EL PÁJARO DE MADURO, ESPIRITISMO PURO.
Jorge Gaviño Ambriz
“Te contesto a rajatabla
que nadie lo santifica
porque mi pájaro no habla
¡Éste no habla pero pica!
Salomón García Contreras.
Poco antes de que Nicolás Maduro iniciase su campaña presidencial, rumbo a las elecciones presidenciales en Venezuela, dio a conocer que al visitar la región Llanera de Barinas, tierra del fallecido ex presidente Hugo Chávez Frías, acudió a rezar a una capilla de madera en donde recordó a quien en reiteradas ocasiones ha llamado “padre” y “gigante de acero”.
En ese momento, entró un “pajarito chiquitico”, que revoloteó sobre su cabeza, se paró en una viga, se le quedó viendo y comenzó a silbar. Ante este acontecimiento, Nicolás Maduro dio a conocer que sintió el espíritu de Chávez: “Lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: Hoy arranca la batalla, vayan a la victoria, tienen nuestras bendiciones. Así lo sentí yo desde mi alma", a lo que agregó que Hugo Chávez desde la eternidad vigila al pueblo venezolano.
Ante estas declaraciones, aunado al hecho de que en su mítines de campaña, Maduro proyectaba en pantallas gigantes el discurso del 8 de diciembre del 2012 en el que Hugo Chávez, antes de operarse por última vez en su lucha contra el cáncer, llamaba a votar por Maduro “si el destino lo separaba del gobierno” y de que utilizó la imagen de Chávez Frías como parte de su campaña proselitista; la prensa nacional e internacional, la opinión pública y en las redes sociales, comenzaron a hablar del “primer milagro post-mortem “ de “el gigante” y de que un muerto dirigía la contienda presidencial.
A eso le siguió una campaña de culto a la personalidad de Hugo Chávez, en donde Maduro llamaba “a no traicionar al Pueblo ni a la memoria de Chávez” y que la campaña que realizaría en todos los rincones del país tenía un solo destino: “la victoria del pueblo sobre las fuerzas del mal, de la oscuridad”.
Mezclando así: espiritismo, una religión de culto chavista y política, contraponiendo las tres filosofías; porque mientras la religión nos prepara para el “el más allá” para la “transmigración de las almas”; la política lo hace para el disfrute de la vida terrenal, para “el más acá” y el culto chavista se presenta como una opción de negocio.
La elección del domingo 14 de Abril tuvo el siguiente resultado: Nicolás Maduro obtuvo el 50.66% de los votos (7 millones 505,338 de sufragios); mientras que su contrincante Henrique Capriles obtuvo el 49.07% (7 millones 270,403), lo que marcó un “triunfo madurista” por una diferencia del 1.59% (234, 935 votos) que gobernará el país hasta el 2019.
Ante este resultado, Maduro dio a conocer que por primera vez no era candidato “el gigante” sino su hijo, “y su hijo ahora es presidente de Venezuela”.
Lo cierto, es que el presidente de Venezuela debe enfrentar uno de los niveles de inflación más altos de América Latina, ubicado en 20.1% durante el 2012, una de las inflaciones más altas del continente; así como escasez de alimentos originada por la falta de divisas y el control gubernamental de precios; el aumento del índice delictivo donde el secuestró en 10 años se disparó al 470%; pero sobre todo, una polarización social desencadenada, en gran medida, por los ataques entre los ex candidatos presidenciales.
Ojalá “el espíritu de Chávez”, a través del pájaro que habla con Maduro, lo asesore de forma adecuada para enfrentar la problemática que vive el país. Pobre Venezuela, Maduro resultó estar verde, no creo que termine su mandato.
Twitter: @jorgegavino