“Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla”
Aristóteles
Ayer en el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se llevó a cabo una Sesión Solemne con motivo de la develación, en letras de oro de los nombres de Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas, en el muro de honor del Recinto Legislativo.
Se conmemoró a tres inmortales seres, buscando inscribir sus nombres en letras del metal precioso que desde épocas milenarias se ha utilizado como un símbolo de lo eterno, por no perder su valor en el tiempo, porque no se corroe, no cambia, es eterno; simbolizando la inmortalidad de su pensamiento.
Autores de obras literarias que marcaron su época llenaron de grandeza y de orgullo a la nación mexicana, no solo por los reconocimientos internacionales que les fueron otorgados, sino por el legado cultural que trascenderán a través de la historia.
Efraín Huerta, oriundo del Estado de Guanajuato, fue creador desde el Poemínimo hasta el Poemáximo, lo que dejo latente su gran capacidad creativa y de innovación, por su apasionado interés por la rendición del hombre y el destino de las naciones que buscan en su organización nuevas normas de vida y de justicia; es uno de los poetas más importantes del siglo XX en América Latina.
José Revueltas, en su obra literaria los problemas sociales son tratados de manera profunda; ponderado como autor político y narrador realista más importante.
Octavio Paz, no hay nada más que decir de este hombre universal; “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio”; fue galardonado con el Gran Premio Internacional de Poesía y el Premio Nobel de Literatura, miembro del Servicio exterior mexicano con aportaciones literarias que se consideran inmortales.
Conversar de los tres hombres ilustres, es hablar de poesía, de sueños, de realizaciones y de cambio, es hablar de perpetuidad.
@jorgegavino
(Publicado en la Crónica de Hoy el 11 de abril de 2014)
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