"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres."
Pitágoras
El abuso laboral contra infantes se ve en cada esquina de nuestra urbe, en tiraderos de basura, en construcciones y en un sin fin de lugares que ponen en riesgo su salud física y mental, impidiendo que puedan alcanzar un adecuado desarrollo.
Según cifras del INEGI, más de 80 mil niños en la Ciudad de México trabajan o en el mejor de los casos acompañan a los padres a buscar el sustento familiar, este lamentable hecho impactará de manera sustancial la economía y el desarrollo de la capital, al no contar con hombres y mujeres capaces de ser competitivos ante las demandas que se requieren.
La explotación infantil como consecuencia de la miseria agrava la situación cuando los abusados laboralmente caen en una profunda depresión, desnutrición e incluso drogadicción ocasionando problemas de salud pública.
Una persona que no tiene plenitud en la primera etapa de su existencia, difícilmente podrá llegar a ser un adulto que se logre incorporar a una vida productiva y a una sociedad que requiere de un fortalecimiento de valores.
Acercar a los niños a una educación de calidad implementando políticas públicas que garanticen su bienestar, romperá los eslabones de una larga cadena de pobreza y de tradición al trabajo forzado que por costumbre o necesidad, se ha venido arrastrando desde tiempos remotos.
El trabajo conjunto entre gobierno, sociedad civil y organizaciones educativas han sentado las bases para erradicar este terrible problema social, no obstante existe una necesidad urgente de crear ambientes culturales, recreativos y deportivos que les permitan llegar a obtener una mejor calidad de vida.
@jorgegavino
(Publicado en la Crónica de Hoy el 19 de junio de 2015)
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