. Años más tarde el expresidente aceptaría que “con que hubiera salido a votar su mamá por él, habría ganado la elección”.
Ante esto, la reforma política de 1977 impulsada por Jesús Reyes Heroles, sentó las bases democráticas modernas. Una idea fundamental de la reforma consistió en traducir en diputaciones los votos de las minorías, agregando 200 curules más, mismas que serían repartidas entre los partidos.
La transición democrática, la alternancia de partidos en el poder que ahora es una realidad, se debe a la inclusión de las fuerzas minoritarias en la participación política nacional porque la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo, en todo el pueblo.
En días pasados el presidente en turno, durante una de sus conferencias mañaneras, opinó sobre la desaparición de las diputaciones plurinominales en Baja California, pronunciándose a favor de todo lo que significara un ahorro al erario. Pero, ¿a qué ahorro se refiere? ¿a un ahorro democrático?
Su postura al respecto la anunció en 2018 durante un acto proselitista en Ixtapaluca: de ganar la elección presidencial, propondría una reforma para que en vez de 500 fueran 300 diputados y para eliminar a los plurinominales, aplicándose esa fórmula también al Senado y a los regidores. Su objetivo: debilitar y anular a la oposición.
Aunque López Obrador ganó con amplio margen, la coalición “Juntos Haremos Historia” sólo obtuvo 43.6% del total de los votos por lo que la oposición obtendría la mayoría en el Congreso. Sin embargo, esto no pintaba un buen panorama para la gobernabilidad total a la que aspiraba la Cuarta Transformación.
Para lograr la mayoría en el Congreso de la Unión, Morena reconoció solamente a 106 diputados de los 220 que había ganado por mayoría relativa, para que, valiéndose de artimañas matemáticas y políticas con el fin de fortalecer a sus partidos satélite que no alcanzaron el 3% requerido por la ley, pudieran acceder a la repartición de plurinominales y sumar la jugosa cantidad de 85 diputados más, logrando así la mayoría calificada que necesitaban para controlar el Legislativo, además de las prerrogativas que ahora también administran. Una incongruencia más.



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LA MÁSCARA DE LA VIDA

“Bajo la máscara de la temeridad se ocultan grandes temores.”
Lucano


Mascarilla, tapaboca, cubrebocas. Nunca antes del 2020 el uso de este dispositivo, diseñado para proteger las vías respiratorias de las personas, había provocado tanta controversia.
El inicio de la pandemia por Covid-19 vino acompañado de un arduo debate sobre cuáles eran las medidas que debería adoptar la población para protegerse del contagio y disminuir la infección del virus.
Las discusiones estuvieron acompañadas de un miedo razonable: a la urgencia de implementar medidas de protección, se sumaba la necesidad de no crear pánico para evitar la escasez de los insumos.
La cautela llevó a las autoridades sanitarias internacionales a enviar un mensaje que terminaría siendo contraproducente: “Las mascarillas no sirven para evitar el contagio”. Ese fue el primer error: Mala comunicación.
Hoy existe una amplia cantidad de evidencia científica, médica, estadística y empírica que demuestra lo contrario. La propia Organización Mundial de la Salud, así lo ha reconocido públicamente.
Tomando en cuenta lo anterior, resulta difícil comprender por qué razón las autoridades federales de nuestro país no han sido más insistentes en establecer el uso universal del cubrebocas (tal vez porque no les gusta reconocer sus errores).
Este sencillo dispositivo, acompañado de otras medidas como la sana distancia y el lavado constante de manos, ha sido un elemento esencial para que países como China lograran controlar el virus y reactivar sus actividades económicas.
Hay que decirlo con claridad: El uso del tapabocas es sumamente importante. Cualquier persona que tenga que salir de su casa debe usar uno.
Además de los múltiples estudios que han llevado a cabo los centros de investigación de universidades como Cambridge, Greenwich, Texas A&M, la Universidad de Texas en Austin, el Instituto de Tecnología de California y la Universidad de San Diego (por citar algunos), hay fuertes señales estadísticas que apuntan a la efectividad de usar mascarillas.
Por ejemplo, a finales de mayo se dio a conocer un caso de dos peluqueros en la ciudad de Springfield, Missouri que estaban infectados de coronavirus y atendieron a 140 clientes antes de darse cuenta.
Como parte de los lineamientos de reapertura, tanto los peluqueros como los clientes tenían que utilizar tapabocas. 14 días después, ninguno de los clientes dieron positivo al Covid-19.
De igual manera, resulta bastante revelador el hecho de que el índice de infección es más bajo en los lugares donde las mascarillas son obligatorias como en Japón, China, Hong Kong, Vietnam e Israel entre otros.
Aun si todo lo anterior no fuera suficiente para convencer sobre los beneficios de esta medida, es difícil imaginar cuáles podrían ser las desventajas de utilizarla como una medida de precaución.
Cuando lo que está en riesgo es la vida de millones de seres humanos, parece obvio que cualquier cosa que ayude a detener la transmisión del virus debería ser la norma.
Hay quienes se oponen a utilizar cubrebocas bajo el argumento de que limita su libertad e incluso han llegado a denominarlo como un “bozal”. Estos pseudolibertarios, en su falsa bravía, olvidan un principio ético y jurídico fundamental llamado “principio de no agresión” que es equivalente a la “Regla de Plata”: No hagas a los demás lo que no quisieras que hagan contigo.
Al contagiar a otra persona, en realidad contagias a muchos más y provocas un riesgo sistémico.
Las mascarillas salvan vidas. Hay que usarlas por la salud de los demás.




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