27/1/11

ESPERANZA PARA EL DESAHUCIADO


(Publicado el 1 de agosto de 2006 en Rumbo de México)
“El rabí lo miraba con ternura y con algún horror.
¿Cómo -se dijo- pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?”
“El Golem” de Borges*

Qué incongruencia la del presidente norteamericano George Bush que por un lado es capaz de sacrificar la vida de niños, mujeres y civiles extranjeros en aras a la democracia y el combate al terrorismo, pero cuando se trata de salvar millones de vidas por medio de un proceso científico, prohíbe la investigación de las células madre embrionarias, que dan solución a males incurables y a enfermedades degenerativas. Los Estados Unidos y algunos países de la comunidad europea se han negado a financiar este proyecto, porque implica actividades que destruyen embriones humanos para la obtención de células madre.

Al respecto, el científico británico Stephen Hawkins, descubridor del hoyo negro, consideró que el oponerse a la exploración de las células madre embrionarias, equivale a prohibir el uso de órganos donados de personas fallecidas. Agregó que los países europeos deben seguir financiando estos proyectos y no dejarse llevar por el liderazgo reaccionario del presidente norteamericano.

Entre el 2007 y el 2013, distintos países de Europa van a invertir 50,521 millones de euros en la investigación de estos proyectos, siendo que antes tenían asignado un presupuesto de 16,279 millones de euros. ¿Quiénes estarán en lo correcto? ¿Aquellas naciones que invierten o las que cierran su capital al proceso? ¿Se podrá limitar a la ciencia para prolongar la vida humana? ¿Estados Unidos deberá ser el único rector de la bioética? La respuesta a estas preguntas escapa al ámbito de las ciencias naturales, porque solamente estudian al ser como un ente biológico.

¿Serán el Derecho y la Bioética quienes deban contemplar alternativas y límites para la exploración y la práctica con células madre embrionarias? El problema es complejo y provocará dolores de cabeza y rivalidades entre las diversas posiciones religiosas; mientras tanto, para los juristas la barrera estará entre lo que permita el buen uso de la tecnología en favor de la especie humana y lo criminal, lo bizarro.

Lo que es un hecho es que la ciencia avanza, la curiosidad del hombre por autoconocerse es infinita y no hay forma de detenerla. Los médicos y biólogos están en una búsqueda continua de maneras de salvar la existencia humana, prolongar su estancia en la tierra y darle mejor calidad de vida. El doctor Mc Farlane Burneo, premio Nobel de medicina en 1952 expresó que “…el propósito de la medicina en el más amplio de los sentidos, es proporcionar a cada ser humano, desde el momento de su concepción hasta su muerte, salud en toda su magnitud y la expectativa de vida que le permitan su constitución genética y los accidentes implicados en el vivir”. En este sentido, la Bioética ha de hacer lo posible por respetar escrupulosamente la autonomía del individuo aunque en la práctica resulte muy difícil y a veces rigurosamente imposible. ¿Cómo definir los límites? Sabemos que los experimentos con animales son válidos para la ciencia, no así para los protectores ambientales, pero sin esos ensayos no se hubieran logrado avances en las erudiciones biológicas.

Por ejemplo, en materia de reproducción se han obtenido prácticas exitosas como la fecundación in vitro, que consiste en fertilizar un óvulo en forma externa para después implantarlo en la matriz; o la partenogénesis, que es el desarrollo a partir del óvulo sin necesidad del espermatozoide, con un único gameto; o la transgénesis que es la modificación del genoma de todo un organismo. Estos progresos ya son aplicados en los seres humanos con mucho éxito, sobre todo en aquellas parejas a las que se les había dificultado tener descendencia. Ahora, la investigación da un paso más y logra el descubrimiento de las células madre que son las células progenitoras, auto-renovables y capaces de regenerar uno o más tipos celulares diferenciados. En la actualidad se está buscando que la célula madre se obtengan de la medula ósea de un adulto y no de un embrión; sin embargo, no se consiguen los mismos resultados, pues las primeras sólo tienen la capacidad de convertirse en células del tejido del que han sido obtenidas, no son pluripotenciales, sino solamente regenerativas. En breve, será factible sustituir el tejido de un corazón dañado, de su plantar un hígado infestado de cáncer, de componer piel quemada, de rehacer una medula ósea o un tejido nervioso para que las personas afectadas se levanten de la silla de ruedas por sí mismos. ¿Se le podrá negar una esperanza al enfermo incurable? El hombre al que Dios creó y le dio conocimiento perenne, utiliza su ingenio para crear.

Se ha alterado aquel fresco de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, ahora, el hombre está tocando a Dios, en lugar de que el Supremo toque al hombre.

*Jorge Luis Borges. Escritor argentino nacido en 1899, considerado uno de los autores más destacados de la literatura en español del siglo XX. Murió en Ginebra en 1986. El Golem es un poema escrito en 1964, que relata la historia del rabino Judá León quien da vida a un ser al que pone por nombre Golem.

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