20/1/11

COMBUSTIBLES ALTERNOS


(Publicado el 8 de febrero de 2005. Excélsior)
“...y la tercera parte de los árboles se quemó,
y se quemó toda la hierba verde.”
Apocalipsis*

Generalmente al empezar la temporada de aguas, las civilizaciones de todo el mundo han observado un sinnúmero de ritos y costumbres para festejar tan benéfico acontecimiento; pero hoy, con la contaminación de la atmósfera, las cosas están cambiando radicalmente…

La primera gota tocará el pavimento y detrás de ésta se precipitará toda una tormenta, y ahora, no sólo mojará las paredes, sino que contribuirá a carcomerlas y deslavarlas lentamente. Los sembradíos son gravemente afectados; el simple rocío perjudica la piel; las aves más pequeñas caen al suelo sin vida, inertes y con un color amarillo grisáceo; la lluvia ácida se vuelve cada vez más agresiva para las grandes ciudades y sus alrededores.

No hemos logrado controlar las emisiones de compuestos de azufre, nitrógeno y otras substancias producidas por la actividad industrial; los vehículos automotores constituyen todavía la principal fuente de contaminación atmosférica; y la tarea de utilizar combustibles alternos se encuentra fuera de nuestra perspectiva.

El uso masivo de las fuentes fósiles ha conducido a una alteración significativa de la naturaleza y el medio ambiente. Los estudios acerca de la producción de petróleo y gas natural en las diferentes regiones del mundo, y de los nuevos hallazgos de reservas, indican que dentro de pocos años ambos productos llegarán a su punto de máxima elaboración. Por lo anterior, resulta urgente que la búsqueda de fuentes y tecnologías alternativas de energía, sea una de las prioridades mundiales en las próximas décadas y que estas investigaciones se basen en dos conceptos esenciales: bajo impacto ambiental y renovación.

En 1900, poco antes de que se introdujera el motor de gasolina, los vehículos eran impulsados por combustibles hoy considerados como alternativos. Por ejemplo: en 1860 se utilizaba el gas de carbón (gas natural); la electricidad almacenada en baterías de plomo ácido era una fuente de energía para vehículos; en 1880, Henry Ford construyó uno de los primeros automóviles, el modelo “T”, utilizando como fuente de energía al etanol, obtenido del maíz, el cual además de otras aplicaciones, se utiliza actualmente para prevenir infecciones en heridas o lesiones.

La generación de energía mediante el aprovechamiento de productos naturales o de residuos, es una de las industrias del futuro; tal es el caso del biodiesel, que es aquel combustible líquido obtenido a partir de productos agrícolas, como el girasol, la soya, la palmera, el maíz o la papa; y de productos de gran contenido de grasa animal, utilizados como sustitutos del gasóleo. La ventaja de este tipo de energéticos es que no contaminan y además son biodegradables. Pero, sin lugar a dudas, el hidrógeno constituye la fuente de energía que será utilizada masivamente en un corto tiempo.

En México, y de acuerdo con información difundida por PEMEX, de continuar el consumo anual en 1600 barriles, las reservas totales de hidrocarburos serán suficientes sólo para los próximos 35 años. Por otro lado, no se debe perder de vista que la venta y exportación de petróleo representan el ingreso más importante para nuestro país.

Asimismo, en México se consumen cerca de 105 millones de litros de gasolina por año y se estima que para el 2020 esta cifra aumentará a 167 millones, lo que requerirá la construcción de más refinerías o bien, la importación del referido combustible. Asimismo, debe preverse que el agotamiento del petróleo implicará un déficit económico y una gran pérdida de fuentes de trabajo.

El desarrollo de las tecnologías adecuadas para la generación sustentable de combustibles, será un elemento que apoye la independencia energética de este país. La caña de azúcar y el maíz son cultivos para el consumo humano cuya producción ha venido en franca decadencia debido a la importación de sustitutos como jarabes ricos en fructuosas. Por lo tanto, la construcción de una industria que permita utilizar al máximo los cultivos antes citados como materias primas para combustibles alternos, es un camino para que despegue el campo mexicano.

En el presente, el uso de etanol como carburante ya ha producido resultados positivos; sin embargo, los distintos actores en los procesos de producción de energéticos no se han puesto de acuerdo ni les corre prisa hacerlo; como si el petróleo fuera un recurso renovable que no contaminara. La industria automotriz, PEMEX, universidades, autoridades, agricultores y legisladores deben trabajar en conjunto, porque el destino nos ha rebasado.

Así, los ingenieros mexicanos del futuro deberán enfrentar retos diversos, producto de una realidad cambiante. Retos que consistirán en generar condiciones ambientales más restringidas tomando en cuenta intereses no sólo técnicos y económicos sino también éticos, sociales y/o políticos, los cuales constituirán un sinnúmero de barreras para los proyectos que busquen sustituir a la industria multimillonaria del petróleo; pudiendo llegar incluso, a invasiones o guerras. El presidente Bush y su estúpida guerra en Irak son un claro ejemplo de la importancia que se da al oro negro, afortunadamente este producto se agotará. Sólo espero que estemos prevenidos con buenos substitutos, de lo contrario, tendremos que regresar al uso del caballo.

*El libro del Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento. Escrito por el Apóstol San Juan hacia finales del siglo I y principios del siglo II. Quizás sea el libro más rico en símbolos de toda la Biblia, también conocido como libro de la revelación por su carácter exclusivamente profético, razón por la cual ha sido objeto de numerosas investigaciones, interpretaciones y debate a lo largo de la historia.

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