“No es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, pero es indispensable que aparente poseerlas”. 
El Príncipe (1513), Nicolás Maquiavelo
Existe en Japón una especie de cangrejo 
llamado Heike. Este crustáceo fue nombrado en honor al poderoso clan 
samurái, que desde el año de 794 d.C. tuvo una importante presencia en 
la política japonesa y en 1185 era liderado por el emperador Antoku, 
quien apenas cumplía los siete años de edad y reinaba sobre la tierra 
del sol naciente.
¿Por qué bautizar a un cangrejo con el 
nombre de un legendario grupo de samuráis, que dominaron Japón por casi 
400 años? Basta con mirar la apariencia de este animal para obtener la 
respuesta. El cangrejo Heike, se caracteriza por tener una coraza 
delineada por lo que parecería ser el rostro de un samurái enfurecido. 
La creencia local, dicta que estos cangrejos son en realidad la 
reencarnación de los guerreros Heike derrotados por la flota de los 
Genji en la batalla de Dan-no-ura, tras la cual el poderoso clan del 
emperador Antoku sería destruido.
En este sangriento encuentro naval, los 
guerreros Heike, superados en número y táctica, se lanzaron al mar para 
morir ahogados. Ante este resultado, la Dama Nii, abuela del emperador, 
toma una drástica decisión para preservar el honor de su orgulloso 
linaje: La anciana abrazó fuertemente a su nieto y, mientras se hundían 
juntos debajo de las olas, le dijo “en las profundidades del océano está
 nuestro capitolio”.
Tal como es narrado por el astropensador, Carl Sagan, en su excelente libro Cosmos (1980), los pescadores, en un gesto de profundo respeto por los samuráis, regresaban estos crustáceos al mar.
Este hecho, trajo como resultado un 
ejemplo no intencionado de selección artificial. Los cangrejos samurái 
proliferaron porque la gente únicamente se comía aquellos que no tenían 
el rostro de los guerreros tatuado en el caparazón.
Actualmente, podemos observar un 
fenómeno similar en la política nacional. Parecería que algunos actores 
políticos adoptan los rasgos del líder en turno con tal de sobrevivir en
 en el medio. Somos entonces testigos del nacimiento de una nueva 
especie: el político Heike.
Los políticos, para sobrevivir, se han convertido en los cangrejos.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-los_politicos_heike-1123884-2019
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