(Publicado el 11 de julio de 2006 en Rumbo de México)
“El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”
Enrique Tierno Galván *
Según las conclusiones de los observadores independientes, el pasado proceso electoral se desarrolló en forma pacífica y limpia. A pesar de la distancia tan corta que obtuvo en número de votos el ganador con relación al segundo lugar, el Instituto Federal Electoral cumplió con su labor y con el papel que le asigna la ley.
Después de un trabajo ejemplar, el PRD pretende involucrarnos en la etapa de la incertidumbre y la desconfianza, sin aceptar que no son la mayoría, ya que únicamente 3.5 de cada 10 mexicanos le dieron su voto.
No se trata de negar el derecho que les asiste a los partidos políticos para acudir ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y defender lo suyo, sino de alertar sobre la utilización de marchas, plantones, mítines y concentraciones como factor de presión, pues estas asambleas constituyen una amenaza a la estabilidad y al derecho. La estrategia que se emplea está desacreditando a la autoridad electoral aún sin presentar pruebas. Recordemos, que el solo hecho de presentar una demanda, no implica que al actor jurídico le asista la razón.
El propio López Obrador declaró el sábado 8 de julio, ante la gente que acudió al zócalo que “...más allá de argumentos técnicos o de fundamentaciones legaloides están la democracia y la estabilidad política del país”. Habría que recordarle que el respeto a los ordenamientos jurídicos es el único contexto para darle estabilidad política y social a México. No es ético que el candidato del PRD asegure, sin mostrar pruebas, que: “el Instituto Federal Electoral actuó con parcialidad, se convirtió en un ariete del partido de la derecha y se entregó por entero al disimulo electoral”.
El proceso electoral es muy complejo, son escasas o nulas las oportunidades de los participantes para cometer abusos o arbitrariedades.
La jornada electoral se desarrolla con la ubicación de casillas en lugares de fácil acceso y libre vía para los electores, las mesas directivas de cada casilla se integran por ciudadanos elegidos por insaculación, los partidos políticos tienen derecho a nombrar dos representantes propietarios y un suplente ante cada mesa directiva de casilla y, en cualquier momento, dichos representantes pueden presentar escritos asentando los incidentes que se susciten durante el desarrollo de la jornada electoral. Además, los representantes de cada partido están presentes desde la instalación de la casilla hasta el momento en que se envían las actas al Comité Distrital, lo que quiere decir que los representantes del PRD estuvieron presentes en los conteos de votos y llenado de actas y firmaron estos hechos; luego entonces, ¿por qué no presentaron sus escritos de incidencias?
Estas elecciones fueron operadas por medio millón de ciudadanos, bajo la observación de representantes de los partidos; uno de cada 90 mexicanos participó en la organización de la jornada electoral. El papel del IFE se reduce a concentrar las cifras que estos habitantes capturaron bajo cuatro tipos de conteo, aclarando que los tres primeros no son oficiales y no tienen validez jurídica. El primero es un conteo de salida que realizan empresas privadas, generalmente auspiciadas por partidos o medios de comunicación y cuyo resultado nadie se atrevió a dar. El segundo es el conteo rápido, el cual utiliza 7,000 casillas representativas de la población y de la cual, el IFE tampoco dio resultados en virtud de las tendencias cerradas.
El tercero es el conteo de las cifras emitidas en actas por cada casilla, que sirven para alimentar el sistema denominado “Prep” (artículo 243 COFIPE) y que arrojó resultados que mostraban como ganador al PAN, siempre con un diferencia del 1% aproximadamente. Por último, viene el conteo oficial (artículo 245 COFIPE), que se fue dando en la medida que las casillas enviaban sus datos, en este caso, el PRD estuvo al frente por muchas horas, hasta que fue alcanzado por Acción Nacional que finalmente lo superó por un 0.5%, lo que representa poco más de 240 mil votos. Este resultado sí es oficial y el partido vencido tiene el derecho de recurrirlo ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. ¿En dónde está el favoritismo del IFE?
Hace seis años, la Suprema Corte de los Estados Unidos, decidió en favor de Bush su diferencia en votos con Al Gore con muy poco porcentaje. Lo mismo sucedió hace unos meses en Italia cuando los jueces tuvieron que calificar la contienda entre Silvio Berlusconi y Prodi, separados apenas por 20 mil votos (menos del 10% de lo que aconteció en México). Los gobiernos democráticos alcanzan su legitimidad institucional a partir de una elección democrática y la diferencia puede ser mínima, pero siempre habrá un triunfador.
El mismo López Obrador lo dijo: “en la democracia un solo voto hace al ganador”, entonces ¿por qué no respetarlo? La elección pasada ha sido la más transparente. Si bien faltan algunos detalles en materia de sistemas, el aspecto jurídico y de escrutinio es de lo más avanzado y nítido. Considero altamente irresponsable que el sábado pasado durante el mitin de apoyo a Andrés Manuel López Obrador, se reprodujeran grabaciones en las que se distingue la voz de la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien supuestamente habla con el Gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández; y una segunda cinta en la que se escucha la voz del Secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, con un mandatario aún sin identificar.
Esas grabaciones provocaron una reacción anímica muy virulenta en la multitud que escuchaba sin comprender, bastó que los líderes del PRD dijeran que esas eran las pruebas del cacareado “fraude” para que la ira se encendiera en contra de los supuestos participantes de las ilegales grabaciones. Recordemos que esos elementos de reproducción de voz no hacen prueba, además lo que se aprecia en el contenido de las mismas es una cuestión irrelevante; es absurdo suponer que unas simples llamadas en el transcurso de una jornada electoral pudieran afectar el resultado de una elección en la que participan cuarenta millones de mexicanos.
Si el pueblo responde de forma inconsciente y atenta contra la vida o la seguridad de las personas acusadas, reitero, insensatamente, los responsables serán, sin duda, los líderes que encendieron las pasiones sin derecho y sin cordura. No es válido movilizar y enfrentar; esperemos los resultados de los órganos creados ex profeso y respetemos cabalmente la ley.
*Enrique Tierno Galván (1918-1986) Político, sociólogo, jurista y ensayista español. Escribió interesantes acotaciones a la historia de la cultura occidental en la Edad Moderna y tradujo la obra fundamental de Edmund Burke, las Reflexiones sobre la Revolución Francesa. Fue procesado en 1957 por sus actividades políticas y en 1965 fue expulsado de la universidad por apoyar las protestas estudiantiles en contra de la dictadura franquista. Afiliado al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en la clandestinidad y expulsado después por divergencias doctrinales, en 1968 funda el Partido Socialista del Interior (PSI) que posteriormente pasó a llamarse Partido Socialista Popular (PSP). En 1976, un año después de la muerte de Franco, fue repuesto en su cátedra. En las primeras elecciones municipales de la democracia en 1979 es electo para la alcaldía de Madrid, cargo en el que permaneció hasta su muerte en enero de 1986; durante sus casi siete años de mandato, llevó a cabo importantes reformas, alcanzando una gran popularidad. Escribió un interesante libro de memorias titulado Cabos Sueltos.
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