BENITO JUÁREZ*
Jorge Gaviño Ambriz.
“La
democracia es el destino de la humanidad futura;
la
libertad, su indestructible arma;
la
perfección posible, el fin donde se dirige”.
Benito
Juárez
Hablemos
de Juárez, en la época de la generación de la Reforma, la monarquía atacó
nuestra democracia con un príncipe y un ejército, el más poderoso de Europa,
respaldado por todas las finanzas de Francia; victorioso en África, en Europa,
en China, fanático de su bandera; poseedor de armamento, caballos, artillería,
provisiones.
Del
otro lado, Juárez, como dijera Víctor Hugo: “Por una parte dos Imperios, por la
otra un hombre. Un hombre con sólo un puñado de hombres. Un hombre arrojado de
ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de rancho en rancho, de bosque en bosque,
amenazado por la infame fusilería de los consejos de guerra, perseguido,
errante, atacado en las cavernas como una bestia feroz, acosado en el
desierto…” “Ni dinero, ni pan, ni pólvora, ni cañones. Los matorrales por
ciudades. Aquí la usurpación llamándose legitimidad; allá el derecho,
llamándosele bandido. La usurpación con el casco en la cabeza y la espada
imperial en la mano, saludada por los obispos… El derecho sólo y desnudo”. Los
obispos vs. El derecho.
Juárez
decía que el triunfo de la reacción es moralmente imposible, el tenía razón,
hoy pueden por infortunio nuestro llegar a tener el poder, pero no podrán nunca
llegar a tener la autoridad moral.
Nuestros
propósitos, buscan la igualdad entre géneros, razas, credos e ideologías, que
permitan la convivencia armoniosa entre individuos.
Tenemos
la obligación sobre todo, a la “tolerancia” piedra angular de la democracia,
esa es la piedra angular señoras y señores diputados, como señalaba Voltaire:
“Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte el
derecho de decirlo”. Combatimos y combatiremos a todos aquellos que buscan
disminuir y acabar con la tolerancia, de donde se desprende la gama de
libertades que hoy disfrutamos.
Las
conquistas de hoy pueden ser perdidas por la inactividad, por la desidia
propia, por la falta de trabajo del contrario. La educación de las nuevas
generaciones debe ser impregnada de laicidad; de lo contrario, lo viejo lo que
se apoderará de lo nuevo; lo viejo, llegará al porvenir.
La
educación pública hoy en México, es un alimento del espíritu, dado sin medida,
sin que lo regule ya el fraile, sin que lo contamine el escolástico, sin que lo
mediatice el interés malsano; que debe de llegar cada vez más a todos como
herramienta para la libertad.
Nuestras
conquistas Estado y Educación Laicos, separación Iglesia-Estado, libertad de
cultos, libertad de conciencia y en síntesis toda una corriente de liberalismo
histórico, ideológico y político, es acechada una vez una vez más.
Ayer,
Juárez secularizó los bienes de las manos muertas, hoy, requerimos otro como
Juárez que venga a separar los bienes de las manos vivas. Separación
iglesia-Estado, pero también separación del negocio público del privado.
No
puede ser que se confundan estos dos intereses, el interés del empresario del
interés público, separemos de una vez por todas del interés público con el
privado. Defendamos lo que nos queda, la
escuela pública laica, mantengamos la imposibilidad de que los dirigentes de
culto puedan ser candidatos mientras sean ministros religiosos, evitemos la
irracionalidad de que se puede ser iglesia y partido político a la vez.
Los
creyentes de Shiva, Cristo, Buda, Mahoma o cualquier denominación que se le de
a Dios, son motivo de respeto para todos nosotros; inclusive, estamos ciertos
de que el ateo, es merecedor también de respeto; aún cuando muchos piensen que
su concepción pueda ser errónea.
Meditemos
el legado de Juárez, él decía, “Esa Constitución (la de 1857) no será la befa
ni el escarnio de los hombres que desean vivir sin ley para dar rienda suelta a
sus pasiones criminales. Juárez decía también, “aunque la Constitución no sea
del agrado del señor Presidente no es de temer que la destruya, pues siendo del
gusto de toda la nación encontrará supremo apoyo en la representación nacional.
*Extracto
de mi discurso presentado el 21 de marzo de 2013 ante el Pleno de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, con motivo del CCVII Aniversario del Lic. Benito
Juárez García.
Twitter:
@jorgegavino
(Publicado en El Sol de México el 25 de Marzo del 2013)