Reflexiones en el tiempo

31/1/12

AÑO NUEVO CHINO

Jorge Gaviño Ambriz
               
“Si haces planes para un año, siembra arroz.
Si los haces por diez años, planta árboles.
Si los haces para toda una vida, educa a una persona.”
Proverbio chino


Con un impacto a nivel mundial por su tradición, colores, significados, originalidad, fiesta y predicciones, comienza el año nuevo chino que, en este año inicia el 23 de enero; la fecha puede variar entre los meses de enero y febrero, coordinándose con el calendario lunar. Como toda la cultura china en general, éste tiene orígenes ancestrales, mismos que se busca conservar y seguir transmitiendo de generación en generación; por ejemplo en cada familia, los más jóvenes rinden homenaje a sus ancestros e incluso presentan sus respetos a los que aún viven.

Esta celebración es representada por un dragón principalmente, y cabezas de león, formando parte de las danzas que con ágiles movimientos de los participantes acróbatas, ejecutantes de kung fu, y por supuesto, los tambores y cimbales culminando en una fiesta de fuegos artificiales, deleitando a los espectadores. Todos los desfiles de año nuevo comienzan este día y continúan por quince días; cabe mencionar que todos  terminan con la danza del dragón, pues ésta, representa la sabiduría, el poder y la riqueza, conformando un aspecto muy importante de la cultura china. El disfraz del dragón puede ser de diferentes colores, los cuales tienen un significado para sus vidas: verde, para tener una gran cosecha, amarillo que representa al imperio, rojo denota el entusiasmo y la buena fortuna de las festividades, oro y plata, son símbolos de la prosperidad.  En cuanto a la longitud del dragón, ésta puede variar, sin embargo, se dice que mientras más largo sea más suerte traerá, razón por la cual hay algunos que han alcanzado los 100 metros.

Muchas leyendas se han escrito sobre esta costumbre, una en especial habla de “Nien”, una bestia que comía hombres en víspera de año nuevo, caracterizándose por ser muy cruel y feroz, pero a su vez, con un temor al color rojo, al fuego y a los ruidos fuertes, es por esto que los chinos con el fin de ahuyentarlo, decidieron pegar “coplas” de papel rojo iluminadas por antorchas y a la vez, petardos eran encendidos toda la noche; razón por la cual la mañana siguiente se celebraba el haber mantenido a Nien lejos, externándose felicitaciones unos a otros.

Esta fecha también simboliza el fin de la temporada de invierno, es decir, que la tierra vuelve a la vida, y que la primavera comienza, dándole inicio a los cultivos. Algunas veces en este día, el sol  es representado por un globo amarillo ó rojo para una buena cosecha. Hay coplas de primavera, que se cuelgan en las casas, en ellas se escriben bendiciones y buenos deseos celebrando la llegada de tiempos más prósperos.

Por otro lado, en el taoísmo se tiene la creencia que el día de año nuevo, algunos dioses suben al cielo para rendir informes al emperador de Jade, sobre todos los asuntos que respectan al hogar, es por esto que las familias, en honor a esos dioses, embarran azúcar de malta en los labios del dios de la cocina, uno de los que viaja, asegurando de esta manera, que el informe que él presente, sea favorable o en su defecto, mantenga silencio.

Para muchos de los familiares que viven en el extranjero, este día es importante, pues hacen su mejor esfuerzo por volver a su hogar para estar con sus familias, haciendo que aviones, trenes, autobuses etc., se saturen; el viaje lo planean con anterioridad aquellos que cuentan con transporte propio, pero quienes que no, acampan en los aeropuertos, estaciones de tren y terminales de camiones para asegurar un lugar para dicha fecha tan especial.

Es realmente impresionante como la diversidad de culturas, religiones y razas aprecian con diferente enfoque una fecha celebrada a nivel mundial, haciendo de cada una un mundo completamente distinto siendo el mismo.


Twitter @jorgegavino


Publicado en el Sol de México el lunes 30 de enero del 2012

23/1/12

“LOS CORREDORES A PIE DE MEXICO, UN TESORO EN PELIGRO”

Jorge Gaviño Ambriz


“Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van”.

Conocidos comúnmente como tarahumaras, los rarámuri, (proveniente de las raíces rara (pie) y muri (correr)) son una raza que siempre se ha distinguido por sus conocimientos herbolarios y por sus creencias, mismas que los llevan a la firme convicción de que la salud refleja la calidad de las relaciones del individuo con otros seres del universo, de esta manera pueden ser protegidos o dañados por ellos, dependiendo de la interacción del hombre con los seres sobrenaturales; consideran que el ser humano se compone de un cuerpo: sapá (partes carnosas o músculos), ochí (huesos) y lá (sangre), animados por una o más almas. Son de las pocas razas que hoy en día conviven, escuchan y cuidan la naturaleza.

Por el siglo XVI y mediados del XVII: la evangelización, el abuso, la explotación laboral, los latigazos, el robo de tierras, entre otros factores hicieron que los vínculos dentro de su comunidad se estrecharan, haciéndolos herméticos a la sociedad, en especial a los extraños. Los tarahumaras conservaron su lengua, la cual ha prevalecido por miles de años a lo largo del territorio de Chihuahua, formando parte de la familia Yuto-Azteca. El tipo de vestimenta es otra de las características que continúan formando parte de su vida cotidiana, distinguiéndose por ser tradicional, simple y hecha a mano.

Es de llamar la atención que pareciera que el tiempo no pasa por estas comunidades, pues se han mantenido impenetrables a la tecnología como la conocemos, las necesidades inventadas por la mercadotecnia y la publicidad, así como ausentes de problemas banales. También, mantienen hoy en día tradiciones familiares, su estructura social desde siempre se ha compuesto por el padre, la madre y los hijos, viviendo en granjas, donde solo hay lo necesario para subsistir, incluso llegan a dormir al aire libre, dejando su vivienda para la época de lluvias y de frío. 
Lamentablemente nuestra sociedad no ha sabido comprender y apoyar a estas comunidades, se podría pensar que fuéramos de países distintos, pues lejos de apreciar esa cultura casi intacta, brindándoles servicios, educación con su misma lengua, oportunidades laborales y considerarlos connacionales, los ignoramos, dándole muchas veces más importancia a un problema en otro país.

Hoy en día tienen los reflectores y la atención vertidos en esa parte de la Sierra donde habitan, pues usar el término “vivr” es decir mucho, de acuerdo a la Real Academia, vivir significa: conjunto de los recursos o medios de vida y sustancia, mismos de los que carecen los habitantes de esta región; las condiciones en las que se encuentran son de pobreza extrema, marginación y como si esto no fuese suficiente, viven en una constante sequía  que afecta sus cultivos y la inseguridad causada por el crimen organizado.

Si de por sí una situación de esa magnitud es difícil para cualquiera, el pensar que para muchos, sus abuelos o bisabuelos vivían de lo que sembraban es decir, maíz y frijol, complementándola con la caza y la crianza de animales de granja; ahora el vivir con un entorno completamente distinto, pareciera un cuento o una buena historia, pues al día de hoy su alimentación se basa en algunos animales pequeños de campo y hierbas, escuchar la forma de vida de antes en aquel lugar, pareciese otro completamente diferente.

Y no fue hasta que forman parte de un titular de varios periódicos de circulación nacional, que muchos nos interesamos en la situación y nos damos cuenta de que hay una inactividad gubernamental, al gastar miles de pesos en construcciones superfluas en vez de apoyarlos; mientras los tarahumaras harán lo que han venido haciendo desde hace cientos de años….esperar?


Publicado en el Sol de México el 23 de enero del 2012
Twitter @jorgegavino

16/1/12

¿EXTINCIÓN DEL NACIONALISMO? ¿SOMOS AHORA CIUDADANOS DEL MUNDO?

Jorge Gaviño Ambriz

“La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad, que va a provocar muchos enfrentamientos. Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan.”

José Antonio Marina


Si nos preguntasen, ¿qué es el nacionalismo? ¿sabríamos contestar? Actualmente el nacionalismo se ve desvanecido y con un panorama desalentador, todo parece indicar que eventualmente éste se perderá; antes se fomentaba de manera continua y persistente; sin embargo, desde las revoluciones liberales burguesas, surge el concepto de ciudadano libre, dejando atrás al señor feudal o monarca absoluto, el estado-nación estaba conformado por componentes tales como la lengua, religión, cultura e historia, mismos que servían para darle auge a una nación e incluso más poder.

Países como Estados Unidos, Alemania, Japón y la Unión Soviética, fueron grandes impulsoras del nacionalismo, el cual se entiende como el conjunto de ideologías, punto de vista y criterios orientados a la justificación del estado nacional (en algunos casos llegando al extremo, como fue el caso alemán con la “purificación de la raza” y el estadounidense con su lema “América para los americanos”, respectivamente).

Se transmitía de manera generacional y tradicional, en México surgió en el siglo XVIII después de un largo proceso, pues al emanciparse de España se logró un Estado (más no una nación); de momento parecía imposible lograrlo porque no todos hablaban la misma lengua, ni compartían la misma cultura. Al vencerse distintos obstáculos como la Doctrina Monroe, el colonialismo norteamericano, la separación del territorio del norte de nuestro país, entre otros, se fue consiguiendo una unión hasta llegar al nacionalismo mexicano.

Sin embargo, la creciente integración de economías y sociedades alrededor del mundo han llevado a “la globalización”, actualmente es considerado como un tema sumamente controversial, pues hay quienes han planteado que el proceso ha propiciado la explotación de los habitantes de los países en desarrollo, ha ocasionado grandes alteraciones en su forma de vida y ha aportando pocos beneficios; por otro lado, aquellos que la apoyan, resaltan sólo la considerable reducción de la pobreza alcanzada en países que optaron por integrarse a la economía mundial, tales como China, Vietnam, India y Uganda.

Las distancias han desaparecido, haciendo posibles negocios, estudios, relaciones, inversiones, estadísticas, noticias, acuerdos, tratados, entre muchos otros; acercándonos unos con otros y dándonos la oportunidad de elegir un país para vivir, trabajar, nacer o incluso vacacionar. Esto, no hubiese sido posible de no ser por los medios de comunicación, que con su desarrollo agigantado en los últimos años ha ido de la mano con la globalización, impactando directamente en todo el mundo y en sus habitantes.

Ahora es posible enterarnos de lo que pasa alrededor del mundo en tiempo real y al establecerse el inglés como idioma internacional, las barreras del mismo se rompieron haciendo posible la comunicación entre personas de culturas completamente opuestas y diferentes; de la misma manera que se van desvaneciendo fronteras y obstáculos, conceptos como el nacionalismo, van desapareciendo en la historia de cada país.

El ser ciudadanos del mundo nos da un panorama global, integrando culturas, razas, religiones y haciendo posible lo imposible, eliminando distinciones, todos somos iguales sin importar de donde somos o qué idioma hablamos. Ahora compartimos una cultura mundial y la vivimos intensamente día con día, y a su vez la heredaremos generación tras generación modificando de esta manera, la estructura social-política que hasta hace unos años se conocía.


Twitter @jorgegavino

Publicado en el Sol de México el 16 de enero del 2012

9/1/12

CIRCO, ¿TRADICIÓN MILENARIA O CRUELDAD ANIMAL?

Jorge Gaviño Ambríz

“Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”
Mahatma Gandhi

Todos tenemos algún recuerdo de aquel lugar mágico, lleno de luces, colores, risas, sorpresas e ilusiones: el circo. Nuestros padres lo vivieron, así como nuestros abuelos y muchas generaciones más.
Se dice que la palabra circo viene del latín “Circus”, refiriéndose a un círculo, o del griego “Kirkos”, significando anillo. No se sabe con certeza su origen o su antigüedad, pero se presume que nació en Egipto en el año 2500 A.C. con actos de malabarismo, acrobacia y equilibrio.
El circo romano tiene sus orígenes en los antiguos hipódromos helénicos, cuyo modelo fue copiado por los reyes etruscos de Roma para divertir al pueblo en los días sagrados. Era un espacio de forma elíptica con gran capacidad de masas, donde se celebraban juegos públicos, siendo las más famosas las carreras de “cuadrigas” (carros de cuatro caballos conducidos por un “auriga” o conductor).
El primer circo de la era moderna se atribuye al inglés Philip Astley (1768), quien fuera un excelente jinete de acrobacias sobre los caballos; comenzó a ganar dinero y contrató para su anfiteatro a otros jinetes, payasos, malabaristas y músicos. Cabe señalar que nunca utilizó animales salvajes en su circo; éstos se unieron al espectáculo más tarde, así como intermedios con humor, lográndose un show integral y de gran nivel.
Es lamentable que con la adquisición de animales se haya perdido el objetivo final del circo, confundiendo la admiración con el entretenimiento y cayendo en crueldad, explotación, perpetuidad y cautiverio animal.
Debido a las características del circo, no es posible atender las necesidades naturales de los animales ahí utilizados. En el caso de los circos itinerantes, con algunos animales no hay otro remedio que mantenerlos encadenados de la pata delantera o trasera (permitiéndoles solo tumbarse y levantarse, o arrastrarse un par de pasos adelante y atrás); viajan hacinados dentro de camiones con jaulas y solo salen para el entrenamiento, que en muchas ocasiones es cruel, o los escasos minutos que dura su número, además de los desplazamientos de hasta 10 ó 12 horas en que los animales se encuentran sin luz y sin ventilación soportando el frío del invierno y el calor del verano mientras se asfixian con el metano de sus propios excrementos.
Por tales razones no es de extrañar que los animales en su hábitat natural vivan casi 3 veces más que aquellos en cautiverio. Esto último tiene repercusiones directas en los animales, no solo en su expectativa de vida, sino en la calidad de la misma, pues, debido a las pésimas condiciones en las que se encuentran, su salud mental también se ve afectada, ya que suelen desarrollar conductas neuróticas, como movimientos repetitivos, mordisqueo de barrotes, consistentes oscilaciones y agitación, así como inesperadas conductas agresivas.
Aún con los avances de las últimas décadas en materia de derechos humanos, de abolición de la esclavitud y equidad de género, vemos una grave y notoria actitud retrógrada al promover y fomentar la esclavitud animal, el uso de “métodos de persuasión” para los entrenamientos utilizando látigos, varas, palos…, incluso descargas eléctricas. Ello es reflejo de la incongruencia con lo que buscamos para nuestra sociedad.
En mi opinión, no hay que eliminar una tradición milenaria como es el circo; sin embargo, para conservarla no es indispensable el uso y abuso de animales, ya que inició sin ellos; un ejemplo es el “Cirque du Soleil”, el cual continua con el fin último del circo, que simplemente es entretener al público despertando su imaginación.

Twitter @jorgegavino

Publicado en el Sol de México el día 9 de enero del 2012

3/1/12

AÑO NUEVO

Jorge Gaviño Ambriz


”Para nacer hay que destruir un mundo”
Hermann Hesse.


En todos los anales de los pueblos, se han celebrado los ciclos astrales particularmente, el ciclo solar y lunar. La observación cotidiana  proporcionó datos que luego fueron relacionándose entre sí, de tal manera que el movimiento de las mareas, el comportamiento de los seres marinos, el de las plantas y los árboles, hasta el ser humano, particularmente el periodo menstrual, se relacionaron con Selene; con el sol fueron amalgamadas las estaciones del año y la duración de los días; más tarde la agricultura se relacionó  también con ambos ciclos celestiales.

“Noche vieja” o mejor conocida como víspera de año nuevo, es la última del año dándose inicio a un nuevo lapso, lo cual siempre ha significado renovación y búsqueda de la felicidad, abundancia y éxito. A la media noche del 31 de diciembre miles de personas se reúnen a festejar con familiares y amigos; pero ¿por qué comienza el año nuevo precisamente el 31 de diciembre? ¿Por qué no es coincidente con el 24 del mismo mes, día en que supuestamente nació Jesús el nazareno?

La fecha de natalicio de Jesús de “Galileo” marcó una división histórica en el tiempo de la humanidad, así conocemos acontecimientos de antes y después de Cristo, si esto es así, ¿por qué no es precisamente esa fecha del 25 de diciembre la que determine el principio de un nuevo año y no es sino hasta 8 días después cuando esto ocurre?

Existen un sin número de teorías y afirmaciones diversas, así por ejemplo, se dice que al cambiar el calendario juliano por el gregoriano implementado por el Papa Gregorio XIII, se hicieron desajustes a las fechas históricas, situación que no explica la pregunta anteriormente señalada, ya que fue hasta 1582 que fueron sustituidos dichos calendarios. Se dice también que fue en la época de Constantino cuando fue alterada la fecha de navidad para homologar las festividades paganas del Sol Invicto (Natalis Invicti), ya que precisamente la noche más larga del año se daba el día 24 de diciembre y a partir de ese solsticio de invierno los días empezaban poco a poco a ganar terreno a la obscuridad, por lo que la figura de Cristo representaría ese sol triunfante, idéntico del mitraísmo y similar a los misterios egipcios y órficos que simbolizaban el triunfo de la luz sobre las tinieblas, con Orus vengador de Osiris y verdugo de Set.

Pienso que los primeros cristianos tenían muy clara la conmemoración del Cristo solar, representante de la luz, del conocimiento y la gnosis; sabían que todas las religiones anteriores a la cristiana daban especial significado a los solsticios y equinoccios y por eso en ese cuadrante señalaron los inmortales ritos. Seré atrevido, y pongo en la palestra de la discusión una nueva hipótesis: “el año comienza el 1 de enero y concluye el 31 de diciembre, 8 días después de Jesús nacido, cuando el niño estaba ritualmente en condiciones de ser circuncidado y cumplir de esa manera el pacto que “Jeová” tiempo atrás había realizado con Abraham y todo su pueblo. Recordemos el Capítulo: 17 del Génesis, referente a que todo varón que naciera, tendría que ser circuncidado en su casa, y aquel que no lo hiciera, sería cortado de su pueblo. 8 días después del nacimiento de Cristo es cuando se cumple este pacto, con la circuncisión, y a partir de ahí el inicio de la cuenta de los días. Es de llamar la atención, cómo todos celebramos estas fechas, pero no todos conocen realmente el profundo significado.

Sea de una manera o de otra, estas fecha y conmemoraciones son propicias para desear a nuestro prójimo parabienes, felicidad y progreso. Felices fiestas de fin de año a todos los amables lectores.
Twitter @jorgegavino


Publicado en el Sol de México el 2 enero de 2012