“La fuerza no
proviene de la capacidad física
sino de una
voluntad indomable.”
Mahatma Gandhi
Se elevaron las voces hasta
entonces inaudibles, en un solo grito, el grito que provoca la cerrazón, la
impericia de un Gobierno que se impone, frente a la voluntad y la sabiduría del
pueblo, que obligaron a la reestructuración de lo que hoy, por fortuna,
conocemos como el Moderno Estado Mexicano.
Somos herederos de esta,
todavía hoy, inacabada lucha, por la consolidación de las instituciones
democráticas, hoy honramos esos corazones de quienes se atrevieron a retar el
retumbante sonido de los casquillos en el pavimento y el cemento de las aceras,
de quienes no se intimidaron por los titanes de acero apostados en las calles,
cuando la sacralidad de la vida universitaria se vio amenazada por una suerte
de Golpe de Estado autoinflingido, por el poder omnímodo, ciego, soberbio.
Esa generación, dejó escrita
una página de grandeza, determinada a reducir la altivez del monarca autoritario
envuelto en el disfraz de la Constitución a través de la razón, y de conquistar
las calles con gallardía, que a 46 años se siente vibrar en nuestras más
sensibles fibras y que siguen hoy aquí en Tlaltelolco, Reforma, 5 de Mayo y el
Zócalo, en un ciclo interminable que se repite, como la forja del herrero que
golpetea en nuestra mente, recordándonos que es 2 de Octubre.
Este 1968 eterno, es pues,
el triunfo de la lucha de la consciencia sobre el fusil, de la pluma sobre el
tolete, de los jeans sobre el sombrero, de los estudiantes muy por encima del
usurpador.
@jorgegavino
(Publicado en la Crónica de Hoy el 3 de octubre de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario