26/1/11

LABORATORIOS ELECTORALES


(Publicado el 14 de marzo de 2006. Excélsior)
“Uno como quiera…pero ¿las criaturas?”
Dicho popular

Es un hecho que esta generación de electores afrontará, de una u otra manera, su derecho, que no obligación a pesar de lo que se diga, de hacer lo que mejor considere el día de las elecciones; así, podremos ser testigos de actitudes abstencionistas y de promociones al voto, pero en todo ese contexto ¿Qué pasará con nuestra incipiente democracia? ¿Tendrá el IFE la suficiente fuerza para ser un leal árbitro? ¿Los candidatos perdedores reconocerán su derrota? ¿Ante un gran abstencionismo como el que se augura será legítimo el gobierno electo? Se equivocan los que afirmaron que la elección del Estado de México fue un laboratorio electoral, ya que los procesos de sufragio locales gozan de particularidades. Pero en todas las elecciones, sean locales o federales, los ciudadanos han utilizado el sufragio como una coyuntura para demostrar su enojo y castigo a los partidos políticos gobernantes y otorgar su voto de confianza a otros.

Además, hay que mencionar que el voto corporativo está extinguiéndose. El voto particular o diferenciado es el que predomina en los nuevos comicios; y es justamente este tipo de sufragio el que ha dado al país una nueva composición política, tirando por la borda paradigmas como “todos en el norte votan por el PAN”, “Guerrero es un Estado priísita”, “el sufragio en Estado de México será el espejo de la elección presidencial”. En el nuevo modelo, ningún candidato o partido político tiene garantizado el triunfo electoral.

En estos momentos, en lugar de preocuparse por los votos “duros”, los candidatos deben ocuparse de sentar las bases para sus propuestas de campaña; de lograr un voto de confianza en los ciudadanos; y de trabajar mostrando su experiencia y congruencia. Recordemos que Vicente Fox rompió con los principios del voto duro y del corporativismo, su actuar se basó en una fi gura con nuevas expectativas.

Lo suscitado el domingo pasado en el Estado de México, fue un tema propio de los mexiquenses y en lo particular de cada uno de los municipios. El hecho de que los candidatos a la presidencia hayan acudido al Estado de México a realizar proselitismo, antes de las elecciones estatales, es parte de la estrategia de la campaña presidencial, no de la local. Así, Yeidckol Polenvsky, por mucho que la apoyó López Obrador durante sus giras estatales, no obtuvo ningún resultado favorable; en cambio el candidato del PRD, sí captó varios reflectores.

Todavía hay mucho que recorrer previo al 2 de julio, quedan cuantiosos anuncios en los medios que influirán en aquellos que no han tomado una decisión; todavía faltan uno o varios debates entre los aspirantes que harán girar las manecillas de la predilección.

En los comicios presidenciales, estarán presentes dos fenómenos: Un alto nivel de voto volátil o utilitario y un tremendo nivel de abstencionismo; estos dos factores serán alimentados por las pugnas y descalificaciones entre los candidatos, que han ido restando la intención del voto e impactando negativamente a los contendientes y a los propios partidos.

Se argumenta que dos terceras partes de la ciudadanía considera que los partidos políticos están por debajo de las circunstancias actuales y de los avances democráticos, y que se han alejado del interés social.

Los votos de los sectores duros de los diferentes partidos son, con mucho, insuficientes para obtener un triunfo: PRI 10 millones, PAN 6 millones y PRD 5 millones. Cuando la cifra pronosticada de abstencionismo es de alrededor del 54%, para ganar se requerirán alrededor
de 16 y 17 millones de votos. Hasta la próxima.

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