25/1/11

PRI, PRENDIDO CON ALFILERES


(Publicado el 30 de agosto de 2005. Excélsior)
“Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil”
Jean de la Fontaine*

Todo lo que ocurra en cualquier partido político es de la incumbencia de la sociedad; los asuntos de estas organizaciones tienen el carácter de público, ya que nosotros contribuimos, con nuestros impuestos, a subsidiarlos. En la medida en que los partidos se consolidan, la sociedad se democratiza, aumenta la pluralidad y el respeto a la diversidad; por el contrario, cuando un partido se debilita, se fracciona y se disgrega, la colectividad también reciente esas pugnas internas y las refleja en su diario vivir; cuando existe debilidad partidista, surge la virulencia post electoral; el partido que pierde su cemento de unidad, vacía el dinero público a un pozo sin fondo, brotan los insultos entre dirigentes, se pierde la confianza en sus normas internas y en las elecciones constitucionales gana el abstencionismo.

Por eso, se debe fortalecer al Instituto Federal Electoral como árbitro que regula los procesos, dándole la autonomía y autoridad suficientes para garantizar sufragios limpios. La democracia no puede existir sin un organismo capaz de conducir elecciones libres. Con un IFE maniatado o sin credibilidad, las consecuencias sociales serían nefastas.

Es por ello, amables lectores, que así como en otra entrega traté cuestiones del PRD, ahora daré puntos de vista sobre el Revolucionario Institucional, el cual enfrenta graves problemas.

Una organización podrá sobrevivir ataques, agresiones, fraudes y derrotas electivas sin desaparecer, siempre y cuando sus integrantes estén unidos, tengan un buen liderazgo y antepongan los idearios del partido a los egoísmos personales.

Se ha manifestado que el PRI es un partido con madurez política, pero ahora enfrenta un proceso que lo puede llevar a la ruptura. Para el día de mañana, miércoles 31 de septiembre, fue convocado el Consejo Político. En esta reunión se conocerá la substitución de su Presidente, Roberto Madrazo. Cabe señalar, que los estatutos del PRI obligan a optar en favor de la Secretaria General, Elba Esther Gordillo. Otras interpretaciones son, a mi juicio, inválidas.

Uno de los asuntos a tratar en la asamblea señalada, se refiere al desahogo de la prelación y de la sustitución de la presidencia del CEN, con base en los artículos 81 fracción XV y 164 de los Estatutos del PRI.

El primer artículo citado manifiesta que el Consejo Político puede, en ausencia del presidente y del secretario general, elegir a quienes los substituyen; y el 164 prevé la forma de sustituir al presidente del partido en caso de una ausencia definitiva. Si Roberto Madrazo renuncia a su cargo, la norma indica que lo debe sustituir el Secretario General quien tendrá un plazo de 60 días para convocar a la Asamblea General, a fi n de llevar a cabo las elecciones correspondientes. Hasta aquí no hay duda, a pesar de las que supuestamente han surgido.

Si hubiera seguridad y confianza entre los dirigentes del PRI, el proceso no tendría problema alguno, apoyarían democráticamente a un candidato y hermanados trabajarían por la victoria electoral. Sin embargo, dada la escasez de confianza, no se pondrán de acuerdo, lo que obligará a que un tercero, el TRIFE (tribunal electoral), decida sobre el asunto, circunstancia que complicará todo el proceso porque si gana el juicio la parte quejosa, todos los actos realizados después del 31 de agosto serán nulos de pleno derecho. Ello implica la nulidad de las elecciones internas, nulidad de las convocatorias, nulidad de la propia votación para elegir a ese candidato y la posibilidad de que el aspirante electo no pueda participar en los comicios presidenciales.

Estos hechos serían tan delicados que incluso se ha rumorado que el PRI pudiera no tener candidato para el año que entra.

El asunto no parará con una sentencia, sino con la segmentación de grupos, provocando la debilitación del partido en una etapa crucial.

Por lo pronto, nuestros impuestos se seguirán gastando inútilmente. Ojalá que en el PRI se abrace la prudencia y se demuestre la experiencia labrada por más de medio siglo en política.
 *Jean de La Fontaine (1621 –1695) Escritor y poeta francés, en cuya obra da consejos para hacer al hombre más razonable y feliz. Sus cuentos y novelas están inspirados por Ariosto, Boccaccio, François Rabelais y Marguerite de Navarra.

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