“Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”
Francisco de Quevedo
Claudia Sheinbaum es una persona muy
cercana al Presidente de la República, lo ha acompañado en sus luchas
durante años y hoy hace gobierno con él desde su posición como Jefa de
Gobierno de la Ciudad de México.
Bajo este entendido, ella tiene todo
para hacer un muy buen trabajo. Tiene talento, es una mujer carismática y
preparada. Pero hay ocasiones en las que a su gestión le ha faltado
orden y apego a la ley. Pongamos como ejemplo lo que sucedió con la
Fiscalía General de Justicia local.
Si hay algo de lo que históricamente ha
adolecido el país y su capital, es del alto índice de impunidad con el
que se cometen los delitos. La única manera de contrarrestar este
padecimiento es a través de la procuración de justicia.
Por esta razón, se tomó la determinación
de crear un nuevo organismo encargado de impartir justicia en la ciudad
(la Fiscalía), con el fin de reemplazar a una institución cuyos vicios e
ineficacia han quedado demostrados una y otra vez: la Procuraduría.
Sin embargo, el procedimiento para
designar a la persona que llevará las riendas de esta nueva dependencia,
ha estado viciado de origen. Es una farsa jurídica.
La semana pasada, la Jefa de Gobierno
envió al Congreso de la Ciudad, la terna de candidatos que le había sido
remitida por parte del Consejo Judicial Ciudadano.
De acuerdo con nuestra Constitución, lo
procedente era que ella misma eligiera a una persona de entre las
consideradas en la terna, para enviarla al Legislativo como su propuesta
para Fiscal.
En lugar de eso, la titular del
Ejecutivo evadió el compromiso y envió la terna completa argumentando
que de esa forma se respetaba la autonomía del Legislativo. En realidad,
parecería que la intención era deslindarse de las acusaciones que han
señalado a Ernestina Godoy como la Fiscal carnal.
La diferencia entre un fiscal carnal (Procurador
o como sea que se nombre el puesto) y uno auténtico, no es la cercanía
con el gobernante, sino la brújula que utiliza para orientar sus
decisiones.
El carnal es aquel que inclina la ley
por amistad o por consigna política: Se encarna con los intereses
creados. En cambio, para el auténtico, la brújula son el derecho y la
justicia. Siempre actuará con ética y legalidad.
En este sentido —lo he dicho
públicamente— para mí la mejor de la terna es Ernestina Godoy. Ella
tiene la experiencia que se requiere para dar fortaleza a esta nueva
institución.
No apostamos a un Fiscal débil, todo lo
contrario. Pero es necesario que los compromisos se hagan de manera
correcta: Tanto en lo político como en lo jurídico.
Para el servidor público, la congruencia debe ser la guía de todas sus acciones.
Publicado en: https://www.cronica.com.mx/notas-la_politica_es_compromiso-1139946-2019
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