Solidaridad editorial —y en miles de 
publicaciones en redes sociales—, acompañan hoy a quien, con gran 
talento, ha ejercido el arte de la palabra por décadas y ahora es blanco
 en una lucha que debe ser de todos: el libre ejercicio del derecho a 
expresarnos.
Para nadie es desconocido que Humberto 
Moreira, exgobernador de Coahuila, fue señalado como responsable del 
histórico endeudamiento de esa entidad por 36 mil millones de pesos. Hay
 constancia documental de ello.
Increíblemente, un artículo de opinión 
publicado en enero de 2016 por Sergio Aguayo, donde hace una fuerte 
crítica al sistema judicial y la impunidad en México, días después de la
 detención de Moreira en España por delitos de corrupción y asociación 
con organizaciones criminales, es hoy la base para que un Tribunal del 
Poder Judicial de la capital de la República, condene al periodista por 
daño moral. Destaca que esta sentencia fue emitida no por un juez de 
primera instancia, sino que tres años después de iniciado el pleito 
legal, en octubre de 2019, la Segunda Sala del Tribunal capitalino, lo 
encontró culpable y lo condenó a reparar la afectación causada al 
exfuncionario en su honor y reputación, con el pago de 10 millones de 
pesos.
Nos encontramos frente a un caso de 
censura claro, con el que se pretende no sólo escarmentar al autor de un
 artículo que no asoma ninguna mentira, sino inhibir la actividad 
periodística crítica que tanto requiere nuestro México. El derecho de 
denuncia y el repudio a conductas indebidas no puede ser acotado por la 
protección de la imagen pública de un exfuncionario ampliamente 
cuestionado legal y socialmente. Ello no debe sostenerse si entre los 
juzgadores puede haber un conflicto de interés que beneficie a una 
parte. Eso no se debe permitir.
Entre todo, la buena noticia de que el 
ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alfredo Gutiérrez
 Ortiz Mena, asumió en días recientes la atracción del caso y se hará 
cargo de convencer a sus colegas de la Segunda Sala de aceptar la 
atracción, para después poder pronunciarse definitivamente en el asunto.
 Confiemos en que así será. En la resolución de este litigio se juega no
 sólo la estatura del sistema judicial, sino la garantía de uno de los 
derechos más caros para los mexicanos: la libertad de expresión.
Sí, otra vez “hay que esperar”.
Mi solidaridad con Aguayo.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-que_poca_libertad-1144832-2020  
Twitter: @jorgegavino
Facebook: JorgeGavinoOficial 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario