Reflexiones en el tiempo

20/9/21

FIESTA BRAVA O ¿BARBARIE?

Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”

Thomas Edison

La semana pasada presenté una iniciativa en el Congreso de la Ciudad de México para reformar el artículo 13 de la Constitución local de tal forma que se especifique la prohibición de la realización de espectáculos públicos en los que los animales sean objeto de actos de maltrato y crueldad que deriven en su muerte.

Invariablemente, esta modificación implica abolir las corridas de toros en la capital del país. Lo anterior, lejos de estar motivado por un capricho parlamentario o un intento de llamar la atención (como algunas voces han acusado en días recientes), es una convicción que he mantenido con firmeza desde hace varios años. Como muestra, reproduciré a continuación el texto íntegro de un artículo publicado en este mismo diario el 22 de noviembre de 2013 y que llevaba el mismo título y epígrafe que el que ahora se lee:

“El debate sobre la llamada ‘Fiesta brava’ es un tema controversial entre los legisladores de la Ciudad de México y del Mundo; se polarizan opiniones y aficiones.

Algunos señalan que las corridas de toros son una tradición y un espectáculo de entretenimiento, incluso se ha llegado a legislar para que se consideren patrimonio cultural, como sucede en España, sin embargo son cada vez menos los países y territorios que permiten que se cometan actos de crueldad como éstos.

Y existimos otros, que pensamos que se trata de un acto que atenta contra la plenitud de vivir de los seres vivos, en este caso de toros, incluso de toreros.

En congruencia con este tema he insistido en legislar en la materia, para que se prohíban las corridas taurinas, en octubre de este año, junto con ONG´s, activistas y compañeros legisladores preocupados por los derechos de los animales organizamos un Foro al que nombramos “Bandera Blanca”, acto que nos permitió manifestarnos en contra de una tradición que promueve la crueldad animal y expone la vida humana.

Las corridas de toros, deben recodarnos los espectáculos del Circo romano (de la época antigua), donde un gobernante con tal de agradar a su pueblo exponía y atentaba contra la vida humana (de esclavos o guerreros) y la animal (leones u osos) y en la que ninguno salía triunfador.

En la Roma antigua las exhibiciones que enfrentaban la vida de seres vivos (humanos y animales), dejaron de agradar al Pueblo, se fue perdiendo incluso el carácter religioso que le dio origen.

Replanteemos, si en nuestro tiempo actos como las corridas de toros tienen sentido; si tiene sentido lastimar con crueldad a un animal hasta causarle la muerte, y si la vida de una persona (las y los toreros) necesita ser expuesta para morir… en el Ruedo.”

Lo único que tenemos para demostrar quiénes somos es nuestro pasado, por eso siempre debemos actuar en congruencia con nuestros ideales.


 
 

Vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PRD


Twitter: @jorgegavino
Facebook: Jorge Gaviño

 

 

 

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