24/1/11

METROBUS DE LERDO ANDAR


(Publicado el 28 de junio de 2005. Excélsior)
“El automóvil es el mejor medio de locomoción
para encontrar un lugar dónde aparcar.”
Anónimo

Conjunto de sublevados contra la autoridad es el significado de la palabra “insurgentes”, hecho en el que no reparó el Lic. López Obrador al inaugurar vertiginosamente el camión metropolitano o en espanglish “Metrobus”. La estrategia, táctica o maniobra política, reprobó el primer examen: los tiempos estimados de recorrido resultaron mal apreciados, las unidades de transporte insuficientes, los espacios internos exiguos, las vías angostas, las máquinas impotentes, dos accidentes, cinco lesionados, diez vehículos retirados por fallas, y la renuncia de la directora del proyecto, Paula Noreña.

También el medio ambiente ha sido afectado. Según cifras oficiales del propio gobierno de la ciudad, para poder poner en marcha el Metrobus, fue necesario talar 1,794 árboles y retirar 2,827 m2 de cobertura vegetal de arbustos, además de afectar15,773 m2 de áreas verdes. Hasta el momento no tenemos conocimiento del restablecimiento de la eclipsada naturaleza, suponemos que la restitución será realizada en una proporción mayor y en las delegaciones políticas afligidas, de acuerdo con lo ordenado en la Norma Ambiental para el Distrito Federal NADF-001-RNAT-2002, que contiene especificaciones técnicas para la reforestación.

Poco se ha dicho de que el llamado Metrobus, más que un transporte público, es un negocio en el que inversionistas del transporte apostaron sus recursos; son muchas las sociedades mercantiles que intervienen para que el proyecto funcione; por ejemplo, la operación estará a cargo de la empresa privada “CISA”, la plataforma tecnológica para el uso de la tarjeta inteligente como medio de pago fue realizada por otra empresa privada; de igual manera, participan diversas empresas dedicadas a dar mantenimiento y seguridad en las estaciones, y es un fideicomiso privado el que se encargará de la administración de los ingresos y prorrateo entre los inversionistas. Pronto se verá quiénes irán por sus jugosos dividendos…

Porque existe una diferencia importante entre el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano “Metro” y el “Metrobus”, a pesar de que hoy no se observe con claridad por la temporal y corta gratuidad de este último. En el Metro, el Estado es propietario de todos los activos e inversiones, el pasaje es subsidiado y el costo del servicio es de dos pesos; en el Metrobus, existe la inversión privada en los vehículos, sistemas y concesiones, es decir, es un negocio que prestará el servicio de transporte de pasajeros por un precio de tres pesos con cincuenta centavos.

Es un hecho, que la Avenida Insurgentes se rebeló ante el mexicanísimo “pejebus”, porque nunca le preguntaron su aforo (43 mil 600 vehículos diarios y de todo tipo), jamás la cuestionaron sobre el tránsito (20 horas diarias al 85% de su ocupación), y en ningún momento pudo debatir sobre sus necesidades, como la ampliación de carriles, estacionamientos, rutas alternas, paradero en Indios Verdes, entre otros. Esta gran calle se estará preguntando ¿Por qué sustituyen 350 vehículos de transporte de pasajeros por sólo 80? ¿No se percataron de que diariamente se requieren 250 mil viajes? Un refrán español reza: “vísteme despacio que voy de prisa”; hoy la Avenida Insurgentes es el escenario de la anarquía vehicular y del desgobierno del reglamento de tránsito; para los transeúntes es una verdadera competencia pues, como verdaderos velocistas, si logran cruzar la riada sin ser atropellados ganarán un mejor lugar en la longa fi la, una vez enlatados tendrán que aguantar la respiración, cual auténticos buzos, y esperar, persistir y permanecer de pie más del tiempo calculado.

En los 19.4 kilómetros, desde el Centro de Transferencia Modal Indios Verdes hasta la intersección de Insurgentes con el Eje 10 Sur, el Metrobus tiene 34 estaciones (una cerrada) y 2 terminales; y en ninguna de ellas existen estacionamientos. Alrededor de cada estación o terminal, pueden verse numerosos señalamientos amarillos colocados sin el menor cálculo de su ridícula duración, lo que se traducirá, por desgracia, en quebranto patrimonial para el gobierno.
El plan del camión metropolitano, de origen, es una excelente idea, porque a diferencia de los segundos pisos, este tipo de transportes beneficia a más del 90% de la población capitalina, logra subsanar problemas de medio ambiente y su costo es menor que las obras faraónicas. Pero todo esto será cuando funcione con rectitud, transparencia y efectividad. Ojalá que sea pronto.

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