Reflexiones en el tiempo

27/1/11

TOLETES CONTRA MACHETES


(Publicado el 18 de mayo de 2006 en Rumbo de México)
“Un Estado donde quedan impunes la insolencia y la
libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo.”
Sófocles*

Entre mis recuerdos nostálgicos de las cátedras de Derecho Penal, aparece la definición clásica del concepto de delito: “Delito: deriva del verbo latino delinquere, que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse del sendero señalado por la ley”. Así, este término jurídico, alude a un comportamiento no deseado por la sociedad y alejado de las pautas de conductas idóneas. Qué primicia tan importante para diferenciar entre una protesta pública y ordenada de un grupo de manifestantes y la amenaza pública que representa una caterva de facinerosos como los responsables de los hechos suscitados la semana pasada en San Salvador Atenco; los cuales constituyeron verdaderos actos de rebeldía, atentaron en contra del orden jurídico y la paz social, pusieron en peligro la vida de las personas involucradas, atacaron a las vías de comunicación, y retaron a la fuerza pública.

Los implicados manifestaron su voluntad con acciones corporales encaminadas al enfrentamiento violento, de manera continua esgrimían los machetes en forma de ataque contundente, lanzaban rocas y bombas molotov, agredían con golpes y patadas a la autoridad, y como colofón, secuestraron a varios policías.

El Código Penal Federal tipifica como delitos de peligro, entre otros, la portación de armas prohibidas, el contagio, la vagancia, la malvivencia, y el abandono de personas; con ello, se busca proteger los derechos de la sociedad, castigando conductas de potencial peligro, sin que el caso concreto tenga que haber producido un resultado riesgoso. Es una forma jurídica de anticiparse al acto delictivo; por ejemplo, si una persona sale de su casa con una pistola calibre 9 mm sin permiso para su portación legal, está cometiendo un acto ilícito aún cuando no utilice dicho instrumento en contra de alguien, porque existe la posibilidad de que utilice esa arma para cometer algún robo, homicidio, secuestro, o cualquier otro.

Para el caso que nos ocupa, la ley no considera a los machetes como armas, sino como herramientas laborales, puesto que fueron elaboradas básicamente para el trabajo de campo; no así los toletes, que son objetos fabricados para la defensa de la policía y cuyo destino es ser una arma contundente para la prevención del delito o la detención de un malhechor. Ahora bien, por las características del machete, (filo, punta y dureza) su portador puede utilizarlo como un arma, ello dependerá de la conducta que exprese a través de su actividad corporal; si el dueño del machete lo saca y golpea contra el piso sacando chispas, gritando improperios, empuñándolo y azuzando en contra de alguien, este utensilio de campo se convierte en un arma altamente peligrosa y ese solo hecho ya constituye un delito de peligro que amerita la intervención de la policía y la utilización de toletes y gases lacrimógenos para evitar mayores consecuencias, además de la detención del sujeto involucrado. Es el ejercicio de la fuerza pública.

El sociólogo alemán Max Weber (1864-1920) definió al Estado como una entidad que posee el monopolio del uso legítimo de la fuerza, como estructura de dominación, y como una relación entre gobernantes y gobernados que aceptan un sometimiento legitimado a través del ejercicio de la democracia. Obedecer la ley es la norma, si se infringe, el estado deberá emplear la coacción, y si no lo hace, si no emplea la fuerza pública en contra de actos delictivos, sobre todo para evitar un peligro social, no está cumpliendo una de las tantas funciones que le fueron encomendadas por el pueblo.

El tolete debe dominar al machete si este último no es empleado como herramienta del campo, sino como arma. Las peticiones y defensas legítimas de los derechos no requieren de instrumentos bélicos, sino de razonamiento y negociaciones, pero cuando las postulaciones son rebasadas por la violencia armada, la amenaza y el reto, no queda otro camino que usar la fuerza pública para restablecer el orden jurídico.

Hoy, los hechos suscitados en San Salvador Atenco, son enarbolados como estandartes por diversas organizaciones sociales como el Frente Popular Francisco Villa Independiente, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, grupos estudiantes y fracciones del PRD para protestar en contra de actos represivos y abusos de la fuerza pública cometidos por la policía; estos grupos han cerrado carreteras y calles para solicitar la liberación de los detenidos, emitirán carteles y volantes para que los ciudadanos se adhieran a esta protesta y de seguir así, en algún momento, se enfrentarán de nueva cuenta al Estado. ¿Será legítima su petición? ¿Será un pretexto en época de elecciones? ¿Será un ejemplo de lo que veremos si el PRD llega a la Presidencia de la República? ¿Legitimará su posición el Estado de Derecho?

*Sófocles (496 a.C.-406 a.C.) Poeta trágico de la Antigua Grecia. De toda su producción literaria sólo se conservan siete tragedias completas que son de importancia capital para el género: Antígona, Edipo Rey, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colono y Electra. Se dice que Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó 24 victorias frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una fi gura importante en Atenas, y su larga vida coincidió con el momento de máximo esplendor de la ciudad. Amigo de Herodoto y Pericles, no mostró demasiado interés por la política, pese a lo cual fue elegido dos veces estratego y participó en la expedición ateniense contra Samos, acontecimiento que recoge Plutarco en sus Vidas Paralelas. Su muerte coincidió con la guerra con Esparta que habría de significar el principio del fi n del dominio ateniense, y se dice que el ejército atacante concertó una tregua para que se pudieran celebrar debidamente sus funerales.

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