27/1/11

HAY QUE SABER PERDER


(Publicado el 4 de julio de 2006 en Rumbo de México)
“La fría neutralidad de un juez imparcial“
Edmund Burke*

Por primera vez en la historia democrática de México no existe una tendencia que nos permita definir al candidato que obtuvo la mayoría de votos en la contienda presidencial. A las 20 horas del domingo 2 de julio, los espectadores de los medios televisivos esperábamos una encuesta que marcara la preferencia hacia alguno de los presidenciables, pero no hubo tal. El presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, dio un mensaje a las 23:00 horas del mismo domingo manifestando que no era posible determinar un ganador dado lo cerrado en la diferencia de votos entre el primero y segundo lugar, además, solicitó a los distintos partidos no hacer locuciones de triunfo, ser prudentes y esperar al resultado que emitirá el IFE el miércoles 5 de julio.

Minutos posteriores al mensaje de Luis Carlos Ugalde, el Presidente la República, Vicente Fox, mandó un mensaje a los mexicanos en el que solicitaba a los candidatos presidenciales respetar a las autoridades electorales y acatar los procesos que marca la legislación en la materia. Terminando el discurso del Primer Mandatario, el candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador dijo que respetaba las instituciones pero que los números del conteo rápido que él tenía lo declaraban triunfador de las elecciones y que iba a festejarlo al zócalo de la ciudad de México. Segundos después, el candidato del PAN Felipe Calderón declaró que los números preliminares del “Prep” le daban la ventaja en número de votos y que, de seguir esa tendencia, Acción Nacional obtendría la Presidencia de la República. Muchos mensajes en pocos minutos y gran expectativa que persistirá por varios días.

Si pensábamos que el día de las elecciones finalizaría la batalla entre los dos principales partidos por la Presidencia, estábamos equivocados. Puede ser el principio de otra contienda si no hay madurez política o si hay carencia de confianza en las instituciones electorales.

Muchas elecciones cerradas en Europa, han exigido que se haga una escrupulosa comprobación del escrutinio y, después de ello, el perdedor acepta su derrota confiando en la autoridad electoral. Por ejemplo, en Italia, con el 100% del voto nacional escrutado, Silvio Berlusconi logró el 49.73% de las preferencias y Prodi el 49,80%.

Pese a la estrecha diferencia de sólo 25,000 votos, Berlusconi acepto las cifras, manifestando que era voluntad la del pueblo la que tenía que respetar, para evitar la división del país italiano.

Un verdadero demócrata es aquel que sabe contender con propuestas viables, que es coherente entre lo que dice y lo que hace, que está preparado para convencer al electorado, que es respetuoso de las instituciones y del Estado de Derecho y que es capaz de aceptar la voluntad de los ciudadanos expresada en votos. No se puede llamar demócrata a alguien que arrebata triunfos, que da madruguetes o que no respeta a las autoridades electorales. Las consecuencias serían graves para el país, provocarían división y antagonismo, y las secuelas acarrearían fatales enfrentamientos y detendrían el progreso de México.

La información emitida por el IFE, denominada “Resultados Preliminares” ha estado marcada por aproximadamente un punto porcentual de diferencia entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática; estos datos se han mantenido por muchas horas, si fuera el caso, ¿Aceptará el PRD su derrota?

Es evidente que, de existir duda, el PRD agotará las instancias jurídicas ante el Tribunal correspondiente; pero además de los procesos judiciales, es factible que inicien protestas, marchas y censuras a las autoridades electorales o quizás vayan más allá y no acepten las resoluciones del TRIFE. Tal vez los medios intervengan para no darle auge a los reproches del derrotado y para no hacer más grande el problema.

Por lo que toca a los ciudadanos, debemos prepararnos para aceptar lo que las instituciones electorales designen y respetar la voluntad del electorado.

*Edmund Burke (1729-1797) Escritor, pensador y político británico. En 1756 escribió Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, donde esboza unas teorías estéticas claramente Neoclásicas. Sus necesidades económicas le hicieron dedicarse a la política siendo nombrado en 1765 secretario privado del primer lord del Tesoro. En 1766 ingresó en el Parlamento y empezó una afortunada carrera. Sus facultades oratorias y la profundidad de su pensamiento concentraron en él grandes esperanzas. Declaró que sus intervenciones estaban más bien guiadas por la humanidad, la razón y la justicia que por consideraciones legales; durante ese periodo se ocupó de las cuestiones coloniales americanas.

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