(Publicado el 29 de marzo de 2005. Excélsior)
“Sólo hay una forma de resistir el frío, estando contento de que haga frío”.
Emile Auguste Chartier*
Hace unos días, tuve la oportunidad de estar en Montreal y Québec, Canadá, invitado por mi amigo Eduardo Delgadillo, compañero de la secundaria que hacía muchos años no veía. Este querido compañero de los años idos, labora en la ciudad de Montreal como administrador y financiero de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte, la cual tiene como propósito contribuir a prevenir posibles conflictos ambientales, derivados de la relación comercial entre México, Estados Unidos y Canadá; así como promover la aplicación efectiva de la legislación ambiental, dentro del marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Como turista, recorrí con Eduardo una pequeña parte del este del Canadá, pero además, se me permitió conocer temas de medio ambiente, desarrollo agropecuario, economía y programas de gobierno de esa nación. Durante mi estancia, me enteré de que el clima es uno de los fenómenos más importantes a vencer en el campo: heladas, nevadas y deshielos prematuros que provocan inundaciones y forjan dobles y hasta triples esfuerzos en los trabajos agrícolas y ganaderos.
La primavera llega tarde con temperaturas máximas de hasta 40 grados centígrados, pero sólo por periodos muy cortos; en cambio, en los prolongados inviernos de temperaturas bajas éstas llegan hasta los 40º bajo cero.
Durante mi visita, me planteé un sinnúmero de interrogantes, entre otras: ¿Cómo es posible que un país afectado por un clima tan inhóspito durante gran parte del año, cuente con uno de los niveles de desarrollo más altos del mundo? ¿Cuál es el punto toral que hace que su población sea tan industriosa? ¿Por qué los índices de corrupción son tan bajos? ¿Cómo es posible que exista una comunicación ágil entre los que sólo hablan francés y los monolingües angloparlantes? ¿Cómo se logró la identidad nacional en el Canadá con tanta inmigración?
A pesar de los climas extremosos de hasta ochenta grados de diferencia, el costo de los alimentos no aumenta en grandes proporciones; las tasas de inflación se conservan por debajo del 3% anual; debido a su tecnología en el campo de la agricultura, cada vez necesitan menos espacio para desarrollar sus nutrimentos; y los conocimientos en esta materia se exportan a todo el mundo.
Tradicionalmente, Canadá se ha distinguido como un país productor de materias primas y recursos naturales; las industrias de la madera, metales y pesqueras siguen siendo una parte importante de su producto interno bruto; sin embargo, los servicios constituyen más del 60% de la economía actual, como el cómputo y telecomunicaciones.
Mientras que en México, la mula y el buey han sido por más de 400 años la gran fuente de energía de la agricultura nacional; en Canadá una de cada dos hectáreas tiene desarrollo de alta tecnología.
A pesar del estancamiento económico mundial, aquel país ha logrado mantenerse en crecimiento y ha sido capaz de crear de 420,000 empleos, promoviendo la inversión extranjera e invitando a mano de obra calificada de todo el mundo. Canadá cuenta con menos de 35 millones de habitantes y su gobierno ha iniciado diversos programas de salud con excelentes resultados: hace unos 25 años, se emprendió la lucha contra el cáncer cervico uterino con acciones bien coordinadas que le han permitido alcanzar eficaces niveles de prevención, disminuyendo la incidencia de cáncer invasor en un 90%; a través del curso de “Control de la Diabetes” se han podido reducir en 60% las tasas de complicaciones en un lapso promedio de 7 años.
Por lo que hace a la seguridad social, son las autoridades de cada provincia las encargadas de administrar los planes de seguro de salud, de establecer las condiciones de elegibilidad de los residentes médicos, de evaluar los reclamos hospitalarios, de pagar a los prestadores y de controlar todos los aspectos relacionados; los prestadores de este servicio son generalmente instituciones públicas u hospitales sin fines de lucro, y prácticamente toda la población está cubierta.
Aquellas personas que son incapaces de conseguir empleo o no pueden trabajar por enfermedad, maternidad o asistencia familiar, cuentan con una ayuda mensual que el gobierno proporciona para ellos y sus familias. A quienes son mayores de 65 años y cuentan con ingresos bajos, el gobierno les otorga una cantidad, que es ajustada cuatrimestralmente, de acuerdo con el índice de precios al consumidor.
Para terminar, me gustaría mencionar que en el 2002, la Organización de las Naciones Unidas comparó la calidad del nivel de vida de 173 países, resultando que los primeros tres son Noruega, Suecia y Canadá.
Pudiera ser, que el pésimo clima y las malas condiciones del 50% del territorio canadiense, a diferencia de nuestro México, provoquen que la población de ese país tenga como objetivo lograr la mejor calidad de vida en el planeta, mejores condiciones de ambiente y desarrollo económico.
*Émile-Auguste Chartier filósofo, periodista y profesor francés (1868-1951). Militó como brigadier de artillería durante la Primera Guerra Mundial. Habiendo vivido las atrocidades de la guerra, adoptó el seudónimo de Alain y publicó en 1921 su célebre panfleto Marte o la Verdad de la Guerra, obra centrada en el pacifismo y en contra del ascenso de los fascismos. En 1934 es cofundador del Comité de Vigilancia de los Intelectuales Antifascistas (CVIA). En 1936, un ataque cerebral lo condena a una silla de ruedas.
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