Reflexiones en el tiempo

19/1/11

LA SINRAZÓN DEL PODER


Publicado el 8 de abril de 2002 en El Día)
“No hay otro honor militar sino el de la guerra.
No hay mejor posibilidad de eludir un mal juego
que comenzar uno nuevo.”
Thomas Hobbes*

En estos tiempos de profunda crisis mundial, cuando se corre el riesgo de un desencadenamiento de novedosas formas de guerra globalizada, cuando surgen en el escenario internacional el terrorismo, la desaceleración económica, la recesión, la contaminación irreversible y las pandemias; es urgente revisar la historia de la humanidad para encontrar el punto de partida de nuestros males presentes y así tener la posibilidad de entenderlos y de remediarlos en el futuro.

Al leer las empolvadas páginas de nuestro pasado, podemos ver que aunque el escenario cambia, el hombre siempre es el mismo; con sus mismas pasiones, con idéntico anhelo de poder, con igual propensión a la felonía, a la maldad, a los celos y a la miseria espiritual... pero también, por fortuna, existen como ayer la poesía, la música, la filosofía y la esperanza...

Hace unos días, a mi hijo Jorge Gaviño Tanamachi de 16 años, le dejaron una tarea en la materia de comunicación; dada la proximidad de los acontecimientos que se conmemoran el 11 de Septiembre en la República de Chile por el golpe militar a Salvador Allende dado por Augusto Pinochet, decidió escribir sobre el cantante Víctor Jara, muerto después de ser brutalmente torturado por la dictadura de aquel país. Leer el pensamiento de un adolescente sobre ese particular, me causó una profunda emoción que hoy quiero compartir con ustedes: Adelante Jorge… Septiembre de 1973. Tras un golpe de estado de la dictadura militar, los estudiantes de Chile se reunían en el estadio para alzar la voz contra el fascismo. En el centro, un hombre que conoce el precio de la libertad, un hombre de innegable valentía y con convicciones que cambiarían el destino de un pueblo, un hombre que a guitarra y pulmón enfrentaba las injusticias. Un músico, que en ese día frente a los miles de espectadores, interpretaba sus corridos revolucionarios; mientras tanto, miles de soldados rodeaban el estadio, enfrentando a golpes y culatazos a los estudiantes que se oponían a su entrada. A punta de metralla, estando ya entre las gradas y entre el foro, llegaron hasta el cantor que seguía como si nada pasara; lo golpearon y le dijeron –a ver si así, sigues cantando-, éste se levantó y siguió cantando y tocando. Uno de los militares tomó su sable y con un golpe directo cortó una de sus manos y le dijo: -ahora sí, canta-. El músico se volvió a levantar y ya sin poder tocar siguió cantando, los jóvenes le seguían, y los militares enardecidos, lo acribillaron: “lo clavaron con balas en una cruz, lo llamaron bandido, como a Jesús” (Daniel Viglietti “Camilo Torres”).

Voy a hablarles de Víctor Jara, músico y revolucionaron chileno, conocedor de causas, convocador de corazones. Nació en septiembre de 1932, en una familia de campesinos. Su madre, Amanda, era cantora, de ella aprendió a tocar la guitarra; su padre Manuel, inquilino y obrero que murió a manos de los militares. El asesinato fue un suceso que marcaría rotundamente la vida y el pensamiento de Víctor, su profunda búsqueda siempre de la libertad y el asco que sentía por las dictaduras y los militares.

Desde chico se interesó por la poesía y la música, mas nunca tuvo una formación académica en éstas. A la muerte de su madre decidió entrar al Seminario Redentorista de San Bernardo, donde permaneció poco tiempo. Ya a los 21 años se unió al Coro de la Universidad de Chile. En los años siguientes estudió actuación, y luego se enlistó en la compañía de Cantos y Danzas Folklóricas, en donde comenzó a tener experiencias también en dirección teatral. Con el tiempo, se convirtió en un maestro en el tema de cantos y actuación, pero es hasta que compone “Paloma quiero contarte”, que inició su vida de creación poética y musical. Esa composición tuvo gran éxito por lo que la grabó junto con una nueva que tituló “La Canción del Minero”, contenidas en el LP “Folklore Chileno”. También formó parte del Instituto del Teatro de la Universidad de Chile como director y fue convocado a dirigir programas en la televisión.

Por su creciente renombre logró ser contratado como profesor de actuación en la misma Universidad, llevando de gira algunas de sus obras por Sudamérica, dedicándose también a componer temas musicales para montajes teatrales. Su tema “Plegaria a un Labrador” ganó el Primer Premio en el “Festival de la Nueva Canción Chilena”.

Estando a unos días de cumplir 41 años, se dirigió a la universidad técnica del estado para inaugurar una exposición en contra del fascismo y para animar a los jóvenes con sus cantos. Fue ahí en donde habló por última vez con su esposa e hijas: “Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta”. Mas fue también ahí en donde fue capturado y, con los estudiantes, llevado al estadio en el cual sería torturado y asesinado.

El liberal Víctor Jara enfrentó siempre las injusticias con gran valor y con la frente en alto, siempre listo para levantarse y alzar su voz junto con la del pueblo. Pero los hombres como él nunca mueren del todo; de su muerte nació una causa, y sus ideales siguen vivos hasta hoy, pues lo que lo guiara en ese entonces es lo que debe movernos ahora. Una sola causa, un solo propósito, una sola tendencia: libertad. Hasta aquí el trabajo de Jorge, observamos que la historia es un gran espejo del destino. Esa misma fecha, 11 de septiembre, en los Estados Unidos mueren miles de personas por la misma causa que los que murieron en Chile: ¡la miseria humana! llámese fanatismo, racismo o anhelos de poder. Ojalá que la declaración de guerra que hizo el presidente Bush al terrorismo, y que hoy sigue fielmente el Estado de Israel, no siga alcanzando a inocentes o al pueblo miserable que no tendrá los medios de escapar del brazo vengador de la “justicia”.

*Thomas Hobbes (1588-1679) Filósofo inglés, cuya obra Leviatán (1651) estableció la fundación de la mayor parte de la filosofía política occidental. Es recordado por su obra sobre la filosofía política, aunque también contribuyó en una amplia gama de campos, incluyendo historia, geometría, teología, ética, filosofía general y ciencia política. Ha sido considerado a lo largo de la historia del pensamiento como una persona oscura, de hecho en 1666 en Inglaterra se quemaron sus libros por considerarle ateo. En vida, Hobbes tuvo dos grandes enemigos: la Iglesia de Inglaterra y la Universidad de Oxford; no obstante, su obra es considerada como línea de ruptura con la Edad Media.

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