Jorge Gaviño Ambríz
"Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz…"
Pío de Pieltrecina
Pío de Pieltrecina
Para el ser humano occidental, la cruz cristiana tiene una carga cultural y religiosa de inmensas proporciones, la cruz se funde con el Cristo, con el Vía Crucis, con la Pasión, con la redención de los pecados, con la Iglesia Católica; da bandería a la lucha del bien frente al mal; ha sido signo, estandarte, ícono, ídolo, camino… Se olvida que ésta, procede de una antigüedad lejana, su origen se pierde en la noche de los tiempos.
La cruz, es un emblema que aparece desde tiempos inmemoriales, un símbolo universal, pero existen diversas manifestaciones, usos y significados.
En el Egipto dinástico, se localiza una cruz que tiene en la parte superior forma de asa, a la cual se designa como Cruz Egipcia, Ansata, Tau o Ankh; expresa el triunfo del espíritu sobre la materia, la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal. Es símbolo de la resurrección e inmortalidad.
En Creta, el hacha de doble filo es un símbolo divino que se coloca sobre la cerviz de un toro, estiliza la figura de una cruz, es el rayo originario, germen vital del fuego creador, principio masculino fecundando al femenino.
Son numerosas las variantes de la cruz, cuya forma de usos heráldicos y religiosos se aprecia con facilidad, así tenemos las cruces: Celta, de Malta, de Lorena, Templaria, Swástica –girando en un sentido o en otro, con significado inverso- Papal, de San Andrés, entre otras.
Se podría afirmar que existen dos grandes grupos de cruces: la de brazos iguales, generalmente conocida como cruz griega, patriarcal o simétrica, dentro de las cuales existen infinidad de formas; y la cruz latina o romana, usada como instrumento de tortura por pueblos antiguos; dicha cruz tiene los brazos desiguales, en este tipo de cruz fue sacrificado el salvador de los cristianos.
América no escapó de ese simbolismo; representaciones cruciformes, madero Xócotl, mástiles con una pequeña cruz giratoria para festividades paganas religiosas; la célebre cruz de Palenque, el “árbol de la vida” con valor fálico en ésta y en la otra vida; postes totémicos con el culto a la cruz.
Los aztecas en una festividad que duraba del 30 de abril al 19 de mayo erguían en un sitio público el “árbol mayo”, al cual daban el nombre de Tota, donde se pedía lluvias al señor Tlalocatecutli. El sincretismo llega a nuestros días el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, los albañiles celebran su trabajo operativo sin comprender el profundo significado fálico de tal celebración.
Dentro de la filosofía mal llamada hermética, se pondera el símbolo de la cruz con brazos equidistantes, afirmando que ésta representa el equilibrio; es el principio masculino y femenino con idéntico peso; la horizontal cruza la vertical por en medio; significa que la materia y el espíritu se conjugan en armoniosa dualidad. La cruz latina es rechazada por la representación de tortura, castigo y muerte, si se conmemora a Cristo será mejor hacerlo en representación de resucitado vivo en la cruz equidistante y no simbolizando un cadáver clavado en la cruz latina; sin embargo, las iglesias de estos tiempos tienen la última palabra.
Twitter @jorgegavino
Harto interesantes e instructivas como siempre, es importante hacer la diferenciación de los distintos sentidos que se le dan, ya fueran de beneficio espiritual o de control de masas.
ResponderEliminarCarlos