BANCO MUNDIAL, PATRÓN DE MÉXICO

(Publicado el 10 de diciembre de 2001 en El Día)

“Si no muestras en un principio quién eres,

no podrás después cuando quisieres.”

Conde Lucanor*

¿Qué merecimiento tiene James D. Wolfensohn, titular del Banco Mundial (BM), para que el Presidente Fox le entregara la Orden Mexicana del Águila Azteca? Se dijo que fue un reconocimiento a sus esfuerzos por apoyar a México en el ámbito financiero; se dijo que el galardón reconocía los impulsos dados a nuestro país por el Presidente del BM; se argumentó que su trabajo “se ha traducido en una mayor y mejor disponibilidad de recursos para el desarrollo de nuestra nación y de muchos países”; se dijo que “en 1996, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), puso en marcha el primer programa global destinado a la reducción de la deuda de los países pobres y de bajo desarrollo, programa que con el paso del tiempo ha ido beneficiando a un número creciente de naciones”.

En el año 2000, Ernesto Zedillo entregó a Michel Camdessus, Director Gerente del FMI, la misma condecoración. En el 2000 se premia al referido Fondo, en el 2001 al Banco Mundial; los dos verdaderos artífices, amos, directores, conductores, guías, domadores y verdugos de la economía nacional.

El Águila Azteca es el más alto reconocimiento que el Estado Mexicano otorga a un extranjero, es la distinción concedida con el objeto de reconocer los servicios prominentes prestados al país o a la humanidad.

Según el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación, Wolfensohn, el australiano nacionalizado estadounidense que preside el Banco Mundial desde junio de 1995, ayudó a México a afrontar situaciones críticas de balanza de pagos y gracias a ello nuestro país pudo “retomar la senda del crecimiento y el desarrollo”.

¿A quién premia Fox al otorgar la condecoración Orden Mexicana del Águila Azteca en grado de venera: al presidente del Banco Mundial, a la política que impone el organismo, al modelo que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional sostienen, o a las migajas que nos arrojan como carnada para que sigamos ciegamente sus dictados? ¿Fue acaso entregada la condecoración para lograr más apoyos a nuestro país en el ámbito financiero? ¿O quizás fue una respuesta suplicante a Robert Bacon, responsable del área energética del Banco Mundial, quien anunció que el organismo financiero internacional “cancelará el financiamiento a países como México, por lo que deberá abrirse a otras opciones”? Se le olvidó a Fox que en reunión privada, ante empresarios británicos y con la presencia del Secretario de Energía, Ernesto Martens, el representante del BM fue contundente cuando manifestó que “México siempre se queda atrás y mientras que otros países productores de petróleo como Rusia, Venezuela o Noruega han logrado incrementar su producción, México políticamente enfrenta el mercado sin cambios, lo que tarde o temprano le traerá grandes consecuencias a su economía” Asimismo, se le olvidó al titular del Ejecutivo Federal que dicho personaje señaló que “Petróleos Mexicanos no tiene ninguna posibilidad de captar líneas de crédito suficientes para sostener un nivel de producción de petróleo crudo de entre 4.5 y 6 millones de barriles por día”.

Casi se nos ruedan las lágrimas de la emoción cuando escuchamos del señor Wolfensohn los siguientes conceptos dirigidos a Fox: “Nosotros apoyamos, totalmente y de corazón, lo que está usted haciendo; creemos que sigue el camino que conduce a su país al desarrollo económico y, sobre todo, a la justicia social”. Las declaraciones continuaron: “Estamos confiados en que el cuidado que va usted a tener es importante y lo apoyaremos en sus preocupaciones que son, sobre todo, la reducción de la pobreza y el desarrollo de su país; su liderazgo será de enorme importancia para nosotros. Quisiera decirle que desde que usted ha tomado el periodo presidencial, ha habido una relación mucho más intensa y mucho más estrecha”.

Pero tras una mascarada se ocultan la verdadera intención, el verdadero interés, el neoliberalismo y la política económica neoliberal internacional. El resultado salta a la vista: países enteros muriendo de hambre, de pandemias y de enfermedades curables cuyos medicamentos no pueden adquirir por el pecado de ser pobres; ante esa realidad, los organismos financieros internacionales, Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, imponen políticas económicas que protegen a unos cuantos, a los ricos, dejando en la miseria a la mayoría de los seres humanos.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional obligan a los países subdesarrollados a adoptar un conjunto de políticas económicas y comerciales, enmarcadas todas ellas, en el compromiso de ajustar sus sistemas económicos a la privatización y reprivatización, a la desregulación y a la liberalización comercial; todo esto basándose en un capitalismo salvaje, regido por las leyes de la jungla, en donde el Estado ya no es más rector de la economía. El resultado es desastroso y sólo un ciego mental no lo ve: desempleo, desmantelamiento de las redes de seguridad social que se habían desarrollado con el estado de bienestar, más de cuarenta millones de pobres en México y acumulación de la riqueza en manos de unos pocos. Se entrega un premio al titular del Banco Mundial, cuando está probado que el neoliberalismo ha traído más injusticia; cuando ha quedado demostrado que las relaciones del capital frente al trabajo, sin la intervención del Estado, son desastrosas; y cuando es evidente que las pequeñas y medianas empresas nacionales compiten en desigualdad de circunstancias contra los oligopolios Internacionales.

Si queremos un mundo mejor en donde todos tengamos las mismas oportunidades de desarrollo, si queremos acabar con las grandes desigualdades entre hombres y mujeres, y si buscamos que no existan diferencias raciales, entonces deberemos empezar a ser más críticos y premiar a quien lo merezca.

*El Conde Lucanor es un libro de exempla o cuentos moralizantes escrito entre 1330 y 1335 por el infante Don Juan Manuel. Está considerada la obra cumbre de la narrativa en prosa de la literatura española del siglo XIV. Se encuentra compuesto por 51 cuentos.