“Yo no vengo a trabajar por la Universidad sino a pedir
a la Universidad que trabaje por el pueblo.”
Vasconcelos
José María Albino Vasconcelos Calderón, conocido como José Vasconcelos. Oaxaqueño, abogado, político, escritor, funcionario público, filósofo y educador. Testigo de la descomposición del porfiriato y observador del triunfo de la Revolución Mexicana, respetado como intelectual, doctor honoris causa de la UNAM y Director de la Escuela Nacional Preparatoria. Rector de la Universidad Nacional, Secretario de Instrucción Pública.
Desde muy joven se enfrenta a la educación positivista y determinista de Justo Sierra, funda con otros intelectuales el “Ateneo de la Juventud Mexicana” y defendió la libertad de cátedra universitaria, la libertad de pensamiento. Sus críticos lo refieren como antinacionalista, fascista, nazista, admirador de la cultura europea, particularmente la francesa y la alemana.
Apoyó a Francisco I. Madero y con ello al Partido Nacional Antirreeleccionista. Carrancista y luego anticarrancista, obregonista, y luego antiobregonista, callista y luego anticallista, al lado de Antonio Caso, Gómez Morín, Lombardo Toledano, luchó por la autonomía de la Universidad Nacional. Apoyó al muralismo mexicano, impulsando a Siqueiros, Orozco y Rivera.
Fue uno de los precursores de la llamada “Guerra Cristera”, candidato presidencial perdedor frente a Pascual Ortiz Rubio, quien obtuvo el 93% de la votación según las cifras oficiales. Ante este resultado Vasconcelos se reveló e intentó una nueva revolución, exiliado, regresa a México con una política de reconciliación que emprende Ávila Camacho, quien lo nombra Director de la Biblioteca Nacional.
Estaba convencido que existía “una gran conspiración judeo-masónica comunista” para lograr el dominio mundial. Prologó el libro “Derrota Mundial” de Salvador Borrego Escalante. Su dogmatismo a favor del cristianismo se ve claramente en la siguiente nota que trascribo textual: “La difusión del libro de Borrego es del más alto interés patriótico en todos los pueblos de habla española. Herederos nosotros, de la epopeya de la reconquista que salvó al cristianismo de la invasión de los moros, y de la contrarreforma encabezada por Felipe II, que salvó al catolicismo de la peligrosa conjuración de luteranos y calvinistas…”.
La adherencia de Vasconcelos a las doctrinas apoyadas por la extrema derecha es algo que está fuera de toda duda, admiraba a Hitler, basta revisar sus participaciones en la revista Timón, en donde nunca ocultó su admiración por el dictador, se argumenta que esa admiración cesó después del Holocausto; sin embargo, el prólogo al libro de Borrego lo hizo diez años después de la guerra, lo que desmiente esa defensa hacia su ideología.
Vasconcelos junto con otros próceres de la historia ha sido objeto de un “incienso” oficialista que ha intentado borrar su pasado negro, se olvida que la historia debe dar al ser humano su justo papel y no transformarlos en objetos de veneración, de lo contrario, se oxidan al paso del tiempo, “demasiado incienso acaba por tiznar al santo”.
Su cuerpo fue encontrado apoyado sobre el escritorio, encima de su póstuma obra literaria “Letanías del Atardecer”, el 30 de junio de 1959, descanse en paz.
Twitter @jorgegavino
Publicado en El Sol de México el 19 de Septiembre de 2011.
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