“Negar a
la gente sus derechos humanos es desafiar su propia humanidad.”
Nelson Mandela
A partir de la década
de los setentas y ochentas las migraciones internacionales se aceleran a un
grado sin precedentes. La migración se entiende como un hecho que implica un
cambio de lugar de residencia de un país a otro. Generalmente, y la historia así
lo demuestra, la inmigración ha servido para crear riqueza en los países de
acogida, lo que no ha ocurrido es que éste fenómeno contribuya al desarrollo en
los países de origen, de lograrlo, se generaría una inmigración circular que
permitiría a los migrantes volver a sus países de origen.
Dentro de un
concepto jurídico global y universal debe considerarse a la inmigración como un
derecho, desde luego como todo derecho no natural, debe ser regulado.
En la era de
movilidad global en la que nos encontramos actualmente, la migración es una
fuerza que no se puede detener pero si hay mucho que hacer al respecto; no
podemos mirarla sin tomar cartas en el asunto, se deben cumplir las leyes de
cada país garantizando los derechos humanos de los involucrados.
En los últimos
meses, el gobierno de los Estados Unidos ha aplicado de una forma muy agresiva
las leyes de migración, se trata de encontrar, detener y deportar a los que
viven en el país de forma ilegal, con independencia de si se cometieron graves
crímenes o no; pareciera que se quiere mostrar una mano dura ante la migración
ilegal, y así cumplir con “sus compromisos de campaña”, en la que se utilizaron
conceptos como “extranjeros criminales”.
2,800 menores de
edad que han llegado a Estados Unidos desde octubre del 2017 han sido separados
de sus padres al llegar a la frontera, pero este dato inhumano no para ahí, los
meten en jaulas de concreto, mientras sus familiares son enviados de vuelta a
su país de origen. Evidentemente, los niños al ser separados sienten una pérdida
de muerte, se desesperan, gritan, lloran, y como si fueran animales los
narcotizan, los duermen, violaciones flagrantes a los derechos humanos que no
debemos seguir permitiendo
Hoy vivimos una
situación lamentable al ver familias separadas por las leyes migratorias en las
que los derechos de aquellos mexicanos, entre otras nacionalidades, que cruzan
de manera ilegal a Estados Unidos, se ven vulnerados ya que las leyes de éste
país se aplican de forma obtusa, dejando a niños con nacionalidad
estadounidense sin sus padres, quienes son deportados a México. El gobierno de
Donald Trump ha argumentado bajo la política de “tolerancia cero”, la cual
inició en la administración de Barack Obama, que ahora intentará reunificar a éstos
niños con sus padres, sin embargo la orden ejecutiva no explica el proceso de
reunificación familiar, estipula que las autoridades continuarán deteniendo a las familias, pero sin separarlas,
mientras prosiguen sus casos en los tribunales.
En este
concierto internacional, algunos líderes mundiales plantean el retorno a los
nacionalismos a ultranza, en el siglo XX se avanzó en la globalidad contra el
nacionalismo, el siglo XXI deberá ser propicio para avanzar en una conciliación
sin enfrentamiento entre estos dos conceptos universales.
T: @jorgegavino
F: JorgeGavinoOficial
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