7/11/11

¿DESINTEGRACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA?

Jorge Gaviño Ambriz

“Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil”

Jean de la Fontaine

A principios de la década de los 90´s, específicamente en 1992 se consagró oficialmente la “Unión Europea” (UE), figura que ilustra el primer intento real de supresión de fronteras, se incorpora a la sociedad internacional después de que muchas de las naciones superaran la catástrofe que significó la 2da Guerra Mundial y así mismo habiendo vencido un largo proceso de Guerra Fría, en donde los dos bloques ideológicos, capitalismo y socialismo, hacían imposible la integración.
Una vez sorteadas las oleadas de violencia y las desconfianzas que impedían la unión, los países europeos encabezados por una Alemania unificada y una Francia poderosa junto con Bélgica, Italia, Luxemburgo y Holanda; desarrollan una serie de políticas económicas y sociales comunes que les permiten posicionarse en el escenario internacional como líderes, más tarde 27 naciones logran dos puntos importantes: una misma divisa (el euro); y el libre traslado de personas a través de sus fronteras; dichas premisas permitieron pasar de un nivel de mercado a una vida común.

Primero la Unión Económica y más tarde la UE tuvieron grandes aciertos, su desarrollo durante la última década fue acelerado y comenzaron a anexarse países que en principio suponían tener una serie de políticas muy disímbolas que hacían complicada la integración y la aplicación de prácticas comunes entre los estados miembros.

Infraestructura carretera y de transporte, niveles educativos de sus habitantes, atención hospitalaria, políticas de empleo, normas ecológicas, normativas supra constitucionales hicieron posible en su conjunto una mente nueva, que incluso logró hacer vislumbrar al “ciudadano europeo”.

Sin embargo, durante el inicio del nuevo milenio, la integración se ha visto cuestionada, debido a la falta de reacción y dinamismo ante los problemas económicos de algunas naciones, pero también porque se empieza a generar un choque entre “civilizaciones distintas”: rechazo a las burkas, intolerancia religiosa, racismo, problemas idiomáticos, o en el aspecto económico la crisis española o la caída de la economía griega, que parece no tener fin a pesar del plan de rescate implementado en 2010.

Alemania ha planteado la formulación de un segundo plan de rescate que permitiría saldar la deuda griega, sin embargo el pueblo helénico se muestra en desacuerdo porque ello implica caída de salarios, prestaciones disminuidas, menor protección social y más privatizaciones.
El posible contagio de la crisis griega al resto de la UE y la desestabilización del euro es inminente, sin embargo, la población griega no pretende ceder parte de su soberanía, tampoco existe un mecanismo o ente supranacional que formule la obligatoriedad de las reglas del juego, está en riesgo la estabilidad de la UE.

La UE se encuentra en una crisis nunca antes vista en su historia; su desintegración tendría efectos directos e indirectos en todos los sectores, tanto en el viejo continente como alrededor del mundo entero, llevando a otras comunidades a cuestionarse qué tan viable podría ser un experimento de esa naturaleza en otras regiones, incluso, si realmente es posible conjuntar culturas, economías, políticas e instituciones derribando fronteras y unificando pueblos.

¿Presenciaremos el principio del fin de la UE así como el surgimiento de una Europa dividida que nos haría suponer que empezamos a repetir la historia de la preguerra?. Tal pareciera que se recomponen dos bloques europeos que tarde o temprano tendrán que enfrentarse a través de la cultura, la ideología o la violencia. El Sísifo mitológico vuelve a aparecer para sólo ver que se precipita todo su esfuerzo acumulado en años.
Twitter @jorgegavino

Publicado en El Sol de México el 07 de noviembre de 2011.

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