"En la naturaleza no hay premios ni castigos: sólo hay
consecuencias."
Green Ingersoll, Robert
En tan sólo un mes los estados de Durango, Nuevo León y Sonora han sido los
protagonistas de infames daños a su ecología causados por la mano
del hombre. La negligencia de la industria minera en el caso del río
Bacanuchi y Sonora es la causa uno de los más significativos
ecocidios en nuestro país.
Miles de metros cúbicos derramados de ácido sulfúrico, agua
con cianuro y petróleo son algunas de
las sustancias tóxicas que se vierten diariamente a nuestros cuerpos de agua, las cuales
no solamente aniquilan
ecosistemas, sino también ponen en alto riesgo la vida del ser humano,
ya que por la ingesta de agua contaminada
en un mediano o largo plazo provoca afectaciones al hígado y riñones.
La Ley Federal de Responsabilidad Ambiental, que entró en
vigor el pasado 7 de julio del año 2013-
y que hasta el día de hoy no ha sido aplicada a ninguna persona moral-, contempla una sanción de hasta 40 millones de
pesos, además de obligar al saneamiento del daño; sin embargo no es suficiente, más allá de las multas
millonarias que se pretende imponer, se debe
legislar en materia de prevención para evitar que más desastres
ambientales sigan ocurriendo.
Estaremos atentos
para que las autoridades correspondientes apliquen las sanciones
a la empresa e indemnice justa y oportunamente a los
propietarios de las tierras que fueron
afectadas.
@jorgegavino
(Publicado en la Crónica de Hoy el 29 de agosto de 2014)
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