20/1/11

VIALIDADES ELECTORERAS



(Publicado el 1 de febrero de 2005. Excélsior)
“…Sin darse cuenta uno empieza a deformar los hechos
para que se adapten a las teorías,
en lugar de adaptar las teorías a los hechos.”
Sherlock Holmes en “Escándalo en Bohemia”*

La ciudad de la esperanza se enseñorea con un conato de segundo  piso en el Periférico; logra elevar el tráfico de vehículos a un nivel más alto. Ahora el contaminante está muy cercano de la nube contaminada. Hoy, los miles de automovilistas consumirán su tiempo en horas pico, recorriendo un tramo de 6 kilómetros que va de las Flores a San Jerónimo, para desembocar en el clásico embudo. Todo ello, como resultado de un mal diseño y una pésima planeación.

Esta obra de controvertida utilidad, pretende obtener una buena rentabilidad política-electoral, favoreciendo supuestamente a grupos de nivel medio y alto, a los que el gobierno perredista no puede manipular ni comprar su voto. La construcción está significando un gran endeudamiento, además de la reducción del presupuesto de las delegaciones, la disminución de los trabajos de mantenimiento del Metro, del drenaje profundo y de las calles, así como el freno en la inversión pública en diversos rubros socialmente prioritarios.

Quedaron en el olvido los tratamientos a las aguas residuales que se generan en el Distrito Federal, las mejoras al transporte público en zonas limítrofes y la reordenación integral de los paraderos de transporte Indios Verdes, Pantitlán y Cuatro Caminos. Igualmente relegados, quedaron los estudios para solucionar los problemas de seguridad pública y desechos sólidos desde una perspectiva metropolitana.

La visión de los proyectos “elevados” que buscan construir soluciones viales en esta ciudad, se han concentrado en un porcentaje pequeño de la población del sur del D.F. (17% de 8 millones de habitantes).

Además, ya puede vislumbrarse el futuro desorden vial puesto que en los segundos pisos no hay zonas de descanso por si un vehículo se descompone, las salidas se reducen de tres carriles a sólo uno, existen curvas mal planeadas y entronques de sólo una vía. Toda la construcción está realizada contra reloj. Hay que concluirla rápido, antes de los destapes, antes de que se inicien elecciones; sólo para que constituya alimento del proselitismo. La prioridad en la ciudad, lamentablemente, no es enfrentar la crisis citadina, sino afrontar la emergencia electoral bajo una perspectiva personal: la oportunidad del señor López de hacerse del poder nacional.

Para el desarrollo de la red vial se presupuestaron 16,500 millones de pesos de los cuales, un 43% se utilizó sólo para la “pejeobra del sur”; sin importar que el 75% de la población necesite movilidad en grandes tramos. Creo con sinceridad que la solución no son los segundos pisos, sino el reordenamiento e inversión en el transporte público.

En efecto, si tomamos en cuenta que únicamente el 25% de la población capitalina tiene vehículo particular, quiere decir que 6 millones de habitantes, principalmente de escasos recursos, utilizan la red de transportes de pasajeros, la cual es insuficiente e ineficiente. Como ejemplo de la ineficiencia: el metro, los autobuses y los trolebuses, deberían ser la columna vertebral del servicio y orientar a los microbuses para ser la alimentación de esta columna; sin embargo sucede lo contrario; normalmente estos servicios concesionados compiten, se sobreponen y provocan una sobreoferta en las arterias principales de la ciudad como Tlalpan, Zaragoza, Insurgentes y Patriotismo (estas últimas igual en obras apresuradas) provocando un exceso de tráfico. Debe considerarse que los microbuses no están diseñados para satisfacer la demanda en avenidas de mucha afluencia, sino para vías secundarias donde se pueden distribuir equitativamente a las personas. El problema de transporte se concentra en el norte y oriente de la ciudad, ya que por esos puntos ingresan diariamente 2 mil camiones de pasajeros por hora, lo que equivale al uso de 10 mil vehículos compactos. Además, se suman las unidades de carga que utilizan esas vías para desplazarse a entregar sus mercancías a la Central de Abastos y otras zonas comerciales.

En las grandes ciudades como Nueva York, Sao Paulo, Bogotá y Santiago, se han aplicado programas que fomentan el transporte público y restringen la circulación vehicular para disminuir la contaminación, eficientar los tiempos de traslados y reducir el consumo de combustibles.

Esas metrópolis cuentan con líneas de transporte subterráneo que conectan al centro con los suburbios habitacionales, y en las estaciones de se construyeron estacionamientos suficientes para que el usuario deje su automóvil y se traslade en metro a su trabajo; disfrutando de tarifas muy económicas y sistemas de vigilancia. Con una inversión menor a la del segundo piso, se hubiera implementado un proyecto de este tipo, en coordinación con el Estado de México.

Si el actual régimen del D.F. no es capaz de superar las diferencias de óptica para ponerse por encima de los intereses creados, y sigue con las inercias en cada entidad, por citar sólo un ejemplo, mantiene su propio programa de verificación vehicular; si no saca adelante el proyecto del Tren Suburbano, rescatándolo de esa larga espera de muchos años; si no resuelve los desfases de la política que se aplica en los diversos niveles de gobierno; entonces tampoco será competente para dar a los habitantes de esta megalópolis, mejores niveles de vida.

*Sherlock Holmes es un personaje ficticio, protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción. Fue creado en 1887 por Sir Arthur Conan Doyle. Sherlock Holmes es el prototipo de investigador cerebral por excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca posterior a su aparición.

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