Refrán
En los últimos años, nuestro país ha tenido mayor visibilidad la 
explotación sexual, llegando a un extremo que conlleva un doble riesgo, 
al considerar que actividades de trabajo que se realizan, 
principalmente, de noche, se confundan con la comisión del delito de 
trata de personas en su modalidad de explotación sexual.
La estigmatización y consecuente criminalización de actividades 
nocturnas ha permitido que en diversos operativos realizados con el fin 
de detener a bandas de tratantes, se hayan cometido tratos crueles e 
inhumanos en contra de personas que laboraban en centros nocturnos 
realizando acciones diversas, pero no delictivas, lo que se traduce en 
las violaciones al debido proceso pero, sobre todo, una violación 
reiterada de sus Derechos Humanos.
La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los delitos en 
materia de Trata de Personas y para la protección y asistencia a las 
Víctimas de estos Delitos, ha permitido una criminalización de personas 
detenidas arbitrariamente por realizar funciones como: mesero, bailarina
 erótica, cuidador o cuidadora en sanitarios.
Se debe considerar que en otros sitios se presenta el delito de trata 
de personas; como pudiera ser en la intimidad de muchos hogares, es 
menos visible y escandalosa, pero que igualmente tiene coptadas las 
voluntades de miles de personas, tal es el caso de la servidumbre 
forzada (como una de las formas análogas a la esclavitud). Es en esta 
modalidad de la trata donde debemos enfocar esfuerzos mayores pues, como
 se reitera, se realiza intramuros, lo que dificulta la rápida 
identificación de las víctimas.
Es por ello que es recomendable crear campañas de sensibilización del 
funcionariado público que le permita identificar quién es víctima de 
dicho delito, así como un programa de atención a grupos en situación de 
vulnerabilidad.
@jorgegavino
  (Publicado en La Crónica de Hoy el 20 de febrero de 2015)
 
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