3/4/12

LAICIDAD

Jorge Gaviño Ambriz
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.


Las recientes reformas que intentan modificar a los artículos 24 y 40 de la Constitución General de la República, tienen una pretensión originaria por parte de las fuerzas oscurantistas, de disminuir la fuerza del laicismo con el pretexto de aumentar y establecer la libertad religiosa, concepto que existe en México desde la Constitución de 1957. Esa misma generación de la época “juarista”,  buriló la libertad de expresión, derecho que garantiza no sólo la posibilidad de creer o no creer, sino el de argumentar y discutir con un razonamiento sin prejuicios, prerrogativa que permite un proceso dialéctico que lleva al ser humano a vislumbrar la libertad.
La laicidad de ninguna manera es un concepto que ataca al catolicismo, al cristianismo o a religión alguna; lo laico es una herramienta de las sociedades de avanzada, que protege a todas las religiones y cultos y a los individuos en particular para profesar su fe en donde y cuando mejor les satisfaga.
Las religiones de estado, los estados religiosos, los gobernantes dogmáticos, las sociedades intolerantes; tratan de imponer al individuo ideas  y llevarlo hacia su propia corriente, lo que se traduce en la incapacidad de decisión individual y por ende en una forma de esclavitud.
La libertad de conciencia es una conquista añeja en este país, ahora con las reformas pretenden socavarla. Los reaccionarios de hoy pretenden escudriñar las conciencias, pretenden esclavizar las almas.
Política y religión son términos que  no se pueden mezclar en la vía de los hechos, y esto es así hasta por una definición conceptual y filosófica; la política prepara al hombre para bien vivir, busca mejorar “la cosa pública”, su lucha es por el bienestar inmanente y prepara al hombre para la vida… La religión es trascendente, busca ligar al ser con el creador, su lucha es por la  paz interior y con un estudio de la metempsícosis prepara al hombre para la muerte…
Cuando se han mezclado estás dos luchas se corrompe tanto la política como la religión, el político utiliza aquella para manipular y engañar, el sacerdote manipula está para envilecerse y enriquecerse; políticos corruptos y sacerdotes  enriquecidos es lo que provoca esta amalgama artificial…
No puede haber una verdadera conciencia sin libertad, el tener un credo o carecer de él, obedece a una vida interior que deberá permanecer ajena a cualquier fuerza externa.El laicismo no es anti-religioso; protege el proceso de una vida interior de la persona, el ser creyente o no creyente debe escapar a cualquier intento de  manipulación proveniente de lo externo.
El Estado debe de hacer política no teología, el sacerdote debe buscar ligar al hombre con su dios no querer incidir en la cosa pública. La única manera, el único camino, el único sendero para lograr libertad de conciencia y dignidad religiosa es mediante una respetuosa separación entre las Iglesias y el Estado.
Ayer, la extrema derecha utilizó a la religión y la rebajó a bandería quitando su profundo sentido intimo y personal; la convirtió en arma quitándole lo universal y haciéndola discurso de facciones, pero parece que no todos aprendieron la lección; ya se les olvidaron las luchas fratricidas   del siglo XIX como del principio del XX donde era muy común ver intentos de inducción del voto, diciendo “Aquí se vota por Dios” o “Sí estas con Dios, estarás conmigo”.
La aprobación hecha en el Senado sobre los artículos 24 y 40 constitucionales, creo que constituye una victoria pírrica para la derecha, porque en los debates parlamentarios tanto de la cámara de diputados y del senado se fueron modificando las pretensiones originarias, pero si se está abriendo la puerta para que en el futuro en una reglamentación secundaria la jerarquía católica vuelva por sus fueros.
Los problemas que fueron resueltos ayer no tienen porque distraer nuestra atención hoy, no lesionemos este árbol frondoso de la laicidad que da sombra a todas las religiones y también protege a los no creyentes. Cada hachazo que le dan en su tronco los dogmaticos, compromete nuestro futuro como patria, pero en cambio perfuma el hacha del verdugo con aroma de libertad…

Twitter @jorgegavino

Publicado el día lunes 2 de abril del 2012 en el Sol de México

No hay comentarios:

Publicar un comentario