Reflexiones en el tiempo

25/1/21

TWITTER: ¿PASITO PARA ADELANTE O PASITO PARA ATRÁS?

“Ave de mal agüero, a mi vera no la quiero.”
Dicho popular

Con la frase “just setting up my twttr” (‘Acabo de crear mi Twitter’), fue inaugurada esa plataforma de interacción. El mensaje, a cargo del cofundador, Jack Dorsey, representa la versatilidad que tiene esta red social, que ha estado en el ojo del huracán político a lo largo de las semanas más recientes.
Era 2006, y las redes sociales apenas se iban entrelazando como las conocemos, cuando Twitter nació: dos años de distancia del lanzamiento de Facebook (2004), por parte de Mark Zuckerberg y compañía. Esta nueva plataforma ofrecía la corta extensión de sus publicaciones como su característica más atractiva (de alguna manera, la sigue manteniendo). Concisión, casi como un buen proverbio.
La forma en que opera Twitter es sencilla, de ahí su alto nivel de aceptación: se intercambia información mediante mensajes públicos. En apariencia, es la perfecta unión entre un blog personal y un servicio de mensajes breves.
 La brevedad está relacionada con dos particularidades propias de nuestra época: la inmediatez y la velocidad con las que percibimos un sinnúmero de eventos. Tal vez por eso, al día de hoy, esta red social concentra alrededor de 320 millones de usuarios activos.
 La imagen de Twitter es la silueta de un pájaro en color azul, en inglés el sonido de los pájaros es un “tweet”. Puede decirse que los mensajes en Twitter son el pío de un pájaro: breves y fugaces, que al principio habían de estar concentrados en 140 caracteres, como esta frase.
A lo largo de sus casi 15 años de historia, los términos de servicio han cambiado casi un igual número de veces. La longitud de cada contrato varía en función de los problemas que se han ido presentando, aunque el centro de todas ellas es el contenido. Desde 2009 hasta 2016, se leyó una sutil advertencia a sus usuarios: “Usted es lo que tuitea”.
Como en una tribuna pública, lo que se puede decir es libre siempre que no se violen las leyes o se violenten las normas básicas de convivencia. La plataforma ha establecido campañas para reducir la incitación al odio, a la violencia y a la suplantación de identidad. De ahí la pertinencia de revisar la manera en que han aplicado sus términos en estos últimos días.
En su afán de polemizar a diestra y siniestra (con la Derecha o con la Izquierda), el presidente de México se comporta como en el refrán y comienza a ver en Twitter un ave de mal agüero.
¿Quién ha crecido al aletear de ese pájaro azul?

 

[Continuará…]




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18/1/21

OTRO EPISODIO PARA LA HISTORIA

 

"La violencia es una de las grandes industrias estadounidenses”.
Alain Bosque

Transcurría el año 445 después de Cristo, en plena decadencia del Imperio Romano, cuando el Capitolio fue saqueado por los vándalos, un pueblo germánico del norte de Europa. Por una desafortunada coincidencia de nombre, algunos elementos se repitieron el 6 de enero pasado en el Capitolio de Estados Unidos, en la antesala de la transición presidencial de ese país. 
Dicen que la historia tiende a repetirse. Sin embargo, este ataque moderno al Capitolio constituye uno de los últimos actos relacionados con el presidente saliente, Donald Trump, quien se ha valido de todos los medios, esencialmente la distorsión de la información y la calumnia, para permanecer en la agenda pública.
Desde la campaña electoral anterior, hizo de la polémica una estrategia que le fue redituando en votantes y partidarios de una causa que en poco se distingue de lo que se vio esta vez en Washington. A finales de 2019, Trump veía cómo su popularidad iba en picada y recurrió a la polémica fácil. El resultado fue el primer juicio político que buscaba su destitución (o impeachment).
En medio de la pandemia, cuando la derrota se mostraba inminente, la estrategia del republicano no cambió. Con sutiles agresiones mediáticas, insistió en el fraude. Tanto tensó la cuerda que sus partidarios creyeron en esas arengas cargadas de embuste, sintiendo que era justo y verdadero el llamado a la acción.
Otra vez fuimos testigos atónitos de la industria máxima de Estados Unidos: la violencia, como dijo el escritor franco-ucraniano Alain Bosquet. Como consecuencia, Trump fue silenciado en redes sociales. Entonces vino el llamado a un segundo juicio, que aún está en proceso.
Un tema quedará pendiente: con tanta información fluyendo en redes sociales, es preciso reflexionar sobre los alcances de que empresas como Twitter o Facebook se transformen en moderadores de la democracia o en los encargados de aplicar medidas de control civil. ¿Está en riesgo la libertad de expresión? ¿La censura ha pasado a ser facultad de particulares? 
Es difícil que sea destituido antes de que termine su mandato, pero en este momento, Trump ha recibido la mitad de los cuatro impeachments que se han dado en Estados Unidos (Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998). 
Es una rara estadística, pero muy provechosa en la historia de la infamia.

 




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SIN ENERGÍAS PARA LA TRANSFORMACIÓN

“Con el apagón, qué cosas suceden...”

Yuri

 

El 2020, ese año tan execrable, estaba por concluir cuando se apagaron las luces por un momento. Sin embargo, el espectáculo no era nada como lo esperábamos.

Casi acostumbrados a las bromas de la coincidencia, ni más ni menos que el 28 de diciembre hubo un suceso mayúsculo: un apagón que afectaría a poco más de diez millones de personas usuarias de los servicios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) distribuidas en más de la mitad de los estados del país.

La situación a la que nos ha orillado la pandemia precisa de cierta dependencia a los servicios eléctricos: trabajo en casa, clases en línea, algunos servicios de transporte, servicios en hospitales. Por la magnitud del corte, en redes sociales se percibió una amplia actividad en quejas, reportes y dudas de lo que realmente ocurría.

Casi como si se recordara aquella ley química (la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma), se nos dijo que la energía de los fuertes vientos del frente frío número 23 provocaron que otra, en forma de fuego, suscitara un incendio en unos pastizales cercanos a una planta en Tamaulipas, tras lo cual dieciocho entidades de la República se quedaron sin otra energía: la eléctrica.

El apagón también habrá de dar pie a consecuencias administrativas que aún no terminan de aclararse. Más bien revelaron la manera en que el gobierno actual mira con reticencia y rechaza las energías renovables, mientras sigue creyendo obcecadamente en los hidrocarburos.

Un par de ejemplos: el empecinamiento en la construcción de Dos Bocas, pese a que otras refinerías no dan señas de ser productivas y que el Fondo Monetario Internacional ha insistido en la inviabilidad del proyecto. O que aún haya dudas sobre el Tren Maya y el origen de las energías con las que operará.

La sustentabilidad no parece tener una fuerte presencia en esta quimérica transformación que se nos anunció hace dos años y que nació desgastada. Menos lo parece cuando las acciones y las declaraciones al respecto son contradictorias, como las del director de la CFE que reavivó el debate surgido en mayo del año pasado, cuando dijo que las empresas de energía renovable en México debían pagar parte del costo para asegurar el flujo continuo en la red eléctrica.

Dejando de lado el tema de la falsedad del documento sobre el incendio, Bartlett amenazó con sacar de operación a las energías renovables. A su juicio son las que hace que el sistema eléctrico se debilite. ¿Cuál es la verdadera intención detrás de este continuo embate contra las fuentes alternativas de energía? ¿Qué intereses esconde la 4T para mirar con tanta desconfianza a lo que no se parece al México de la década de los setenta?

Tenemos que asegurarnos de que esta crisis que actualmente vive el mundo no sea en vano: hay que aprender las lecciones que el planeta está intentando enseñarnos.

Si no cambiamos nuestra forma de vida, si no aceleramos la transición hacia un modo más sustentable de convivir con el entorno, entonces estaremos firmando una terrible sentencia para las generaciones venideras.

Cualquier transformación debe ser en pro del medio ambiente o, de lo contrario, será una condena

 

 




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11/1/21

¡GENERAL, EL FRENTE ESTÁ ALLÁ!

 

“Si construyes un ejercito de 100 leones y su líder es un perro, en cualquier pelea, los leones morirán como un perro.”

Napoleón Bonaparte

In memoriam de Manuel Jiménez Guzmán

Una de las herencias del sistema patriarcal, es comparar la vida con el aspecto bélico y la guerra, así por ejemplo, decimos “hay que luchar por la libertad”, “hay que pelear por…”, “la conquista del amor”, todo esto con sus largos etcéteras. Hoy no es la excepción en la utilización de esa “jerga” ideomática, “la guerra contra el covid”, “lucha contra la pandemia” y en todos ellos se ha personificado al subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, como el general en jefe, o estratega en esa épica conflagración.

Así las cosas desde el punto de vista histórico, sería prudente analizar en qué radica la grandeza de los generales que han trascendido a su tiempo: han sido protagonistas de importantes victorias, participando en grandes o desiguales contiendas, se han caracterizado por su audacia, inteligencia, intrepidez o valor.

El Dr. López-Gatell ha sido criticado recientemente a raíz de la publicación de fotografías donde aparece en un vuelo comercial sin cubrebocas y disfrutando del sol y de una playa en Oaxaca. No estamos en contra de que el doctor Gatell tome vacaciones, pero el estratega, el general, el subsecretario de salud; definitivamente no puede tomar vacaciones en plena crisis sanitaria, en el momento en que hay más contagios y más muertos, ¿qué se hubiera escrito de Napoleón Bonaparte si en plena batalla de Waterloo, se hubiera ausentado para tomar “un merecido descanso”?.

Hay personas dentro de la política y del servicio público que asumen posturas de retrato, porque están esperando que se les retrate; hay políticos, que materialmente toman acciones histriónicas frente a las cámaras y a los micrófonos, como si se los quisieran comer; el responsable de salud ya sea un secretario o un subsecretario debería estar -a mi juicio- recorriendo los grandes y saturados hospitales del país, hablando con los directores, médicos, enfermeras, observando las carencias, resolviendo problemas… y no tomando como bunker un palacio, ni las playas para descanso…





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4/1/21

UNA FUENTE, DOS LIBROS

“A ti no logra tocarte la estación atroz de la canícula encendida”

Horacio

Este jueves 7 de enero se cumplirán 35 años de la muerte de Juan Rulfo. Empecemos con una declaración obvia: Juan Rulfo es uno de los autores más emblemáticos no sólo de la literatura mexicana, sino mundial. Es innegable que, con el paso del tiempo, su obra resulte un entramado de imágenes y significados cada día más complejo y completo.

En 2017, con motivo de su centenario, los hijos del escritor lanzaron un documental extenso de varios capítulos, con la participación de diversos especialistas. Aunque es principalmente conocido por las historias de El Llano en llamas o por los símbolos de Pedro Páramo, Juan Rulfo aparece como un artista en un muy amplio sentido.

Cien años con Juan Rulfo presenta las diversas facetas creativas y vitales de del escritor jalisciense, paralelas a la escritura de sus libros. El hilo conductor del documental es el afán de reconstruir las series fotográficas de Rulfo, con el fin de explicar la amplitud de su trabajo artístico y la relación entre imágenes y texto.

De ese modo, el documental nos permite conocer las varias dimensiones o las posibles interpretaciones que tiene la obra de Juan Rulfo, quien a través de la palabra logra hacernos sentir el más temible de los silencios y la más insoportable de las temperaturas. También mediante su escritura es que ciertos lugares los imaginamos como si fueran fotografías.

El poeta latino Horacio elogió a una fuente vecina, augurándole una fama imperecedera, tanta que ninguna canícula podría tocarla y por tanto secarla, como dice al inicio de este texto. Con su poema, Horacio le dio renombre a una sencilla y fresca fuente.

Juan Rulfo le confirió una amplia fama a un territorio en apariencia desolado, mediante las palabras de su novela y las fotografías de sus recorridos por el país. En otras palabras, supo imaginar un territorio que ya existía y que, para gracia o desgracia, se parece mucho a este que habitamos.

El documental de la vida y obra de Juan Rulfo constituye un homenaje íntimo que deriva en una poderosa invitación a acercarnos a sus libros, como una fuente de inagotable y refrescante placer. Ojalá tampoco lo alcance la ardiente canícula.

 




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LA PRISA Y LA PAUSA

“En las cosas grandes y dudosas la mayor dificultad está en los principios.”

Miguel de Cervantes

 

El año 2020 deja una huella indeleble. Los seres humanos hemos sabido adaptarnos rápidamente a un sinfín de situaciones graves que nos ponen siempre a prueba; otras veces es la naturaleza la encargada de activar esa respuesta.

La crisis sanitaria por COVID-19 no fue la excepción, sin olvidar los efectos dolorosos que se siguen contando en todo el mundo. De alguna manera, con la prisa y el miedo supimos establecer una relación cordial con elementos nuevos: el nombre de una enfermedad causada por un virus extraño, la cuarentena prolongada, las medidas sanitarias tardías o lejanas (y un no tan breve etcétera).

Acostumbrados a pensar según nuestro calendario, le atribuimos cierto tipo de poder cíclico, de ritual. Uno que pudiera enmendar lo vivido en estos meses que ya son historia, aunque sepamos que seguirán ahí en las estadísticas y en nuestros recuerdos. Sabemos que muchos procesos no se ajustan a ningún calendario.

Nos hemos adaptado a este asunto tan grande como lleno de dudas. Sumisos, embriagamos las manos con alcohol, nos sometemos a que se sepa, incluso, cuál es el calor o la frialdad del propio cuerpo. ¿Cuál será la temperatura del pensamiento?

Zygmunt Bauman acuñó el término “modernidad líquida”; ahora puede resultar algo preciso e ineludible. Hemos entrado a una era en la que las cosas dejan de ser sólidas, parecen disolverse: las relaciones personales, los valores, el acceso a los servicios básicos.

La noticia del desarrollo rápido de la vacuna hizo brotar una forma de esperanza y optimismo. Las buenas noticias al respecto empezaron a correr, así como los acuerdos de varios gobiernos para adquirir dosis del flamante bálsamo.

Sin embargo, la pandemia, además de una angustia a gran escala, trajo consigo un cúmulo de desinformación, noticias falsas y contradictorias. Ello es visible en la reticencia a recomendar el uso del cubrebocas y hasta en la aparente desesperación por ser inmunizados con la nueva medicina: ¿De verdad será la solución definitiva? ¿Cuáles serán los efectos secundarios? Es una prisa que no quiere entender la condición en que nos encontramos.

Dos sectores grandes que dejan ver dos graves problemas por venir. Por un lado, casi a las sombras, andan quienes rechazan la bondad de esta o cualquier otra vacuna. Se sabe que la vacunación infantil es obligatoria en México, aunque se mire siempre a otros sitios donde no tiene ese carácter. La libertad y la enfermedad tienen sus bemoles.

Por otro, quienes dicen no querer esperar a ser inoculados según el plan anunciado y buscan comprarla al precio que sea (a través de influencias o en algún supermercado transnacional). La voluntad es firme en otras latitudes: la vacuna es prioridad para quien la necesita, no para quien pueda pagarla.

Un texto reciente del New York Times (“For COVID-19 vaccines, some are too rich- and too poor”, 28 diciembre) va sobre este asunto: una fábrica sudafricana producirá miles de dosis de la vacuna sin que una sola esté destinada a ese país en el mediano plazo. La pandemia provoca que la desigualdad siga creciendo.

Es necesario hacer una pausa y reflexionar en torno a lo que este 2020 nos ha dejado a los mexicanos: reconocer que hay lecciones aprendidas y otras por aprender; que no hay que bajar los brazos.

Al menos sabremos, como dice Cervantes, que “la mayor dificultad” ya empieza a quedar atrás.

 
 
 



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