El 17 de marzo de 2012, el 
centrocampista Fabrice Muamba, del equipo de la Primera División de 
Inglaterra “Bolton Wanderers”, se desplomó mientras se jugaba la primera
 mitad de un partido de cuartos de final en contra de Tottenham Hotspur.
 Acababa de sufrir un paro cardiorrespiratorio.
El corazón de Muamba, se detuvo por 78 
minutos. Casi un mes después, el 16 de abril, el futbolista (que en ese 
entonces acababa de cumplir 24 años mientras se recuperaba en el 
hospital), fue dado de alta luego de haber estado muerto por poco más de
 una hora.
Si hay algo de lo que todos podemos 
estar seguros es que, en algún momento de nuestras vidas, eventualmente 
experimentaremos un ataque cardiaco. Todos nuestros corazones dejarán de
 latir. Lo que suceda en los minutos y horas siguientes, puede 
convertirse en la parte más significativa de nuestra existencia.
Desafortunadamente para nosotros, lo más
 probable es que en esos momentos cruciales, será como si hubiéramos 
viajado en el tiempo y la continuidad de nuestra existencia dependerá de
 una práctica médica que viene de los años 1960.
Desde entonces, la reanimación 
cardiopulmonar (RCP), ha sido la técnica protocolaria para revivir un 
corazón que se ha detenido. El problema de la RCP, es que se requiere 
mucha condición física y entrenamiento para lograr realizar 
correctamente las 100 compresiones torácicas por minuto necesarias para 
que funcione.
El Dr. Sam Parnia, un médico británico 
que se especializa en la optimización de las prácticas que se utilizan 
para resucitar a la gente cuando muere, dice que lo primero que tenemos 
que hacer, es darnos cuenta de que las máquinas son mucho mejores para 
la reanimación cardiopulmonar (RCP) que los doctores.
Esto es precisamente lo que hizo la 
diferencia en el caso de Fabrice Muamba. El futbolista tuvo la suerte de
 llegar a un hospital donde pudieron practicarle un procedimiento 
conocido como “oxigenación por membrana extracorpórea” (ECMO), que 
consiste en extraer la sangre de un paciente que se encuentra en paro 
cardíaco, circularla por un filtro oxigenado y regresarla al cuerpo 
cargada de oxígeno.
Esta técnica permite extender durante 
horas, el tiempo que una persona puede permanecer muerta y revivirla con
 resultados positivos.
Heidegger, sostenía que “el hombre es un ser para la muerte”, los avances tecnológicos parecerían sugerir lo contrario.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-no_solo_lazaro_regresa_de__la_muerte-1139120-2019
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