Reflexiones en el tiempo

20/3/12

EUTANASIA

Jorge Gaviño Ambriz

“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”.


En ocasiones el ser humano se pregunta si tiene derecho a decidir sobre la muerte personal, cuando el destino lo ha marcado con una agonía larga y extremadamente dolorosa. La especie humana ha hecho uso de virus y bacterias con fines bélicos desde tiempos remotos: los persas, griegos y romanos envenenaron los pozos y fuentes de agua con cadáveres infectados para aniquilar a sus  enemigos.
Ya en el siglo XX, se desarrollaron mecanismos más perversos para producir y modificar deliberadamente bacterias y virus para producir armas químicas en grandes cantidades con fines militares. Recordemos que la batalla de Stalingrado cerca de cien mil ciudadanos nazis, fueron muertos con el uso del ántrax utilizado en ese entonces por los rusos, en la época de la posguerra y dela Guerra Fría, los Estados Unidos y la Unión Soviética llevaron a cabo diversos proyectos relacionados con la producción masiva de sofisticados arsenales biológicos y químicos, tales como el gas mostaza, el gas sarín y el fosgeno.
La humanidad se ha valido de la guerra, de la sinrazón, y de la contaminación, para encaminarnos a la destrucción global; es entonces prudente debatir sobre otra forma de aniquilamiento personal: la eutanasia; lo cual implica discutir sobre el derecho que tiene cada persona a decidir sobre la duración sobre su propia vida y sobre su forma de morir.
Reflexionar sobre “la muerte digna” o “muerte por piedad” implica hacernos algunas interrogantes: ¿Qué es la eutanasia?, ¿Cuáles son los factores que hay que tomar en consideración para opinar sobre el tema?, ¿Cuál es la parte toral de la polémica?, ¿Cuál es la legislación mas avanzada en la materia?
El termino eutanasia se le adjudica a Francis Bacon, y proviene del griego “eu” – bien, y “thanatos”- muerte. Es admitida por algunas corrientes religiosas para abreviar el dolor y la enfermedad que no tienen cura y que implican un largo sufrimiento, en este contexto, se distinguen dos clases de eutanasia: la pasiva y la activa. La primera consiste en prescindir de tratamientos que prolonguen artificialmente la vida y, con ella, los sufrimientos; encontrar misericordiosamente la vida de un enfermo grave.
Es una tesis muy discutida entre acción y omisión. Hay quienes afirman que debe existir autonomía, es decir, la posibilidad de que cada persona decida sobre su propia muerte; de esta posición se decide que los seres humanos tenemos el derecho moral de terminar con nuestra vida sin que esa acción sea penalizada o condenada moralmente.
Cuando hablamos de eutanasia, debemos distinguir, por lo menos, dos situaciones concretas: la eutanasia voluntaria, cuando la persona consiente decide que su vida termine; y no la voluntaria, cuando la persona ya no puede decidir y otras personas serán las que decidan por ella. Así mismo, es fundamental distinguir el concepto de suicidio, que se interpreta en términos religiosos, como el rechazo y menosprecio hacia el donativo más grande que Dios nos ha dado. En México la jurisprudencia ha definido al suicidio como “el acto por el que una persona se priva voluntariamente de la vida”; no es delito evidentemente cuando se consuma, pero tampoco lo es  cuando queda en calidad de tentativa o se frustra; sin embargo la participación de otro ajeno al suicidio, si constituye a un delito, por lo que el articulo 132 del código penal federal sanciona al que presta ayuda o induce a que otro cometa suicidio.
Resulta innegable, que hay posiciones encontradas en relación con esta polémica lo cual dificultara que, al menos en corto plazo, se llegue a un punto de acuerdo. Lo más probable es que las opiniones se polaricen mientras que los casos concretos se seguirán repitiendo con todo su dramatismo.
Twitter @jorgegavino
 Publicado el día lunes 5 de marzo del 2012 en el sol de México

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