(Publicado 31 de diciembre de 2001 en El Día)
“...que unos escupan sangre
pa´que otros vivan mejor...”
Fragmento de Preguntas sobre Dios
de Atahualpa Yupanqui*
Mientras en Argentina se vive una importante crisis económica, política y social, que llevó a centenares de habitantes de aquel país comportarse como verdaderos salvajes, al grado de arrebatarse los alimentos y saquear supermercados; los gobernantes de México enfilan la proa de nuestra nación hacia ese mismo rumbo.
Argentina es uno de los países de América que más sumisamente ha tomado los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, sus gobernantes fueron obedientes incluso cuando se les ordenó entregar sus bancos al capital internacional y cuando se les indicó privatizar su petróleo y entregar la generación de la energía eléctrica a los particulares, principalmente a los extranjeros; el gobierno de ese país sudamericano entró al neoliberalismo internacional con un entreguismo que sólo se equipara a la traición.
Hoy, después de que ya no existen empresas estatales ni nada más que vender al capital oligopólico, se distribuyen bolsas de alimentos entre los grupos más pobres, fideos, arroz, leche en polvo, azúcar y lentejas; se organizan comedores populares en los que se sirven productos frescos (verduras, carnes) con la ayuda de templos religiosos, organizaciones no gubernamentales, sindicatos y entidades barriales o municipales. Se vive en incertidumbre, mientras el gobierno presenta un plan de Emergencia Social, Alimentario y Laboral, a través del cual busca poner en marcha un subsidio para los desempleados, indemnizar a los pequeños comerciantes que fueron víctimas de los saqueos, entregar vales alimentarios a los indigentes, así como una asignación mensual por cada hijo menor de 18 años y otra para las personas mayores de 65 que carezcan de jubilación; todo ello para tratar de enderezar a la economía y para dar un poco de tranquilidad a la población. El gobierno entregó la estafeta a los empresarios nacionales y extranjeros, quienes hoy se espantan de lo que ocurre, olvidándose de que todo acontece como lo dijo el poeta Amado Nervo “...porque nunca me diste, ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida, porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino, que si extraje la miel o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas, que si planté rosales, coseché siempre rosas...”
El neoliberalismo ocasionó cuatro años de recesión y desempleo, luego de los cuales irrumpió el estallido social. El “Dios Mercado” no produjo crecimiento económico y bienestar social sino que, minó los fundamentos de la convivencia civilizada y de la vida democrática.
Mientras esto ocurre, surge un nuevo debate: por una parte hay quienes claman por abandonar la convertibilidad peso/dólar, en tanto que otros impulsan la total dolarización de la economía, y algunos más quieren emitir una tercera moneda no convertible para inyectar liquidez y así impulsar el consumo.
El futuro de México puede tener una similitud macabra con el presente argentino; deberíamos echar los “bigotes”, que no barbas, a remojar.
Cuando De la Rúa, llegó al poder el 10 de diciembre de 1999, contaba con el 75% de aceptación popular, cifra que se asemeja a la aceptación que tuvo Fox en los primeros meses de su gobierno; ni el señor De la Rúa ni el señor Fox, dudaron en defender los pilares de los modelos económicos establecidos por sus respectivos antecesores, Carlos Ménem y Carlos Salinas, es decir la estabilidad y la paridad peso-dólar.
Tanto en Argentina como en México se llevaron a cabo reformas estructurales impulsadas desde 1991, entre las que se encuentra la privatización de empresas públicas y la adopción de medidas de ajuste como la baja de salarios en la función pública, en las jubilaciones y recortes en el gasto social; con miras a llegar al “déficit cero”. Todo lo anterior provocó en Argentina un fuerte movimiento de descontento incapaz de respetar el programa de reformas económicas; además, el Fondo Monetario Internacional no autorizó los 1264 millones de dólares solicitados en una llamada de auxilio que habría constituido un tanque de oxígeno para una economía en recesión desde hacía meses.
La crisis en el país de las “Pampas” reventó con manifestaciones en las que las clases medias protestaban valiéndose de cacerolazos, bocinazos y marchas, lo cual condujo a la instauración de un “toque de queda” y al estado de sitio infuncional que culminó con la renuncia del Presidente, antes símbolo de poder, hoy símbolo de impotencia y desesperación.
El final indigno del gobierno de Fernando de la Rúa debiera motivarnos, a los mexicanos, a una profunda reflexión. Su desalojo de la Casa Rosada simboliza el fin del ciclo marcado por la esperanza del neoliberalismo dogmático en la vida pública Argentina, y es un foco rojo para todos los neoliberales en México, porque las cacerolas aztecas contemporáneas están a punto de sonar.
Argentina conseguirá superar la crisis con apego a la institucionalidad democrática. México tiene que retomar el rumbo del Nacionalismo.
* Atahualpa Yupanqui, seudónimo de Héctor Roberto Chavero (1908-1992) Cantautor, guitarrista y escritor argentino. Se le considera el más importante músico argentino de folclore.
No hay comentarios:
Publicar un comentario