8/9/25

México y Estados Unidos unidos: la nueva ofensiva de seguridad

 México y Estados Unidos unidos: la nueva ofensiva de seguridad


«La seguridad no es solo la ausencia de crimen, sino la presencia de justicia, inteligencia y coordinación.»

Claudia Sheinbaum


La seguridad volvió a ocupar el centro de la agenda nacional tras la reunión que sostuvo la presidenta con los gobernadores del país, en el marco de la 51ª Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública, celebrada en Palacio Nacional.

En ese encuentro, los mandatarios estatales y el gobierno federal acordaron emprender una estrategia integral contra el crimen organizado, bajo un esquema de coordinación sin precedentes. La presidenta destacó que la política de seguridad no puede limitarse a la contención, sino que debe incorporar un fortalecimiento integral de las capacidades del Estado. Los gobernadores se comprometieron a armonizar sus leyes locales con la estrategia federal y a garantizar que, en cada entidad, se privilegie la atención a las causas, la inteligencia y la investigación como ejes fundamentales.

El acuerdo incluye medidas concretas. En primer lugar, se incrementará en 25% el número de policías estatales y municipales, acompañado de un aumento del 30% en el personal de ministerios públicos. Con ello, se busca revertir la debilidad estructural de las corporaciones locales, que durante años operaron con recursos limitados y altos niveles de vulnerabilidad frente al crimen organizado. Además, se reforzarán los sistemas de inteligencia y los mecanismos de investigación, reconociendo que la fuerza policial, por sí sola, no basta para contener a organizaciones criminales que hoy operan con estructuras sofisticadas y transnacionales.

El contexto internacional añadió una dimensión particular a la reunión. Apenas un día después, el senador estadounidense Marco Rubio visitó México para firmar un nuevo acuerdo de seguridad bilateral. El documento, presentado como un esfuerzo conjunto para enfrentar amenazas comunes, reafirma principios de

reciprocidad, respeto a la soberanía, integridad territorial, responsabilidad compartida y confianza mutua.

Ambos gobiernos acordaron trabajar bajo una lógica de cooperación reforzada entre sus cuerpos de seguridad, con énfasis en la vigilancia de los flujos migratorios ilegales, el combate al tráfico de fentanilo y de armas, y la creación de un grupo de implementación de alto nivel, encargado de dar seguimiento puntual a los compromisos.

Rubio fue enfático al declarar que ninguna otra nación coopera más con Estados Unidos que México. Subrayó que ambos países han abordado, sin evasivas, temas delicados: desde el envío de drogas hacia el norte, hasta el cruce ilegal de personas y el tráfico de armas hacia el sur.

El acuerdo también establece acciones específicas: mejorar la seguridad fronteriza, eliminar los túneles clandestinos que facilitan el contrabando, rastrear los flujos financieros de los cárteles, evitar el robo de combustibles, fortalecer los procesos judiciales y reducir el tráfico de armas y drogas sintéticas en ambos lados de la frontera. Asimismo, se acordó desplegar campañas conjuntas de prevención y concientización contra el consumo de fentanilo, cuyo impacto social y en la salud pública ha alcanzado dimensiones alarmantes.

El cruce de estos escenarios —el compromiso interno de México y el acuerdo de cooperación con Estados Unidos— muestra que la seguridad se ha convertido en el eje sobre el cual se redefinen las relaciones de poder. México, al asumir un compromiso frontal contra el crimen, reconoce que la amenaza de los cárteles ya no es solo un desafío interno, sino un problema de alcance global. Estados Unidos, por su parte, busca blindar sus fronteras y reducir el flujo de drogas y armas, pero también reafirmar su papel como actor central en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional.

El reto para México será sostener este esfuerzo monumental en un contexto de polarización política, limitaciones presupuestales y creciente presión internacional. Incrementar policías y ministerios públicos no será suficiente si no se acompaña de procesos de depuración, profesionalización y dignificación de las corporaciones. Del mismo modo, la armonización de leyes locales con la estrategia

federal exigirá voluntad política y capacidad de coordinación, en un país donde los intereses estatales y municipales suelen chocar con los lineamientos centrales.

El acuerdo con Estados Unidos representa tanto una oportunidad como un riesgo. Por un lado, ofrece recursos, inteligencia y cooperación imprescindibles para combatir a las organizaciones criminales transnacionales. Por otro, obliga a México a navegar con cautela, para que el respeto a la soberanía y la integridad territorial no se diluyan frente a la asimetría de poder con Washington. Los principios de reciprocidad y responsabilidad compartida deberán traducirse en hechos: reducir el tráfico de armas que cruza desde el norte será tan prioritario como frenar el flujo de drogas hacia territorio estadounidense.

La sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública y la firma del acuerdo bilateral marcan el inicio de una nueva etapa que promete redefinir la política de seguridad en México. El desafío es enorme: enfrentar al crimen organizado con más inteligencia, mejor coordinación y mayores recursos, pero también con un enfoque preventivo que atienda las causas profundas.

Publicado en El Universal, 4 de Septiembre 2025.

Primer Informe de Gobierno: Responsabilidad de Estado

 



Publicado en La Crónica de Hoy, 2 de septiembre 2025.

Competencias con sentido humano: el IMSS fortalece a su personal para brindar un mejor trato

 Competencias con sentido humano: el IMSS fortalece a su personal para brindar un mejor trato


«La excelencia no es un acto, sino un hábito.»

Aristóteles

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha dado un paso importante hacia la mejora continua y el fortalecimiento de su capital humano con la instalación del nuevo Comité de Gestión por Competencias. Este nuevo órgano colegiado no solo busca certificar conocimientos y habilidades, sino que también representa una apuesta clara por la dignidad, el respeto y el buen trato hacia todas las personas que forman parte de la institución y, sobre todo, hacia quienes reciben sus servicios.

Hablar de competencias en un espacio como el IMSS no es únicamente referirse a conocimientos o habilidades técnicos. Se trata de reconocer que detrás de cada enfermera, médico, personal de guardería, técnico de mantenimiento o administrativo, hay un ser humano que pone en práctica su experiencia, su preparación y, sobre todo, su vocación de servicio. Profesionalizar y certificar estos saberes es, en última instancia, una forma de asegurar los derechos humanos de las y los derechohabientes.

Uno de los proyectos prioritarios será la certificación en el manejo de alimentos dentro de los hospitales del IMSS. Puede parecer un detalle técnico, pero en realidad tiene un profundo impacto en el bienestar y la salud de los pacientes. Lo anterior en virtud de que cada día se preparan aproximadamente 1.3 millones de raciones de alimentos, lo que exige de su correcta manipulación para prevenir riesgos y ofrecer una atención hospitalaria que cuide todos los aspectos de la recuperación. Esto se conecta directamente con el derecho humano a la salud y a recibir un trato digno en cada momento de la atención.

Otro de los puntos destacados es la creación de estándares especializados para otros proyectos, tales como el Centro Nacional de Simulación de Mantenimiento y Conservación de Unidades Médicas. Allí se formará y certificará al personal en áreas tan críticas dentro de los hospitales, como el funcionamiento del cuarto de máquinas, los sistemas eléctricos, las calderas, los equipos de aire

acondicionado, elevadores y sistemas de gases medicinales, entre otros. Aunque estos temas no suelen ser visibles, en realidad son esenciales para que un hospital funcione de manera segura y sin interrupciones. Detrás de cada consulta y cada procedimiento médico hay una infraestructura que debe operar al 100%, y contar con personal altamente capacitado.

El Comité también tendrá como objetivo desarrollar capacitaciones en procesos que tocan de manera más directa la experiencia de quienes acuden al IMSS: atención médica integral y de calidad, cuidado especializado en guarderías, uso eficiente de tecnologías de la información y acompañamiento en la atención a personas en situación de vulnerabilidad. Un ejemplo claro es la atención en guarderías. Certificar al personal en competencias específicas para el cuidado de niñas y niños no es solo una cuestión técnica: es un compromiso con los derechos de la infancia, con la seguridad y la tranquilidad de las familias, y con la construcción de entornos protectores donde se priorice siempre el bienestar de los más pequeños.

Durante la sesión, y contando con la presencia de la Mtra. María Guillermina Alvarado Moreno, directora general del CONOCER, así como del director general del IMSS, Mtro. Zoé Robledo Aburto, como presidente honorífico del Comité, y un servidor, como su presidente. Esta decisión, y la de incluir a las personas titulares de las direcciones normativas del Instituto, subraya la relevancia institucional del proyecto y la firme decisión de brindarle un respaldo de alto nivel.

En resumen, la puesta en marcha de este nuevo Comité de Gestión por Competencias no solo es una estrategia de profesionalización, sino también un reflejo del compromiso del IMSS con los derechos humanos, la dignidad y el buen trato. Certificar conocimientos y habilidades es un acto que reconoce el valor de cada trabajador y trabajadora, al tiempo que protege y beneficia a millones de personas derechohabientes en todo el país.

Cada capacitación, cada estándar y cada certificación es, en realidad, una apuesta por poner en el centro a las personas: quienes dan el servicio y quienes lo reciben. Con estas acciones, el IMSS reafirma que la calidad no se limita a los procedimientos médicos, sino que abarca la atención cálida, la seguridad en las instalaciones y el respeto pleno a la dignidad de quienes confían su salud al Instituto.


Publicado en El Universal, 28 de agosto 2025.

No quiero oro, ni quiero plata

 



Publicado en La Crónica de Hoy, 26 de agosto.

Homo plasticus

 Homo plasticus


«De momento la inmortalidad sólo la han conseguido el plástico biodegradable y las prótesis que se llevan los muertos a las tumbas.»

Manuel Vicent

El mundo acaba de presenciar un duro revés en la lucha contra la contaminación plástica. Tras casi dos semanas de negociaciones en la sede de la ONU en Ginebra, con más de 180 países presentes, el esperado Tratado Global sobre Plásticos concluyó sin resultados positivos. La cumbre, convocada para enfrentar la crisis de los plásticos, dejó una profunda decepción internacional. El desenlace fue calificado como un fracaso rotundo, “una victoria para la industria y una derrota para el planeta”, en palabras de algunos participantes. Las razones de este fracaso radican en las divisiones de intereses y en la fuerte influencia de la industria petroquímica durante las negociaciones.

Desde el principio hubo dos bandos opuestos. Por un lado, un bloque de países de alta ambición impulsó medidas firmes: reducir drásticamente la producción de plástico virgen, eliminar gradualmente los aditivos tóxicos y asegurar una transición justa para los sectores afectados. Estos países, con el respaldo de la sociedad civil, dejaron claro que preferían ningún tratado antes que uno descafeinado que no atacara la raíz del problema. En el lado opuesto, un puñado de naciones —grandes productores de petróleo y plástico— se negó a cualquier compromiso que limitara la producción; su única propuesta fue hablar de reciclaje, eludiendo cualquier recorte real a la producción masiva de desechables. Esta postura intransigente impidió avances sustanciales: sin frenar la producción, el tratado perdía sentido.

La recta final de las negociaciones estuvo marcada por acusaciones de sesgo y caos. La presidencia de la conferencia y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) fueron duramente criticados por favorecer a la minoría de países de baja ambición, bajo la influencia de 234 cabilderos de la industria petroquímica. Esa presión de los lobbies debilitó el posible acuerdo, al punto que se llegó a tildar el proceso de “profundamente defectuoso”. Aun así, grupos ecologistas y científicos alzaron la voz exigiendo soluciones reales.

Al final, la falta de acuerdos concretos llevó a aplazar cualquier decisión hasta futuras sesiones. Esta parálisis es alarmante, pero también refuerza la determinación de seguir buscando un consenso. Como advirtieron voces ambientalistas, este tropiezo es una llamada de atención: poner fin a la contaminación plástica exige enfrentar sin miedo a los intereses de los combustibles fósiles. La mayoría de los gobiernos quiere un pacto sólido; no debemos permitir que unos pocos saboteen el futuro del planeta.

La contaminación por plásticos no solo ensucia océanos y paisajes: ya está afectando la salud humana. Microplásticos se han hallado en todas partes —en el aire que respiramos, el agua que bebemos, nuestros alimentos— e incluso circulan en la sangre, lo que significa que los ingerimos e inhalamos constantemente. Esta exposición preocupa a la ciencia: numerosos estudios advierten que muchos aditivos químicos del plástico son tóxicos para las personas. Se emplean más de 1.600 sustancias en fabricar plásticos; una cuarta parte son peligrosas y la mayoría carece de regulación. Según expertos, varios de esos compuestos se han ligado a enfermedades graves: ciertos cánceres, trastornos del desarrollo (partos prematuros), desequilibrios hormonales y metabólicos (obesidad, diabetes) y afecciones cardiovasculares. En resumen, el plástico no es solo un problema ambiental: se ha convertido en una amenaza silenciosa para nuestra salud. Esta crisis global tiene un impacto particular en México. Nuestro país genera cerca 5.7 millones de toneladas de desechos plásticos al año, y más de la mitad se gestiona mal, contaminando ríos, mares y suelos y agravando la crisis climática (la producción de plástico aporta alrededor del 3.4% de las emisiones globales).

El mensaje de Ginebra es claro: no se aceptarán soluciones a medias ni promesas vacías. Debemos convertir la frustración en acción y exigir con más fuerza un pacto global ambicioso. Nos va en ello la salud, el medioambiente y el futuro de las próximas generaciones.


Publicado en El Universal, 21 de agosto 2025.

Alianza de Calakmul: tres naciones, un mismo futuro

 

Alianza de Calakmul: tres naciones, un mismo futuro



En lo profundo de la Selva Maya —la segunda más extensa del continente—, donde los árboles milenarios aún susurran leyendas de antiguos pueblos y la luz apenas atraviesa la espesura, tomó forma un importante acuerdo político y diplomático.

En Calakmul, “ciudad de Dos Montículos Adyacentes”, un lugar donde la naturaleza y la memoria de los pueblos originarios se abrazan con fuerza, México convocó a Guatemala y Belice a una mesa común para firmar la Declaración del Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya. Fue la presidenta, Dra. Claudia Sheinbaum, quien impulsó la iniciativa, mostrando que la política exterior también puede traducirse en acciones concretas nacidas del respeto a la memoria y al territorio.

Ante la devastación indiscriminada de la selva —que arrasa hectáreas enteras— y el daño acelerado provocado por el cambio climático, los presidentes de las tres naciones decidieron reconocerse como guardianes temporales de esta tierra fecunda frente a la tala ilegal, la contaminación y los incendios forestales que la amenazan.

Con este pacto se busca proteger 5.7 millones de hectáreas de tierra viva, hogar de monos aulladores, quetzales, jaguares, cocodrilos, temazates, venados y aves, además de innumerables especies arbóreas y florales también en riesgo. En total, más de 7 mil especies amenazadas. Al mismo tiempo, se resguarda el patrimonio de los pueblos mayas, que aún preservan su lengua, su medicina y su cosmovisión. Calakmul, Tikal y El Caracol han sido testigos de una civilización que dialogaba con la naturaleza en vez de dominarla. Ahora, los gobiernos intentan recuperar ese equilibrio perdido.

Como parte de una estrategia con visión ecológica y de desarrollo, el recién denominado Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya pondrá en marcha el programa Sembrando Vida en las tres naciones. La apuesta es clara: agricultura sostenible, seguridad alimentaria y una economía que no devore su propio entorno. El proyecto busca ofrecer oportunidades a los jóvenes que desean permanecer en su tierra sin tener que elegir entre pobreza o migración, mediante empleos vinculados a la reforestación, la agricultura sustentable y el turismo regenerativo. Además, fortalecerá el acceso a servicios básicos, la seguridad comunitaria y, sobre todo, el reconocimiento al papel esencial de los pueblos mayas en el cuidado del territorio.

Lo firmado en Calakmul es también un gesto de dignidad histórica. La región, que un día vio florecer una de las civilizaciones más avanzadas del mundo, ha padecido saqueos, abandono y olvido. Hoy, con este pacto, recibe la promesa de que la memoria no habitará solo en el pasado, sino que seguirá viva para guiar el porvenir. La declaración es una semilla, y como toda semilla, su valor no radica únicamente en sembrarla, sino en cuidarla hasta verla florecer. Las palabras rubricadas deberán traducirse en patrullajes conjuntos, en leyes que se cumplan, en turismo responsable y en educación que enseñe a mirar la naturaleza como parte de uno mismo.

El acuerdo es inédito: por primera vez, tres países con historias entrelazadas dejan atrás divisiones formales para abrazar un bien común: proteger uno de los últimos pulmones del planeta y la herencia viva de los pueblos mayas.


Publicado en La Crónica de Hoy, 20 de agosto 2025.