27/1/11

OCASO DE UN DICTADOR

(Publicado el 12 de diciembre de 2006 en Rumbo de México)
“Nuestro camino será aquel construido a lo largo de nuestra
experiencia y el consagrado por el pueblo en las elecciones.”
Salvador Allende*

Hace algunos días, los chilenos no sólo dieron sepultura a Augusto Pinochet, sino también a la dictadura militar instaurada por éste en 1973; no obstante, seguirán vivas las múltiples denuncias por violación a los derechos humanos y perdurará la condena universal a la destrucción de los valores culturales de Chile; ambas, consecuencias de aquel periodo en que imperó la fuerza bruta. El ex dictador no pagó en vida por lo que hizo, se salvó de la condena terrenal y de los juicios en su contra; sin embargo, será sentenciado en la presencia eterna de los mil doscientos desaparecidos y tres mil muertos que perecieron durante su gobierno opresor. Casualmente, Pinochet muere en la misma fecha en que se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos: 10 de diciembre, quedando así, sin mayores trámites y en aras de la justicia, sentenciado a muerte por tirano.

El General falleció a los noventa años por múltiples complicaciones de salud en el Hospital Militar. Familiares de sus víctimas se reunieron en las cercanías de la Alameda chilena, no para llorar su deceso, sino para festejarlo con alegría. Hoy, el general es igual a todos, aquel “semidiós” de ceño rígido no resultó ser más que un simple mortal. No más regalos, no más recepciones, no más fi estas en el club militar de Santiago y mucho menos un homenaje póstumo como ex presidente; sus seguidores tendrán que conformarse con una pequeña ceremonia y, seguramente, su sepulcro no llevará más que una pequeña placa, o tal vez, no llevará placa alguna, como lo que tuvo, en 1973, Salvador Allende.

Recordemos aquella escena dantesca del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, cuando a las 10:30 de la mañana, los cazabombarderos iniciaron su ataque disparando cohetes sobre la casa de gobierno, causando daños devastadores, mientras que otros dos aviones bombardeaban la residencia presidencial sin lograr alcanzar a Salvador Allende. Después, las fuerzas de Pinochet al mando del General Palacios, asaltaron el Palacio de Gobierno con gases lacrimógenos y derribaron la puerta principal. A las 12:30 Allende ordenó a su gente a retirarse y deponer las armas, quedándose solo.

Él por su cuenta, tomó una opción distinta y con un fusil AK-47 se suicidó disparándose en barbilla, muriendo en forma inmediata. El doctor Patricio Gijón, asistente del presidente Allende, acudió con el mandatario al escuchar el disparo y encontró el cuerpo, desfigurado de la cara, pero lo reconoció por su macizo reloj Galga Coulde. Más tarde, entró el General Palacios al Salón Independencia y llamó al oficial de radio para entregar su escueto informe a Pinochet: “Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto”. La unidad popular y su presidente habían muerto, iniciándose diecisiete años de dictadura. Los restos de Allende fueron enterrados en el Cementerio Santa Inés de Viña del Mar, sin una placa que lo identificara, en una discreta ceremonia.

Dieciocho años después de su muerte y por órdenes del presidente Patricio Aylwin, el 4 de septiembre de 1990, Allende recibió un nuevo funeral con los honores de Estado que le correspondían como ex mandatario y enfrente del Palacio de Moneda una estatua fue erigida en su memoria, cosa que seguramente no sucederá con Pinochet; incluso la actual presidenta chilena Michelle Bachelet, manifestó a los medios que no asistirá a ninguno de los eventos luctuosos del dictador.

A diferencia de la mayor parte de las naciones latinoamericanas, antes del golpe de estado de 1973, Chile había tenido una larga tradición de civilidad democrática y apego al estado de Derecho. Las intervenciones militares en asuntos de política eran muy escasas y los cuerpos armados actuaban con la debida obediencia y sin beligerancia; después vendrían los 17 años de dictadura de Pinochet (1973 a 1990). Durante ésta, tuvieron lugar diversos hechos: la creación del centro nacional de inteligencia (1977) en donde detenían, torturaban, asesinaban, desaparecían o exiliaban a quienes se hubiesen involucrado en el gobierno anterior; la promulgación de una nueva constitución (1980) para prolongar los tiempos presidenciales a ocho años y permitir la reelección; la crisis económica derivada del exceso de endeudamiento (1982) y el posterior rescate por parte del Secretario de Hacienda Bucchi quien aplicó un plan neoliberal en 1985; el atentado fallido a Pinochet (1986) y la acusación en contra de su hijo Augusto Pinochet Hiriart quien en 1989 recibió tres cheques de 971 millones de pesos chilenos por su intervención en la compra de armamento para el ejército; el rechazo por parte de Pinochet a la candidatura única presidencial para gobernar el país hasta 1997 y la compensación con una senaduría vitalicia lo que le permitió mantener su fuero político. Son dos los principales aspectos que generan el ocaso del dictador chileno; por una parte, el informe Retting de 1991 que mostró las masacres cometidas por Pinochet, y por otra, las múltiples querellas en su contra por genocidio y secuestro. Además, está el caso de los supuestos lingotes de oro valorados en 160 millones de dólares depositados en una cuenta del tirano en un banco de Hong Kong.

En 2006, Pinochet pierde su fuero por malversación de fondos y por el genocidio de la llamada “Caravana de la Muerte” en 1973; es puesto bajo arresto domiciliario, sufriendo poco después un ataque cardíaco por lo que fue internado en el Hospital del cual ya no salió con vida. En la memoria del pueblo chileno quedarán dos contrastes: la izquierda de Allende y la dictadura de Pinochet; la democracia y la tiranía; la libertad y la represión; el respeto y la intolerancia. De todos estos hechos, la nación sudamericana aprendió y decidió retomar el camino de la paz social, la democracia y el estado de derecho.

*Salvador Allende Gossens (1908- 1973) Destacado político socialista chileno. Fue sucesivamente diputado, ministro de Salubridad, senador, candidato a la Presidencia de la República en cuatro ocasiones y primer presidente marxista en el mundo que accedió democráticamente al poder. Su gobierno duró mil días y terminó abruptamente mediante un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, ese mismo día, luego que el Palacio de La Moneda fue atacado por aviones y tanques, Allende se suicidó. El fi n de su gobierno dio inicio a una dictadura encabezada por Augusto Pinochet que duraría poco más de 17 años.

1 comentario:

  1. Muera Chile, y sus Heroes ó mejor dicho "MERCENARIOS" Ladrones, Saqueadores, Asesinos, Prat, Condell, Baquedano y Mismisimo Pinto, todos estos les lamieron las bolas a la Perra Reyna de Inglaterra la Puta Victoria, Chi Chi Chi Le Le Le ¡MUERA CHILE!

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