“Las leyes son como las salchichas:
es mejor no ver cómo las hacen”.
John Godfrey Saxe (1816-1887), 
poeta americano.
La mayoría de las veces pensamos en las 
leyes como algo máximo y casi sagrado. Pero en la realidad hay ocasiones
 en las que pueden llegar a parecerse mucho a una salchicha: estimado 
lector, se lo digo por experiencia... Si le gustan las salchichas, es 
mejor que no vea cómo se hacen.
En el Congreso de la Ciudad de México, 
los diputados de Morena presentaron un dictamen por el que se adiciona 
un artículo transitorio a la Ley de Participación Ciudadana del Distrito
 Federal.
El problema con la propuesta, que 
terminó por ser aprobada por el grupo mayoritario y sus aliados, es que 
con la adición de un solo artículo transitorio carente de temporalidad 
(algo que ya en sí es inusitado), se derogan tres artículos y, como 
resultado, se abroga de facto la norma, suspendiendo el proceso de 
elección de los Comités Ciudadanos y Consejos de los Pueblos, hasta que 
no exista una nueva ley que al momento no se ha presentado, ni tenemos 
idea de cómo viene y que además será muy difícil de consensuar entre 
todos sus actores. 
Esto dio origen al debate álgido y más 
intenso que se ha visto desde que se creó el Congreso de la Ciudad de 
México. Entre la mayoría (Morena y compañía), la oposición (PRI, PAN y 
PRD) y un grupo de representantes de los Comités Ciudadanos que habían 
acudido a presenciar la sesión, discutimos acaloradamente este único 
punto por 4 horas.
Hubo gritos, cachetadas, empujones y 
majaderías expresadas a todo pulmón, no hubo sombrerazos porque nadie 
llevaba sombrero pero llegó un momento en que los integrantes del grupo 
mayoritario, a modo y semejanza de la Guardia Nacional, se apostaron 
frente a la Tribuna por el temor a que esta fuera tomada por algún 
miembro de la oposición.
El respeto es la base de cualquier 
debate de altura. Como bien lo señaló el diputado José de Jesús Martín 
del Campo, presidente de la Mesa Directiva del Congreso: “Hay opiniones 
diferentes y hay que acostumbrarse a escucharlas con respeto”.
Un debate es tesis y antítesis, de su 
síntesis muchas veces nacen las mejores ideas. Aunque su elaboración, 
como ya lo vimos no siempre sea la más pulcra.
Ahí está la magia: en lo que no vemos.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-de_leyes_y_salchichas-1114965-2019
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