28/12/19

CREER SABER

 “Casi todos sabemos creer, pero pocos sabemos saber. Es que saber y creer no es igual, saber es sufrir, creer es gozar...” Jorgé Jorgé, cantautor mexicano.
El pasado 4 de marzo, el titular del Poder Ejecutivo, anunció que, ante el rechazo de sus dos veces propuestas ternas para la Comisión Reguladora de Energía por parte del pleno del Senado, ya había nombrado personalmente a los cuatro nuevos comisionados conforme a lo dispuesto por el procedimiento legislativo.
El bloque de la oposición en el Senado interpuso una demanda de amparo y realizó un llamado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que ejerza su facultad de atracción por la relevancia y trascendencia del asunto. Hay que decirlo, fue un proceso que estuvo lleno de irregularidades y que podría verse fácilmente como una clara muestra de la falta de respeto por los procedimientos y una burla al poder Legislativo.
Cualquiera hubiera esperado que el presidente enviara en sus ternas a puro “cuarto bat”, 12 técnicos ultraespecializados en materia energética. Pero, como lo dijo el senador de Morena, el presidente de la Comisión de Energía, Armando Guadiana: “la caballada estaba flaca”.
Es importante hacer énfasis: todos los candidatos merecían el mayor respeto, como cualquier persona. Pero claramente no estaban preparados para el cargo al que fueron propuestos. Los utilizaron como carne de cañón. Elegir entre lo peor, es un escenario que no ayuda mucho a México.
Haciendo a un lado el tema de los integrantes de las ternas, lo más lamentable del caso es que, en una decisión que debió ser consensuada entre el Ejecutivo y el Legislativo, tal como lo manda y es el espíritu de la ley, una interpretación obscura de la misma, ha dado lugar a una serie de nombramientos que parecen más bien una imposición.
La CRE es un órgano autónomo: está dotada de autonomía técnica, operativa y de gestión, y cuenta con personalidad jurídica propia. En materia energética, estamos hablando del árbitro, que tiene que llevar a cabo el control de equilibrio de empresas tan poderosas como Pemex, la CFE y muchas otras que componen el mercado.
Entonces ¿por qué no mejor desaparecer al árbitro?, ¿por qué no regresar a como era antes de que existiera la CRE? Mejor sería cambiar la ley para que el presidente nombre directamente a quien él quiera desde el principio y así evitamos este tipo de tragicomedias. 
Lo único que se está logrando, es enviar el mensaje equivocado al sector energético y sus inversionistas: Parecería que hubiera algún tipo de interés por desmantelar la autonomía de la CRE. Esto es muestra de una política regresiva.
El apoyo inédito que tiene el presidente de la República está relacionado al deseo de la gente, pero esto no es un dogma de fe. No se trata de creer porque creer es un estado de conciencia donde no se tienen elementos para afirmar o negar. Necesitamos miembros de la CRE que no crean, que sepan con conocimientos específicos para tomar decisiones sobre la energía en México.


Publicado: https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/creer-saber-3296861.html


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