(Publicado el 24 de mayo de 2005. Excélsior)
“Todos los hombres nacen iguales, pero es la única vez que lo son.”
Abraham Lincoln*
Empiezo esta entrega con algunas interrogantes: ¿Qué es ser indígena? ¿Cuál es la definición de indio? ¿Es una categoría racial o étnica? ¿Lo concreta un aspecto cultural, regional, geográfico o lingüístico? ¿Es una cualidad temporal o permanente? ¿Es acaso una calidad económica? ¿Se refiere al desarrollo de las sociedades? ¿Es gradual o porcentual este concepto? Todos estos aspectos, analizados por separado, nos llevan a un absurdo insostenible; para ser reconocido como indígena no basta hablar un dialecto o tener una cultura determinada, ni haber nacido en una zona establecida, ni tener una determinada fisonomía. Para ser indio se requiere mucho, muchísimo más…
Existe una gran confusión entre los términos: indio, etnia e indigenismo. Se soslaya continuamente el hecho de que el problema indígena reside en las relaciones de dominio que sojuzgan a los pueblos colonizados; el indigenismo ha derivado generalmente en teorías, entelequias, poesía, novela, sinrazón y manipulación política… El indigenismo tiene sus raíces en las “políticas de indios” de la época virreinal, cuando se consideraba que ese sector debía gobernarse con leyes específicas vinculadas a sus particulares creencias.
El término Indio ha eludido constantemente las tentativas que se han hecho por definirlo. Las definiciones son objeto de análisis y de debate, y siempre dejan ver su incapacidad para que en ellas quepa la gran variedad de situaciones y de contenidos que caracterizan a los pueblos que llamamos indígenas. Intentemos, amables lectores, para sacar al descubierto el problema conceptual a que nos enfrentamos, definir al indio.
Manuel Gamio, primer Director del Instituto Indigenista Interamericano, preguntaba: “¿Cuántos, quiénes y cómo son los habitantes de América que deben ser propiamente conceptuados como indígenas? El concepto de indio es clave para determinar el contenido y las metas de la política indigenista.
Hay quienes definen al indígena como “aquel individuo económica y socialmente débil”; esta definición los equipara con la pobreza. Otros dicen: “El indio es el descendiente de los pueblos y naciones precolombinas que tienen la misma conciencia de su condición humana, asimismo considerada por propios y extraños, en su sistema de trabajo, en su lengua y en su tradición, aunque éstas hayan sufrido modificaciones por contactos extraños…”
En general, cualquier intento por definir a la población indígena de acuerdo con un solo criterio, se considera insuficiente. Muchos argumentan que lo indio es una expresión de conciencia social vinculada con los sistemas de trabajo y la economía, con el idioma propio y con la tradición nacional respectiva de los pueblos o naciones aborígenes. En todas las definiciones se desplaza lo étnico quizá por un pudor racista y descastado; sin embargo, se obliga a los estudiosos a reconsiderar la importancia de las diferencias étnico-culturales.
Digamos lo que digamos, “indio” alude al sector colonizado y hace referencia necesaria a la relación colonial. El indio nace cuando Colón toma posesión de la Isla Hispaniola a nombre de los Reyes Católicos.
Antes de la Conquista, la población del Continente Americano estaba formada por una gran cantidad de sociedades diferentes. Algunos se atreven a afirmar que el problema indio es básicamente un problema cultural; los sociólogos, por su parte, dicen que el criterio lingüístico es el más definitorio, no obstante, el uso de lenguas aborígenes tampoco resulta un indicador suficiente. La cultura, ha sido el criterio más favorecido para basar en él la definición de indígena; los indios, se dice, participan de culturas diferentes de la de Europa occidental, que es la cultura dominante en las naciones americanas.
En la actualidad, la palabra “indio” ha sido recuperada por los indios mismos como signo de identidad y de lucha. Por lo tanto, al no quedar claro quién o quiénes deben ser señalados como indígenas, y mientras no exista un “indiómetro” que con claridad nos señale el grado o porcentaje de sangre indígena que corre por nuestras venas, será mejor que nos identifiquemos con el cómodo mestizaje que, para bien o para mal, será el futuro de la humanidad.
En una próxima entrega abordaré el tema de “los vampiros del indigenismo”
*Abraham Lincoln (1809-1865) Décimo sexto presidente de los Estados Unidos y el primero por el Partido Republicano. Oponente de la esclavitud en su país, en 1863 emitió la Proclamación de Emancipación, que dio como resultado la abolición de la esclavitud. Al finalizar la guerra de secesión, Lincoln estableció la reconstrucción de su país tratando de reunir rápidamente al Norte y al Sur a través de una generosa política de reconciliación. Su asesinato en 1865 fue el primer magnicidio en los Estados Unidos.
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