“...y en vez de seguir con el progreso, 
retrocedísteis al barbarismo”.
Enseñanza antigua
El día de hoy, en Islandia se instalará 
una placa en el lugar que hasta hace poco ocupaba el glaciar Okjökull, 
el primero en ese país en ser declarado “muerto” por la comunidad 
científica. Esta placa, lleva por título “Una carta al futuro” y quedará
 como un ominoso recordatorio de los cambios que provocamos en nuestro 
mundo y que nunca intentamos evitar.
Igual que los grandes descubridores 
recorrieron el mundo en toda su circunferencia propulsados por el 
viento, hoy, cruza el Atlántico una embarcación que nos lleva a esas 
antiguas épocas de gloria y valentía, en una historia que parecería 
arrancada de las páginas de algún libro de cuentos que mezclara la 
fantasía con la protesta medioambiental: Greta Thunberg, la activista 
adolescente, ha sido invitada a participar en la Cumbre sobre la Acción 
Climática de la ONU, que se celebrará en Nueva York.
Sin embargo, había un predicamento, la 
joven ecologista se rehusaba a viajar en avión por la enorme cantidad de
 emisiones que este medio de transporte genera. ¿Cómo cruzar entonces el
 Gran Océano?
Pierre Casiraghi, el joven príncipe 
monegasco, ofreció su velero a la adolescente activista, para ayudarla 
en su misión y así viajar llevando consigo un mensaje, intentando abrir 
nuestros ojos.
Greta pertenece a una nueva generación, 
aquella que ya nació sin la venda, y que se sabe a sí misma en el nada 
envidiable sitio de pagar las consecuencias de nuestra voracidad como 
especie.
El planeta que hoy conocemos, en el que 
esa adolescente nació, será dramáticamente distinto cuando ella tenga 
nuestra edad y nosotros hayamos regresado al polvo: ¿Agua potable?... 
Tal vez, en poca cantidad y solamente disponible para algunos cuantos; 
¿El aire limpio y puro de las montañas, los bosques frondosos?... Lo 
habrán escuchado de nosotros, sus abuelos.
Por eso resulta aberrante que pensemos 
que el anhelado “progreso” llegará a medida en que quememos más petróleo
 y más carbón, en lugar de darnos cuenta que nosotros arderemos en ese 
mismo fuego si no cambiamos de manera radical y urgente. Un cambio que 
claramente no se está dando en esta supuesta “Transformación”, la cual, 
si tuviera que hablar únicamente a partir de sus proyectos en materia de
 generación de energía, más bien ha resultado un retroceso.
Islandia ya celebró su primer funeral 
por un glaciar muerto. ¿No será que pronto nos toque a nosotros hacer lo
 mismo por alguna de nuestras selvas?
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-retrogradacion-1128755-2019
Twitter: @jorgegavino
Facebook: JorgeGavinoOficial
Facebook: JorgeGavinoOficial
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario