“Sopla el viento de la libertad”
Lema de la Universidad de Stanford
La Universidad de Stanford fue fundada por Leland y Jane Stanford 
como un tributo a la memoria de su hijo, que murió en 1884 a los 15 años
 de fiebre tifoidea. La pérdida fue el motor que impulsó la creación de 
una institución que se ha convertido en una de las principales fuentes 
de conocimiento en la historia de la humanidad. 
Al 2019,
 83 premios Nobel, 27 premios Turing y 8 ganadores de la medalla Fields,
 han estado afiliados a Stanford como alumnos o profesores. Es la alma 
mater de un presidente de Estados Unidos, 30 billonarios vivos y 17 
astronautas.
El 16 de junio de 1991, John W. Gardner, reconocido 
líder civil en Estados Unidos, fue invitado para pronunciar el discurso 
de graduación en el centenario de la prestigiosa Universidad. Este 
mensaje, está lleno de sabios consejos que me gustaría compartir con 
ustedes en estas fechas que, por lo general, invitan a la reflexión:
“...Aprendan toda su vida. Aprendan de sus fracasos, de sus éxitos.”
“...Aprendemos
 de nuestros trabajos, de nuestros amigos y familias. Aprendemos al 
aceptar los compromisos de la vida, desempeñando los roles que la vida 
nos entrega (no necesariamente los roles que hubiéramos elegido). 
Aprendemos tomando riesgos, sufriendo, disfrutando, amando, llevando las
 indignidades de la vida con dignidad.”
“...Tu identidad 
es aquello a lo que estás comprometido. Si no haces ningún compromiso, 
eres una persona incompleta. Libertad y obligación, libertad y deber, 
ese es el trato.” 
“...Uno de los enemigos de la motivación real y permanente, es la 
concepción más bien infantil que tenemos acerca del tipo de metas 
descriptibles y concretas hacia la que todos nuestros esfuerzos deben 
conducirnos. Queremos creer que hay un punto en el que podemos sentir 
que hemos llegado. Queremos un sistema de puntuación que nos diga cuando
 ya hayamos acumulado suficientes puntos para considerarnos exitosos.
Entonces
 te revuelcas y sudas y escalas para alcanzar lo que creías que era la 
meta. Y, cuando llegas ahí, te levantas, miras alrededor y lo más 
probable es que te sientas un poco vacío. Tal vez más que un poco vacío.
Te preguntas si escalaste la montaña equivocada. 
Pero
 la metáfora está mal. La vida no es una montaña que tenga una cumbre. 
Tampoco es -como algunos suponen- un acertijo que tenga una respuesta. 
Ni un juego que tenga un marcador final.
La vida es un desarrollo 
sin fin y -si queremos que lo sea- un interminable proceso de 
autodescubrimiento, un interminable e impredecible diálogo entre 
nuestros propios potenciales y las situaciones de vida en las que nos 
encontramos.”
“...Déjenme concluir diciendo, tan directo como me 
es posible, que esta nación se está enfrentando a una prueba de 
carácter, mucho más profunda por ser difusa, mucho más difícil al no ser
 precipitada por un ataque enemigo. 
La prueba es si, entre toda 
la confusión y choques de intereses, todos los conflictos distractores y
 propósitos cruzados, todas las tentaciones para la autocomplacencia y 
autoexoneración, tenemos la fortaleza de propósito, las agallas, la 
convicción, el poder de permanencia espiritual para construir un futuro 
digno de nuestro pasado.”
Espero que este cierre de año nos llene 
de la fuerza y determinación que nuestro país necesita para superar una 
prueba que apenas comienza.
Publicado en: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/significado-y-compromiso-4553596.html
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